Año 2009. Vuelta de semifinales. El Chelsea se la jugaba ante el Barça y conseguía adelantarse con 1-0. Iniesta, con un golazo, empataría y por el valor doble daría al conjunto catalán un puesto en la final de la Champions League. Sin embargo, el partido quedaría marcado por un más que polémico arbitraje de Ovrebo. El colegiado se 'comió' varios penaltis a favor del cuadro inglés y hasta él mismo reconoció con el paso del tiempo sus errores.
Más de 10 años después, Obi Mikel, uno de los componentes del cuadro británico, desvela detalles de cómo se vivieron los momentos posteriores. [Lee la noticia completa]