El nombre de Oscar Pistorius (Sudáfrica, 1986) ya está escrito en los libros de historia olímpicos. El atleta comenzó haciéndose hueco entre los mejores en el mundo del deporte paralímpico gracias a sus dos prótesis de titanio y fibra de carbono. Años después, consiguió ganar una batalla legal a la IAAF para participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Y cuando ya era archiconocido en todo el planeta, protagonizó una terrible escena donde acabó con la vida de su pareja, Reeva Steenkamp, tras varios disparos. Pistorius fue condenado a casi 14 años de cárcel y recientemente ha sido trasladado de cárcel en la última fase antes de la libertad condicional.
Pistorius fue condenado en 2014. Inicialmente se le culpó de un homicidio culposo, por lo que iba a pasar cinco años encarcelado. En 2015, sin embargo, esa sentencia fue anulada por considerarse que había habido un veredicto erróneo mientras se pedía que cumpliera con los 15 años por asesinato. En 2016 apenas se amplió un año más la condena a un total de seis. Sin embargo, sería en 2017 cuando la justicia sudafricana doblara la pena inicial hasta situarla en 13 años y cuatro meses de cárcel. Un calendario carcelario que deja la posibilidad de quedar en libertad condiciona en 2023. Para ello, antes deberá pasar por un proceso de acercamiento a las víctimas.
El velocista paralímpico y olímpico, en su intento por acercarse a la libertad condicional, ha aceptado ser trasladado de prisión en su país. Pistorius ha abandonado Pretoria y se le ha trasladado a una cárcel cercana a Port Elizabeth, donde se encuentra la familia de la víctima Reeva Steenkamp. Allí, según han recalcado las instituciones penitenciarias, tendrá que cumplir con un paso previo antes de poder solicitar la prisión condicional: acercarse a los familiares de la víctima para conocer su situación.
Por ello, ver a Oscar Pistorius fuera de prisión no será posible a corto plazo. Como mínimo, será en 2023 cuando entre a formar parte de la lista de reos que puedan salir a la calle. Su aspecto, después de convertirse en uno de los rostros más conocidos del mundo del deporte, es una de las grandes dudas. El protagonista de una historia de superación que quedó manchada por su condena por asesinato.
Un ídolo caído
Pistorius nació en una familia con buenos recursos económicos. A los 11 meses, y tras comprobar que no tenía peroné, sus padres decidieron ponerle en manos de los médicos para buscar el mejor consejo. La decisión fue amputarle parte de las piernas para así ayudarle con unas prótesis. Ahí comenzó la vida de superación de Pistorius.
El sudafricano vio como su familia comenzó a resquebrajarse. Sus padres se divorciaron y se quedó con su madre. Pasaron de vivir en una zona acomodada a un barrio algo más conflictivo. Y, de ahí, su madre empezó a coquetear con la mala vida. Por si fuera poco, y para no preocupar a sus hijos, se calló una enfermedad que acabó con su fallecimiento cuando Pistorius tenía 15 años.
Pese a todo, el sudafricano siguió adelante. Destacó en la escuela y soñó con el deporte. Así, a los 17 años, consiguió acudir a unos Juegos Paralímpicos. Pistorius fue a representar a su país a Atenas 2004 y se llevó un oro en 200 metros lisos y un bronce en los 100. Además, en 2007 logró competir con atletas sin discapacidad subido a sus prótesis.
Su nivel era tan bueno que comenzaron las críticas a las instituciones por posibles ventajas respecto a sus rivales. La IAAF, en 2008, entendió que Pistorius competía con superioridad frente a atletas sin discapacidad. Y en el mismo año, antes de Pekín, el TAS le dio la razón tras un análisis. Pistorius, sin embargo, no llegaba a tiempo para competir en los Juegos Olímpicos y se conformó con los paralímpicos donde lograría una nueva medalla de oro.
El objetivo pasó a estar en Londres 2012. Y, esta vez sí, pudo estar con el resto de atletas olímpicos. Así, Oscar Pistorius se convertía en el primer atleta paralímpico en competir en unos Juegos Olímpicos. Llegó hasta semifinales en 400 metros y se llevó el premio de haber hecho historia en una cita como esta. Ahí cambió su vida.
La escena del crimen
El nombre de Oscar Pistorius dio la vuelta al mundo. La historia de superación no podía ser mejor. Pero en 2013, el idilio pasó a ser un infierno y el deportista cambió las pistas por la cárcel tras ser arrestado. El sudafricano acabó con la vida de su novia e inició un largo proceso judicial que marcó la agenda del país. El máximo representante deportivo de toda Sudáfrica, uno de los mejores de todo el continente, afrontaba una condena y una nueva 'carrera' en la cárcel.
Los hechos siempre generaron dudas. Era de noche en la casa de la pareja. Pistorius, armado, lanzó varios disparos contra la puerta del baño sin saber quien había detrás. Al menos esa siempre fue su defensa: pensaba que les estaban atracando e intentó defenderse. Tras esa puerta no había ningún ladrón, sino su pareja Reeva Steenkamp. Cuatro disparos acabaron con su vida.
Pistorius, siempre arrepentido, fue arrestado y condenado a algo más de 13 años. La gran clave del juicio estuvo en saber si el deportista disparó a conciencia de que su pareja estaba tras esa puerta. De igual manera, y descartando que conociera la identidad de quien se escondía en el baño, la justicia sudafricana entendió que con cuatro disparos la intención no era otra que asesinar a alguien. Hasta 2023, Pistorius no podrá saber si la libertad está más cerca.
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