No pudo ser. España jugaba por primera vez en casa un Mundial de balonmano femenino, pero pero la presión pudo con esta nueva generación de jugadoras. Después de que en 2019 se venciera a Noruega para acceder a una final histórica, las de José Ignacio Prades no han podido reeditar la machada que habría supuesto vencer a las actuales campeonas de Europa. La selección escandinava dominó a las locales por 27-21 y se metieron en la gran final ante Francia. [Así vivimos el Noruega - España del Mundial de balonmano femenino]
A pesar de que Silvia Navarro cumplió en la portería, la gran cantidad de pérdidas que tuvieron Las Guerreras durante todo el encuentro marcó la diferencia. Dio más oportunidades para salir al ataque, mientras España no podía aprovechar sus opciones contra la portería noruega. Tampoco regalaban nada desde el arbitraje, por lo que iba a hacer falta un milagro que en ningún momento hizo atisbo de aparecer. La debacle se fue cociendo con el paso de los minutos.
Si al descanso la selección se fue con la alegría de empatar por primera vez el choque, al regreso del descanso llegó el choque con la realidad. Una concatenación de pérdidas supuso que España viera como la diferencia con Noruega iba creciendo hasta tocar los ocho goles. Pagaron la novatada con la forma de gestionar un marcador en contra durante todo el partido. La mano pesaba a la hora de pasar el balón sin estar excesivamente exigidas por las escandinavas.
Queda el consuelo de luchar por una medalla de bronce que sabría prácticamente a oro. España está inmersa en ese proceso de cambio generacional. Este no es el Mundial de las jóvenes que empiezan a aparecer. La selección puede irse con la cabeza alta en esa pelea por las medallas que tendrá por delante el domingo ante Dinamarca. Las de José Ignacio Prades buscarán el que sería segundo bronce de la historia para Las Guerreras.
Una odisea
La selección española era consciente del colosal reto que suponía superar a Noruega, vigente campeona de Europa. Las Guerreras, que no conocían la derrota en este Mundial, plantaron cara a Noruega en los primeros minutos de partido, con Shandy Barbosa muy enchufada y levantando al público de Granollers con sus dos primeros goles. Sin embargo, Noruega consiguió su primera gran ventaja con un duro parcial de 4-0 con dos tantos de Nora Mork. Pero encontraron su momento en el partido. Con un acelerón en la recta final de la primera parte consiguieron igualar la contienda con un gol de Jennifer Gutiérrez tras un robo de Barbosa.
Pese a que las Guerreras tiraron de garra y consiguieron ese meritorio empate al descanso, la selección nórdica fue implacable en una segunda mitad de claro color nordico. Disfrutando de la claridad ofensiva de Mork y Brattset, las escandinavas conseguían elevar la ventaja en el marcador gracias a las 16 pérdidas de España y a la actividad de Lunde en la portería: acabó con 13 paradas. Noruega se metía en su octava final de la historia, pero a España le queda esa opción de una nueva medalla el domingo a las 14:30 horas.
[Más información: Francisco Blázquez: "¿45.000 en el Bernabéu en un partido de balonmano? Podemos hacerlo"]
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