La historia de Scarlett Bourdeaux es una de las más curiosas que ha dejado este 2021 en el universo de la lucha libre. El wrestling es un lugar habitual de polémicas sexistas y eso es algo que sabe bien esta luchadora que ha pagado muy caro su gusto por cuidar su estética y su físico.
Algunos dentro del negocio no se tomaban demasiado bien que el éxito que conseguía Scarlett llegara desde el exterior de los muros que muchas veces encierran a los deportistas dentro del mercado de la lucha libre. Sin embargo, Scarlett siempre se ha auto-considerado como una rebelde dispuesta a cambiar las cosas o, al menos a intentarlo con el firme propósito de sentirse libre, sin ataduras a unos estereotipos o algo dictados por unos regímenes con los que no comulga.
Quizás es por eso que con motivo del fin de año ha decidido dar un giro drástico a su carrera deportiva. Después de sufrir un injusto, ahora ha decidido entrar en la famosa comunidad de 'Onlyfans', una plataforma que funciona de manera muy similar a una red social, pero en la que se comercializa con contenido para adultos a través de suscripciones.
Perseguida por su físico
Scarlett Bourdeaux es una luchadora con una dilatada trayectoria profesional en diferentes compañías de wrestling. Muy conocida sobre todo en Estados Unidos, su camino no ha sido nada fácil. Especialmente por un motivo que ella ha denunciado varias veces. El de ser considerada como una mujer guapa o atractiva.
De hecho, Scarlett denuncia que ha perdido muchas oportunidades dentro del 'mundillo' por ser demasiado guapa o sexy, algo que no concordaba con algunos propietarios de estos negocios que no estaban dispuestos a consentir un éxito exterior a sus dominios. A esta deportista de la lucha libre siempre le ha gustado promocionar sus posados provocativos a través de sus redes sociales y de diferentes reportajes o trabajos relacionados con la moda.
Esta tendencia es por la que ha sido castigada en varios momentos de su carrera, provocando que haya tenido que ir cambiando de empresa de lucha libre en ocasiones por encima de sus deseos. Los mayores momentos de vergüenza los ha tenido que vivir durante su periplo en la empresa Impact Wrestling. Allí, Elizabeth Chiaia, como se llama realmente, vio como tenía que cambiar de aires tras recibir duras críticas por su particular estilo de vida.
Fue en ese momento cuando recibió la llamada de la WWE, la empresa de lucha libre más importante del planeta. Allí ha permanecido hasta que este año 2021 ha decidido dar por terminada su carrera para iniciar otros proyectos después de su desencantamiento total con el negocio de la lucha libre.
Salida de la WWE
Elizabeth tuvo que abandonar el mayor gigante del entretenimiento relacionado con el wrestling el pasado mes noviembre cuando tuvo un percance médico que terminó resultando en un caso de burdo sexismo. Después de varios combates, Scarlett se dio cuenta que uno de sus pechos no estaba igual que el otro y por eso decidió acudir a un médico.
Ella, que estaba operada de la zona al decididr ponerse unos implantes mamarios, empezó a preocuparse con la situación. Y bien que hacía, ya que tras ese paso por los doctores supo que una de sus protesis se había roto y había quedado totalmente destrozada, seguramente por la reiteración de golpes recibidos.
Ese fue el fin de su aventura en la compañía de Vince McMahon, de la que solo unos meses antes se había convertido en pieza fundamental de los eventos principales. Una estrella, un icono a nivel mundial, que tenía que decir adiós por la puerta de atrás junto a su pareja, Karrion Kross.
El motivo de este despido no fue otro que la necesidad que tenía de pasar por el quirófano para corregir el problema que había sufrido. Sin embargo, no tenía la autorización para ello de la WWE, ya que tenía combates pendientes en los conocidos programas de RAW y SmackDown.
Antes de participar en un evento de NXT, pasó por la consulta de su médico y confirmó los peores pronósticos: "Oye, no sé si me estoy volviendo loca o si siempre se vieron así, tal vez solo estoy cansada ". Le dijo al galeno, a lo que este le respondió: "Sí, uno de tus pechos se ha ido por completo".
En ese momento no pensó que podía estar ante el final de su carrera: "Puedo operarme y superar esto para estar en el ring, eso no es un problema simplemente no puedo luchar de inmediato". Así confesaba a Renee Paquette en Oral Sessions lo que pensaba en ese momento, sin saber lo que vendría después.
Sin embargo, nunca más volvió a subirse a un ring. Desde la WWE le aconsejaron que se quedara en la figura de manager de luchadores hasta que pudiera volver a tener sus propias peleas. No obstante, esta opción le duró poco tiempo, ya quería que su figura estuviera sobre el ring de manera activa, por lo que decidieron suprimir su condición de manager. Así permaneció durante cuatro meses, en el más oscuro anonimato, sin volver a tener ni una sola noticia por parte de la WWE, ni siquiera cuando ya podía estudiar su regreso a los cuadriláteros.
De esta manera, en el mes de noviembre, puso fin de manera definitiva a su relación con la WWE, quien la había apartado totalmente de sus funciones después de aquel problema con sus prótesis mamarias. Scarlett quedó tan dolida que decidió terminar con todo.
Su nueva vida
A sus 30 años, Scarlett no sabe si volverá a luchar de manera profesional alguna vez o si sus días de gloria sobre el cuadrilatero han terminado ya para siempre. Sin embargo, lo que no ha abandonado es su espíritu activo y su gusto por los posados y por el cuidado de su cuerpo y de su belleza.
Por eso, antes de terminar el 2021, ha decidido empezar una nueva etapa en su vida, la de dedicarse a la comercialización de su propio contenido para adultos. De esta forma, ha decidido abrir su propia cuenta de 'Onlyfans' con motivo de las fechas festivas y ya ha dejado para sus mejores clientes sus primeros productos.
Después de casi toda una vida dedicada a la lucha libre, peleando contra rivales y contra los comentarios sexistas de buena parte del negocio, ha dado un giro de 180 grados a su vida adentrándose en un nuevo mundo en el que espera poder seguir haciendo lo que libremente elige sin tener que rendirle cuentas a nadie.
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