El balonmano femenino español comienza un periodo de incertidumbre y reflexión después de la última decisión tomada por la Real Federación. Sorprendente cuanto menos, el máximo estamento del balonmano patrio decidió hace unos días poner fin a la relación que unía a la selección absoluta de féminas, las 'Guerreras', con su entrenador, Carlos Viver, de cuya mano han viajado los últimos años con buenos resultados.
Una decisión que ha generado bastante polémica y que ha sido presentada como una finalización de su unión de mutuo acuerdo, aunque algunos sospechan ya que el cese se ha debido a alguna discrepancia entre las partes y no a una solución consensuada para reconducir la situación deportiva del equipo.
La Real Federación Española de Balonmano sostiene que el objetivo de la decisión es buscar un revulsivo de cara al futuro a corto y medio plazo, y eso es lo que más llama la atención, ya que las 'Guerreras' están a punto de afrontar la cita más importante de su historia reciente, el Mundial que se celebrará en territorio nacional a partir del próximo mes de diciembre.
Es precisamente este evento lo que hace más extraño que, casi sin tiempo para adaptar al equipo a un nuevo entrenador, se haya optado por el cese del técnico después de analizar el rendimiento del equipo tras la disputa de los Juegos Olímpicos donde el resultado no fue el esperado. Se pone fin así a una etapa que ha durado casi cinco años para Carlos Viver y que estaba prevista que llegara al menos hasta los próximos JJOO, ya que en 2020, el seleccionador había ampliado su vinculación con la federación hasta el año 2024.
El éxito de Japón
Carlos Viver aterrizó en la selección femenina de balonmano absoluta en el mes de febrero del año 2017, justo unos meses después de la celebración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y con la mirada puesta en los que serían los siguientes, los de Tokio 2020, los cuales han supuesto ahora la última parada de su viaje en un 2021 que se presentaba muy intenso tras las modificaciones provocadas por la pandemia de la Covid-19.
El ya exseleccionador, quien fuera leyenda del BM Granollers, primero como jugador y luego como entrenador, llegó al equipo nacional para sustituir a Jorge Dueñas y ha acompañado al grupo durante las últimas competiciones internacionales en las que las ‘Guerreras’ han podido obtener algunos resultados de mucho mérito, casi siempre instaladas en el Top10 mundial.
Sin embargo, el cielo lo tocaron en el Mundial del año 2019 celebrado en Japón, una cita que pretendía ser la antesala de los Juegos Olímpicos de Tokio. Allí las 'Guerreras' se auparon hasta la segunda posición y se colgaron la medalla de plata. Un éxito muy destacable y muy celebrado por todos, pero que el propio Viver sabía que podía tener consecuencias un poco negativas teniendo en cuenta la elevación que sufrieron las expectativas desde entonces. No era lo más difícil llegar, sino mantenerse. Y, lógicamente, aquella medalla de plata fue una página gloriosa para un equipo que no ha vuelto a estar tan cerca de un éxito tan rotundo.
El seleccionador era consciente de que la luz de aquel triunfo podía convertirse en una sombra muy oscura cuando se les pidiera, por pura ilusión, lograr una hazaña semejante. Bajo su mando, en el año 2017 fueron undécimas en el Mundial, duodécimas y novenas en los europeos del 2018 y el 2020 y novenas de nuevo en los recientes Juegos Olímpicos de Tokio en los que unos últimos malos partidos les apearon de poder afrontar las eliminatorias directas. Un resultado este último que pesó demasiado en la revisión que realizó Francisco Blázquez, presidente de la federación, de la situación del técnico y el equipo.
La incertidumbre del Mundial
Lo más sorprendente de todo, más allá de esta decisión algo abrupta del cese de Carlos Viver a pesar de que su continuidad estaba pactada hasta los próximos Juegos Olímpicos de París, es el momento en el que se ha producido, ya que España está ante una de las citas más importantes de los últimos años.
Después del tremendo éxito cosechado en Japón y que no se ha podido repetir en los JJOO, las 'Guerreras' afrontan ahora con la máxima ilusión su Mundial, el que se celebrará en territorio nacional a partir del próximo mes de diciembre, es decir, en menos de tres meses. Un tiempo que parece bastante escaso para que la selección pueda adaptarse a un nuevo técnico y llegar con el rodaje suficiente para afrontar con garantías una cita tan importante.
La federación esperaba poder comunicar quien sería el sustituto de Viver en unas horas que se presentaban claves para el futuro del equipo sobre el que hay ahora muchas dudas y mucha incertidumbre. Finalmente, la elección ha sido la de José Ignacio Prades, segundo de Viver hasta ahora y técnico del Mecalia Atlético Guardés.
Pocos creen que haya sido una buena idea dar un giro tan brusco a la situación del combinado español a tan pocas semanas de la celebración de un evento tan importante y que, además, se celebra en España, por lo que las esperanzas eran muy altas. Sin embargo, el nombramiento de Prades crea una línea continuista en la selección para hacer más llevadera esta transición en tiempos de mucha tensión y con mucho en juego.
La situación en estos momentos es preocupante, ya que en el horizonte no solo está ese próximo Mundial, sino que ya en octubre, dentro un mes, las 'Guerreras' afrontarán unos partidos claves contra Portugal y Eslovaquia para la clasificación del Europeo de 2022. Compromisos importantes para un conjunto que en estos momentos se encuentra descabezado tras una decisión sorprendente por el momento en el que ha llegado y que dibuja un cierto abismo en el futuro más cercano del balonmano nacional femenino.
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