Jordan Chiles, la amiga de Simone Biles que destapa otro escándalo en la gimnasia de EEUU
La gimnasta ha señalado a uno de sus entrenadores en el equipo de Estados Unidos de haber abusado de ella verbalmente y con prácticas racistas.
15 noviembre, 2021 16:11Noticias relacionadas
Jordan Chiles ha destapado una bomba. El deporte estadounidense se ha visto envuelto en un nuevo escándalo. Otra vez ha sido la gimnasia la rama afectada por otro caso de abusos y acosos. Al menos, en esta ocasión no han sido sexuales, sino que han sido 'solo' verbales, que siempre se han calificado en un rango menor. Sin embargo, no deja de ser el estallido de una nueva sombra que se cierne sobre un país manchado de manera sistemática.
La gimnasta del equipo olímpico ha cargado contra el que fuera uno de sus entrenadores, quien le amargó durante años con unas conductas totalmente reprobables y que le hicieron la vida imposible ocasionándole graves trastornos de los que afortunadamente consiguió salir y recuperarse.
Esta gimnasta, que tiene una relación deportiva muy estrecha contra estrella afectada por los escándalos del deporte americano como es Simone Biles, ha confesado a través de una emisión en directo en las redes sociales que uno de sus técnicos se metía con su aspecto físico, en especial con su peso, desarrollando contra ella una campaña total de acoso y derribo repleta de abusos verbales de todo tipo.
Jordan, de tan solo 20 años, ha participado en la serie emitida a través de Facebook Peace Of Mind With Taraji, donde ha revelado su problema y lo que ha sufrido a lo largo de su corta carrera profesional. La gimnasta asegura que en su juventud tuvo un entrenador que se metía con ella por su físico, ya que la criticaba constantemente y ejercía sobre ella una presión desmedida a pesar de que solo era una niña.
Estos ataques que recibió le provocaron que perdiera totalmente la confianza en ella misma a pesar de que estaba destinada a ser una atleta de élite y de primer nivel como finalmente ha sido. A raíz de los comentarios que sufría, lo que ella misma ha definido como abusos verbales, desarrolló importantes trastornos tanto en su personalidad como en sus hábitos alimenticios.
A pesar de que estaba convencida de que el trato que recibía era injusto, no podía evitar cambiar sus conductas para intentar agradar a quienes tenían en esos momentos su carrera en sus manos. Chiles tuvo que acudir a varios psicólogos deportivos para superar aquel trance y le costó atravesar una etapa muy negra de su vida que recuerda con especial dolor.
Ahora, años después de aquellas vejaciones, se ha atrevido a confesarlo abiertamente para intentar ayudar a aquellos que están su misma situación, pero también para impedir que otros técnicos sigan las mismas conductas que utilizaba su entrenador. Quizás viendo lo que ha sufrido una atleta de talla mundial puedan recapacitar a tiempo.
"Tuve un entrenador que abusó de mí verbalmente. Me llamaba gorda, decía que parecía una señora. Y eso fue muy duro para mí". Estas son algunas de las quejas que ha dejado la gimnasta del equipo olímpico de Estados Unidos para narrar el drama que fue durante algunos años su vida.
Chiles, contra el racismo
Jordan Chiles no solo ha querido alzar la voz para criticar estos abusos que padeció durante mucho tiempo, sino que ha querido poner de manifiesto otro problema que está presente en la gimnasia según su experiencia. Jordan cree que el racismo es otra de las lacras que está hundiendo poco a poco el deporte.
Además, cree que los problemas alimenticios que tanto daño le hicieron y el racismo están relacionados porque muchas chicas sufren algún tipo de acoso por sus cuerpos, los cuales son de una determinada forma simplemente por su genética. Criticar a una chica o a sus ejercicios porque su cuerpo es de una determinada forma es para ella un caso de racismo flagrante.
Así se ha explicado en su aparición en Peace Of Mind With Taraji: "Siempre pensé que la raza era algo que podía influir en la gimnasia. Por ejemplo, tengo algo más de trasero y es posible que otras gimnastas no. Y solo por eso no puedo estar en una posición perfecta y que me quiten puntos... Desearía que no se juzgase solo por un tipo de cuerpo. Ahí es donde entra el racismo y la política".
