El trabajo de paz del COE para los JJOO de Pirineos 2030: busca nuevas sedes en Bosnia y Andorra
El Comité Olímpico Internacional ha acelerado en los últimos días las gestiones para descentralizar varias pruebas en mitad de un clima tenso.
15 febrero, 2022 03:00Noticias relacionadas
Si España y el Comité Olímpico Nacional consiguen sacar adelante el proyecto de los Juegos de Invierno del año 2030 será digno de estudiar en las escuelas. La labor de Alejandro Blanco y todo su equipo por llegar a un buen entendimiento entre las partes está siendo encomiable.
Además, no están encontrando el apoyo necesario que debería mostrar el Gobierno central para resolver un conflicto territorial que amenaza con afectar a la paz nacional. Por encima del Consejo Superior de Deportes y del ministerio, se requiere una fuerza de mayor voz y mando que ponga calma en la guerra abierta entre Pere Aragonès y Javier Lambán.
Los presidentes de la Generalitat de Cataluña y del Gobierno de Aragón siguen sin ponerse de acuerdo y el tiempo avanza. La fecha límite para encontrar un camino común está fijada en torno al mes de abril. Aunque queda tiempo suficiente, lo cierto es que esta situación de crispación y este clima de tensión se sigue prolongando desde hace semanas.
Aquel encuentro fallido entre los dos presidentes supuso el punto más álgido de su disputa. Desde entonces, ninguno de los dos ha protagonizado grandes espectáculos relacionados con su conflicto, pero lo cierto es que la frialdad y las tiranteces siguen existiendo y Barcelona-Pirineos 2030 empieza a tener las horas contadas. El tiempo apremia y llegar a pactos es fundamental. Cataluña no parece por la labor de colaborar y Aragón ya ha rechazado presentar una candidatura propia. Sin acuerdo, no habrá Juegos.
Y en mitad de todo se encuentra el Comité Olímpico Español, que lleva semanas haciendo gestiones en la sombra para encontrar el camino de la paz a la par que intenta avanzar el proyecto. De momento, Alejandro Blanco y todo su equipo han iniciado de manera efectiva el camino de la expansión internacional poniendo sus miradas en Bosnia y Andorra.
El túnel de Sarajevo
Tanto Javier Lambán como Pere Aragonès tienen claro que uno de los principios de esta candidatura, la lidere quien la lidere y sea de quien sea, es que será puramente abierta. Gozará de un gran clima de aperturismo y de una expansión internacional sin precedentes teniendo en cuenta que se trata de un proyecto, en principio, nacional.
Una de esas nuevas vías de ampliación la ofrece Bosnia. El Comité Olímpico Nacional, con su presidente Alejandro Blanco a la cabeza, tuvo una importante reunión la semana pasada para abordar este tema con las autoridades bosnias. La intención es buscar un país en el que se puedan disputar las pruebas que requieren del túnel de hielo, una infraestructura de la que ahora mismo España carece.
El objetivo no sería otro que descentralizar la disputa de las pruebas de bobsleigh, skeleton y luge, y trasladarlas a la ciudad de Sarajevo. Allí se encuentra uno de los túneles de hielo con más historia del mundo y dada la gran relación internacional y, especialmente de las ciudades de Barcelona y Sarajevo, esta es una opción que se está barajando seriamente. Las relaciones entre las dos ciudades fueron especialmente buenas y estrechas durante la Guerra de Bosnia de los años 90. Tanto es así que la capital balcánica fue considerada simbólicamente como el distrito 11 de la ciudad condal.
De momento, el COI ya ha mantenido varias reuniones con las autoridades bosnias para tratar este asunto. Durante el avance de su proyecto, Cataluña barajó las posibilidades de que Austria o Francia también pudieran acoger estas pruebas, pero parece que la opción elegida es Bosnia. Al menos por ahora. Uno de los mayores problemas es que ese famoso túnel se encuentra totalmente obsoleto ya que no se utiliza precisamente desde la guerra. Decidir quién debería soportar los costes de la remodelación podría abrir nuevas grietas en el conflicto.
Si se produjera de manera definitiva la entrada de Bosnia en la candidatura, se reforzaría la concepción de Pirineos 2030 como un proyecto de alianzas internacionales que se aleja de las macroconstrucciones y que apuesta por soluciones sostenibles. No obstante, a pesar de las buenas relaciones entre el COE y el COB, todavía queda mucho por resolver.
La consulta de Andorra
En mitad de la guerra entre Aragón y Cataluña, no solo Bosnia y Sarajevo toman el protagonismo internacional. Sucede algo parecido con Andorra. La posibilidad de la entrada del Principado se lleva rumoreando desde hace meses y ahora parece tener más fuerza que nunca. Sin embargo, es el gobierno de Pere Aragonès quien apuesta con más intención por esta medida.
El presidente de la Generalitat acercó también la pasada semana la posibilidad a Andorra de colaborar con este magnánimo proyecto, pero tratando directa y principalmente con Cataluña. De esta forma, se abriría una nueva grieta en la relación entre las dos comunidades autónomas.
De momento, Cataluña está haciendo esta guerra por su cuenta sin contar con Aragón, con quien todavía no se ha reunido. La idea es establecer acuerdos comerciales y sinergias logísticas entre las dos zonas. Un punto muy a tener en cuenta es la disponibilidad en la infraestructura hotelera. No obstante, no se descarta que como parte de este gran acuerdo que están cerca de cerrar también implique el traslado de algunas pruebas hasta suelo andorrano.
El COE aguanta el tirón
El Comité Olímpico Internacional no ve con malos ojos esta doble expansión territorial por Andorra y Bosnia. Sin embargo, en la institución nacional consideran fundamental que las dos partes terminen llegando a un acuerdo y a un entendimiento para poder resolver el asunto de manera civilizada y conjunta.
La realidad es que las relaciones entre los dos territorios y entre sus dirigentes están más que maltrechas. El entendimiento es nulo y la situación amenaza con alargarse un tiempo que ahora mismo el proyecto no tiene. Lambán y Aragonès todavía no han encontrado una fecha para volver a reunirse y poner sobre la mesa este tipo de asuntos.
Hace ya dos semanas que se suspendió aquel encuentro que ambos iban a tener y de momento todo sigue en el aire. El conflicto nace por la distribución de las diferentes competiciones en una y otra sede. Eso hasta que Barcelona decidió cortar por lo sano y adjudicarse el liderazgo de un proyecto de país, llevando a Aragón como elemento subalterno. Lógicamente, el gobierno de Lambán no compra esta propuesta.
Mientras los políticos siguen discutiendo, el Comité Olímpico Español sigue haciendo su trabajo deportivo como buenamente puede y ya tiene un plan para el reparto de las competiciones. Las pruebas de esquí alpino se celebrarían principalmente en La Molina y Masella, en Cataluña. El snowboard, en Baqueira, también Cataluña. El esquí de fondo en Aragón y las pruebas de hielo en Barcelona, aunque Zaragoza y Jaca también parten con opciones.
Esta es la distribución que ofrece el COE mientras intenta lidiar entre las dos fuerzas que ahora mismo están enfrentadas. Un trabajo de paz en mitad de un proyecto deportivo al que ahora parecen sumarse por la retaguardia tanto Bosnia como Andorra a pesar de que el futuro del mismo no esté todavía claro. Para el Comité, el éxito del proyecto conjunto entre Cataluña y Aragón pondría los Pirineos en una situación internacional privilegiada y consolidaría que el deporte supera las diferencias políticas.
[Más información: Vancouver, nuevo rival de España y los Pirineos por los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030]