Kliment Kolesnikov, el Zar de la natación mundial: Rusia mima al dominador de la piscina corta
Una posible trombosis en 2019 puso en riesgo su carrera. Es todo un ídolo en su país, donde le fue concedida la Medalla de la Orden del Mérito a la Patria.
21 diciembre, 2021 06:00Noticias relacionadas
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Kliment Andréievich Kolesnikov (Moscú, Rusia; 2000) es el hombre del momento en el panorama de la natación mundial. El joven nadador ha sumado tres medallas de oro en los Mundiales de piscina corta que se están disputando en estos días en Abu Dhabi. El ruso dominó con mano de hierro la prueba corta de la espalda. Lo hizo una hora después de que brillase en los 100 estilos, una prueba que ya ganó en 2018. El título de rey de los campeonatos se lo ganó con el triunfo en el 4x100 libre.
Este millennial está demostrando que la pandemia no le ha afectado y que solo puede ir a más. Con su cruz ortodoxa colgada del cuello y su chicha de atleta sin pulir, este joven es el gran exponente de la nueva hornada. Sigue con su progresión con fuerza armado de un cuerpo largo, de 1,98 metros, y redondeado, de superficies más parecidas al casco de un submarino que a la tabla de surf que gastaban clásicos. Está listo para quitarle el título de Zar a Alexander Popov.
Famoso por sus récords mundiales como espaldista de categoría juvenil, Kolesnikov comenzó a probarse seriamente en el estilo libre hace un año. Primero en piscina corta. Descubrió que, igual que se deslizaba como un tiro nadando boca arriba, podía hacer lo mismo panza abajo. Es lo mejor que ha producido Rusia y lo lógico es que en algún momento Caleb Dressel y él comiencen su guerra fría particular por ser el nadador más rápido de la tierra.
En su primer gran intento en los Juegos Olímpicos se quedó a solo 0,02 de su compatriota Evgeny Rylov en los 100 metros espalda y se tuvo que conformar con la plata. Era la primera medalla rusa en esta distancia y prueba desde 1996. Esto supuso que Rusia le entregase tanto a él como al hombre que fue medallista de oro en esa prueba la Medalla de la Orden del Mérito a la Patria, la mayor distinción deportiva que puede ser concedida en la nación. Es un ídolo y va a por más.
Problemas de sangre
A los 18 años, Kolesnikov tuvo que someterse a una cirugía debido a un episodio de trombosis venosa y una embolia. En ese momento era dos veces campeón del mundo de pista corta, tres veces campeón de Europa y poseedor del récord mundial en los 50 m espalda. Sus vasos sanguíneos se bloqueaban y eso ponía contra las cuerdas la carrera del talentoso nadador. Pero estos problemas terminaron remitiendo y él mismo desmintió la posibilidad de su retirada.
El entrenador personal del deportista Dmitry Lazarev también desmintió la información que apareció. "No hubo operación, solo estaba siendo examinado, un examen médico planificado", explicó en ese momento. Nunca se aclaró en qué situación quedó su salud, pero está claro que visto su rendimiento desde entonces, su progresión no se ha visto comprometida.
Los Juegos Olímpicos
Gennady Prigoda retó a Matt Biondi en Seúl y Alexander Popov irrumpió en el feudo de Gary Hall en Atlanta. Tokio todavía era demasiado pronto para Kolesnikov, pero se fue de Japón con dos metales. La natación rusa ha alumbrado a un nuevo prodigio capaz de nadar al límite de las posibilidades humanas en la prueba que más leyendas ha consagrado en una piscinam esos 100 metros libres en los que solo pudo conseguir el bronce.
Caleb Dressel volvió a imponerse pulverizando el récord olímpico estableciendo su nueva marca con 47,02 segundos. Superó en seis centésimas al campeón en Río, el australiano Kyle Chalmers. Los dos favoritos corrieron demasiado rápido para Kolesnikov, aunque no toda la prueba. Al estadounidense le debió resultar novedoso que al emerger del nado subacuático en la línea de 15 metros llevaba enganchado un extraño en el hombro derecho.
El estrés al que se someten para preparar unos Juegos en ciclos de cuatro años acaba por agotar su energía. Kolesnikov, con 21 años, puede soñar con llegar a París 2024 en plenitud. Chalmers, con 23, goza de la serenidad que le confiere el prestigio de poseer el título de campeón. Toda la presión de la final fue para Dressel, que a sus 24 años sentía que había llegado el momento irrevocable. El ruso se quedó finlmente a 4 décimas, aunque en la actualidad seguro que serán menos.
"En Tokio, por supuesto, esperaba subir al podio. Y estaba muy feliz de haber llegado allí, pero hubo un gran bajón. Después de todo, te has estado preparando para los Juegos Olímpicos durante muchos años. Luego nadas tus cien metros de distancia en un minuto, obtienes lo que buscabas y, se podría decir, dejas de entender qué hacer a continuación", expresó Kolesnikov. Está claro que ha encontrado qué hacer con los resultados en los mundiales.
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