La final del Mundial de Japón de balonmano femenino disputado entre España y Holanda estuvo cargado de polémica. Una decisión por parte de las árbitras resolvió el partido a favor de las neerlandesas. Con 29-29, Charlotte y Julie Bonaventura decidieron sacar la tarjeta roja a Ainhoa Hernández que supuso su expulsión y una pena máxima que Abbingh trasformó en gol desde los siete metros.
Las colegiadas han considerado que su papel es "aplicar la normativa" y que en el momento de la toma de decisiones no tienen dudas. "Estaba posicionada justo al lado de la acción y tenía la mejor vista. Al momento del bloqueo, la pelota no había cruzado completamente el área de portería", explicó Julie.
Además, aseguró que al suceder en los últimos 30 segundos, esta acción acabó con una tarjeta roja y un lanzamiento de 7 metros. "Los árbitros de reserva, posicionados en el centro, también vieron lo mismo. Nos lo confirmaron después del partido. En este punto del juego, debes tener suficiente frescura mental para analizar la situación y decidir con calma", manifestó.
La árbitra afirmó que en el campeonato, antes de la final, no había habido ninguna situación en los últimos 30 segundos, lo que demuestra que la vida de un árbitro no es "una flor larga y tranquila". "Hace que la gente hable y muestra, si aún fuera necesario, que el arbitraje no es simple. Tienes que conocer las reglas en toda su delicadeza. Mirar beIN el miércoles no es suficiente para convertirse en un experto, ya sea jugador, entrenador o árbitro", indicó.
Por su parte, el presidente de los árbitros y de las reglas de juego de la IHF, Ramón Gallego, también ha dado la razón a las colegiadas: "Los árbitros saben que, especialmente en los últimos dos o tres minutos, en partidos iguales, la decisión es extremadamente importante".
Explicación de la Regla 8.10c
Gallego confirmó que no son fútbol y por lo tanto "una decisión puede cambiar el puntaje final". "En balonmano, silban entre 150 y 200 veces por juego, por lo que es difícil pensar que una decisión podría cambiar el puntaje final. Pero está claro que en los últimos dos minutos, deben tomar una concentración especial, deben estar seguros de cada decisión", apuntó.
"Esta última decisión estuvo de acuerdo con la Regla 8.10c, que habla de los últimos 30 segundos que significa que cualquier tiro destruido porque el defensor está más cerca de la distancia de tres metros, o en este caso, tiro del portero, el defensor no deja que la pelota salga del área de meta. Normalmente esto se castiga con dos minutos pero con la regla de los últimos 30 segundos, con una tarjeta roja y siete metros", concluyó.
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