Jordan explica así que algunos cuerpos son diferentes, como le sucede a ella, pero eso no significa que tengan problemas de peso. En ese caso se suman a ese tipo de acosos como el que ella sufría un cierto tinte racista que va más allá de la propia consideración de algunos entrenadores, sino que se extiende también a los jueces de algunas competiciones que marcan el destino de los deportistas.
Si la morfología de un cuerpo, relacionado de manera intrínseca con la raza, va a marcar la diferencia en cuanto a las puntuaciones que tiene que recibir un deportista por delante de la perfección o de la buena ejecución de su ejercicio, el problema es más grave de lo esperado. Además, se trata de un caso todavía más severo cuando esto se produce a edades infantiles y juveniles, cuando el daño que se puede causar es irreversible.
Jordan aprovecha también para cargar contra los cánones físicos establecidos que son la antesala de los insultos y las vejaciones que ponen en riesgo la autoestima de los deportistas además de sus carreras deportivas. En Estados Unidos, este circunstancia se trata de un problema que está muy arraigado en algunos deportes como la gimnasia.
Tras los pasos de Biles
Sin embargo, Jordan Chiles no solo ha atravesado por malos momentos en su vida. De hecho, su nombre se hizo mundialmente conocido cuando hace unos meses se consagró dentro del equipo de Estados Unidos como figura olímpica. Jordan fue una de las integrantes de la formación estadounidense que se llevó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Este gran logro le relaciona de manera directa con la gran estrella de la gimnasia en Estados Unidos y en el mundo, Simone Biles. Su compañera de selección no pudo participar en la mayor parte de las pruebas que tenía en su programa debido a una crisis psicológica fruto de la gran presión que había sentido durante años donde los ojos del mundo estaban puestos sobre ella, mientras cargaba, además de con las expectativas, con las secuelas de los abusos sufridos en el caso Larry Nassar.
Tras la renuncia de Simone, Jordan fue quien ocupó su puesto y quien pasó a formar parte de un equipo que terminó mordiendo una valiosa medalla de plata en Tokio. Fue ahí cuando tocó su cielo deportivo, aunque lo hizo a costa de perder por el camino a una compañera y a todo un icono del deporte que tanto ama. Ambas son muy amigas desde que en la familia Chiles cambió en 2019 su domicilio desde el estado de Washington a Texas para que Jordan pasase a entrenarse en el gimnasio propiedad de Simone Biles.
Su anécdota familiar
Su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 tuvo también una curiosa historia detrás además de su relación con Simone Biles y de esa conquista de una presea. Su billete para la cita nipona estuvo estrechamente relacionado con unos problemas legales que padecía su madre, Gina Chiles, la cual estaba acusada de un grave fraude.
Gina Chiles regentaba una agencia inmobiliaria, Vision Property Management LLC, a través de la cual estafó a decenas de clientes con proposiciones de negocios ficticios durante los años 2014 y 2016. Dichos clientes hacían diferentes ingresos en cuentas bancarias que estaban destinados a pagar facturas y obras de mejora y renovación de bienes inmuebles en los que supuestamente estaban invirtiendo. Eso era lo que les hacían creer los abogados de Gina, ya que en realidad, la madre de la gimnasta desviaba esos fondos a cuentas propias para su uso personal.
Durante tantos meses de repetidas estafas consiguió hacerse con una fortuna superior al millón de dólares. A pesar de que la señora Chiles se enfrentaba a una pena de hasta 20 años de cárcel, terminó reconociendo su culpabilidad pactando un año y un día de ingreso en prisión y del pago de 1,2 millones de dólares de indemnización.
Sin embargo, el proceso se alargó y el momento de entrar en la cárcel terminó coincidiendo con la participación de su hija Jordan en los Juegos Olímpicos de Tokio. La madre de la gimnasta sentía la necesidad de apoyar a su hija y pidió una prórroga para su ingreso en prisión hasta que concluyera la cita olímpica. Finalmente, los abogados de la defensa consiguieron ingeniárselas para que el juez terminara accediendo a esta petición y así fue como Gina consiguió, con su actuación en Tokio y su medalla, echar una mano a su madre con su condena.
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