El mundo de la lucha libre se está viendo sacudido por una corriente de supuestos acosos sexuales. Las acusaciones de muchas mujeres, algunas de ellas luchadoras de las diferentes compañías que organizan eventos, está asolando al 'Wrestling' al completo. Todas estas confesiones han venido motivadas por una corriente creada en redes sociales llamada #SpeakingOut.
Esta corriente, que se podría traducir por 'atreverse a hablar', está dejando al descubierto los trapos más sucios del 'Pressing Catch', los cuales podrían acarrear un gravísimo escándalo a uno de los mayores espectáculos deportivos de América y casi del mundo.
Las acusaciones de acoso y violación han sido numerosísimas, y algunas de sus víctimas han decidido contar lo sucedido aprovechando un cascada de confesiones. La recopilación de todos estos testimonios provoca que se hayan visto implicados hasta 50 personas entre luchadores, promotores y personajes vinculados a la industria.
La lucha libre, y en especial el 'Wrestling', es un espectáculo de masas muy seguido en Estados Unidos y que, a pesar de estar practicado por atletas que siguen un guion, mueve una enorme cantidad de dinero. Por ello, de confirmarse alguna de estas acusaciones, podría armarse un lío enorme en la industria.
Por el momento, no existen juicios abiertos ni sentencias condenatorias, pero el escándalo ya ha removido los cimientos del 'Pressing Cath'. De confirmarse cualquiera de estas acusaciones, el asunto alcanzaría unas cotas de gravedad muy altas y obligaría a actuar con dureza a las organizaciones.
El detonante de estas acusaciones ha sido el luchador David Starr, de 29 años. Muy conocido en el mundo independiente, el 'wrestler' ha visto como una chica que se hacía llamar Tori le acusaba a través de redes sociales de maltrato tanto físico como psicológico.
La mujer afirma que estas deleznables conductas se repitieron durante el tiempo que duró la relación y que Max Barsky, nombre real del luchador, pudo haber hecho lo mismo antes con otras mujeres.
Tori acusa al luchador además de haberse protegido poniéndole a ella en contra de la opinión pública para evitar así ser creída. Además, aporta pantallazos de cómo se producían las conversaciones entre ambos.
David Starr intentó defenderse en varias ocasiones de estas acusaciones, pero sus vagas excusas han acentuado las sospechas contra él. El luchador se definía como un ser inmaduro en sus relaciones, hecho por el cual se encontraba en tratamiento psicológico, al reconocer que engañaba y mentía a sus parejas con frecuencia.
Las medidas adoptadas por la WWE
Sus explicaciones no han convencido a nadie y debido a las críticas, Max se ha visto obligado a borrar su cuenta de Twitter. La salida a la luz de esta confesión ha provocado que otras denuncias hayan ido saliendo en los últimos días, provocando que la WWE tenga que tomar cartas en el asunto.
El primero en pagarlo ha sido la estrella del 'Wrestling' Jack Gallagher, el cual ha sido fulminantemente despedido por la propia WWE. Este cese llegó pocos días después de que una mujer confesara que Jack intentó propasarse con ella tras una fiesta de nochevieja en el año 2014.
La rienda suelta de las confesiones del #SpeakingOut promete sacudir los cimientos de una de las industrias deportivas más poderosas de América. De confirmarse alguno de los casos, el escándalo sería mayúsculo y las decisiones que se deberían tomar podrían suponer un antes y un después en el mundo del deporte.
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