Un gol de Raúl Entrerríos a falta de siete segundos para la conclusión permitió a la selección española de balonmano lograr un agónico empate (29-29) ante Brasil, en un encuentro en el que los "Hispanos" empataron cuando lo tenían todo a favor.
Y es que nadie hubiera podido imaginar el marcador final en el arranque de una segunda mitad en la que los de Jordi Ribera, pese a los numerosos problemas que sufrieron en la primera parte, parecían encaminados a una cómoda victoria, tras situarse con una renta de seis goles (24-18) en el marcador. Pero toda la fluidez ofensiva que había mostrado el conjunto español en el arranque del segundo período desapareció en un visto y no visto, condenando a los Hispanos a una sequía goleadora, que permitió a Brasil engancharse de nuevo al partido (24-23) a falta de menos de un cuarto de hora para la conclusión.
Tiempo en el que España no sólo no acabó de resolver sus problemas ofensivos, sino que además comenzó a flaquear en defensa, donde nunca encontró respuesta a los movimientos del gigantesco pivote brasileño Rogerio Moraes. Una circunstancia que condenó a España a un agónico final de partido, en el que los de Jordi Ribera no supieron aprovechar el hombre de más con el que contaron, tras la exclusión de Gustavo Rodrigues a minuto y medio para la conclusión.
Pero Alex Dujshebaev, que había resuelto gracias a acciones individuales, los dos últimos ataques del conjunto español no acertó con su lanzamiento, lo que permitió a Brasil entrar en el último minuto de juego con el marcador empatado (28-28) y la posesión de balón. Una circunstancia que el conjunto sudamericano no desaprovechó, pese a que el portero español Gonzalo Pérez de Vargas, sin lugar a dudas el mejor hoy de los "Hispanos", detuvo el lanzamiento de Guilherme Toledo.
Sin embargo, ningún jugador español fue capaz de atrapara el rechace, que cayó en las manos de Rogerio Moraes, que puso el 28-29 a favor de los brasileños a falta de diecinueve segundos para la conclusión. Tiempo en el que Raúl Entrerríos asumió la responsabilidad para firmar a falta de siete segundos para la finalización el gol que supuso el 29-29 final.
Un empate que deja un mal sabor de boca al conjunto español, que desde el comienzo pareció a acusar la inactividad provocada en los últimos meses por la pandemia de coronavirus y que han obligado a España a llegar a este Mundial con tan sólo dos partidos en su haber en el último año. Especialmente en ataque, como demostraron los más de siete minutos que tardó el conjunto español en firmar su primer tanto, gracias a un latigazo de Dani Dujshebaev.
Y es que además de las dificultades que encontró la selección española para dotar de fluidez a su juego ofensivo, los de Jordi Ribera se toparon en los primeros minutos con un excepcional Rangel Luan, que detuvo siete de los ocho primeros lanzamientos del conjunto español. Una circunstancia que Brasil no desaprovechó para adquirir una más que inquietante ventaja de cuatro tantos (0-4), que obligó a pedir con urgencia un tiempo muerto al preparador español.
Ni aún así se descompuso el conjunto español, un equipo que si por algo ha destacado en los últimos años es por su madurez competitiva. Tal y como volvió a demostrar ante Brasil con una sensacional reacción, que comenzó, como no, por la defensa, el pilar donde se han sustentado los recientes éxitos de los Hispanos. Aferrado a las paradas de Gonzalo Pérez de Vargas, que cerró el primer tiempo con nueve paradas, el conjunto español fue poco a poco ajustando su sistema defensivo.
Una defensa que subió un punto de intensidad con el cambio al sistema 5-1, que acabó por descubrir todas las debilidades del conjunto brasileño. Los continuas perdidas de balón provocados por el avanzado español permitieron además a los de Jordi Ribera sacar a relucir su velocidad. Sin dar opción a los brasileños de conformar su pétrea defensa 6-0, la selección española comenzó a encontrar con más facilidad los caminos para llegar hasta el gol, lo que permitió a España ir poco a poco reduciendo su desventaja hasta igualar definitivamente (6-6) el marcador.
Pero España ya estaba lanzada y liderada por un sensacional Joan Cañellas, que siempre encontró el momento preciso para asistir al compañero mejor situado, dio un nuevo estirón en el marcador, que le permitió marcharse al descanso con una renta de tres goles (16-13) en el tanteador. Diferencia que los Hispanos ampliaron todavía más en un arranque de la segunda mitad, en la que Cañellas, con esa parsimonia que siempre caracteriza a su juego, sumó a su faceta de asistente la de goleador.
Con Cañellas recordando desplegando su mejor versión y la defensa, ahora en su variante 6-0, rindiendo a pleno rendimiento, España volvió a dar otro acelerón. Tal y como confirmaron los seis goles de renta (22-16) que los de Jordi Ribera alcanzaron a los seis minutos de la segunda mitad, con un efectivo Ángel Fernández ejerciendo como estilete del equipo español.
Pero cuando todo parecía más a favor de España regresaron los problemas ofensivos del conjunto español, que condenaron a España a un empate que le deja sin margen de error en sus dos próximos compromisos ante Polonia y Túnez.
España 29-29 Brasil
España: Pérez de Vargas; Solé (4, 2p), Raúl Entrerríos (3), Gedeón Guardiola (1), Marchán (-), Dani Dujshebaev (1) y Ariño (1) -equipo inicial- Corrales (ps), Aleix Gómez (1p), Maqueda (3), Alex Dujshebaev (3), Sarmiento (2), Cañellas (4), Ángel Fernández (4), Figueras (2) y Morros (-)
Brasil: Rangek Luan; Chiuffa (1), Toledo (2), Patrianova (-), Langaro (7), Joao Silva (-) y Moraes (6) -equipo inicial- Santos (ps), Almeida (ps), Henrique Teixeira (3), Vinicius Teixeira (-), Dutra (-), Luciano (-), Ponciano (-), Hackbarth(5, 3p), Rodrigues(5)
Marcador cada cinco minutos: 0-3, 1-4, 4-6, 9-8, 11-10 y 16-13 (Descanso) 20-16, 24-19, 24-21, 26-23, 26-26 y 29-29 (Final)
Árbitros: Pavicevic y Raznatovic (MNE). Excluyeron por dos minutos a Raúl Entrerríos, Morros, Cañellas y Dani Dujshebaev por España; y a Toledo, Dutra, Ponciano, Moraes y Rodrigues (2) por Brasil.
Incidencias: Primera jornada del grupo B de la primera fase del Mundial de Egipto disputado en el pabellón de Nueva Capital. Sin público.