Mientras la guerra en Ucrania no cesa, la vida intenta abrirse camino pasándole la factura a la Rusia de Vladímir Putin por su masacre. El cerco y el bloqueo al estado soviético se está pudiendo ver en muchos ámbitos diferentes de la economía, de la sociedad o de la política. El deporte no ha sido menos y los atletas rusos están pagando las consecuencias de los actos de su líder supremo.
Por ello, muchas instituciones y competiciones ya han ordenado la expulsión de deportistas, equipos y selecciones representantes del país. Se ha podido ver en la Fórmula 1, en el fútbol, en el baloncesto, en el tenis o en el ciclismo. Desde la FIFA hasta la FIBA pasando incluso por el Comité Olímpico Internacional. Todos han vetado a las agrupaciones rusas y han exigido a los deportistas soviéticos que compiten con formaciones de otros países que se manifiesten en contra del conflicto bélico.
A muchos de ellos ni siquiera les ha servido. Sin embargo, existe un reducto al que todavía estos vetos no han llegado. Aunque podrían llegar fruto de la presión. Se trata de la natación, donde dependiendo de la competición y de quien la rija, Rusia paga los platos rotos de Vladímir Putin o no. La polémica ha surgido ahora en torno a los próximos campeonatos del mundo que se celebrarán en el mes de junio y en el que los atletas rusos pueden seguir compitiendo representando al país y a sus selecciones.
La FINA, nota discordante
Los campeonatos del mundo de natación están regidos por la Federación Internacional. Recientemente se han publicado las listas de los países y deportistas que de momento están dentro de la competición y Rusia sigue contando con su representación normal. Una circunstancia que ha llamado y mucho la atención ya que el Tribunal de Arbitraje Deportivo acaba de confirmar algunos vetos hacia el país de Vladímir Putin como el del próximo Mundial de fútbol que se celebrará en Qatar y para el cual Rusia no ha podido clasificarse tras el estallido de la guerra.
Sin embargo, la FINA no ha hecho lo propio para los próximos campeonatos del mundo, especialmente con las selecciones masculina y femenina de waterpolo. El sorteo de los grupos de la competición se hará el próximo 12 de abril y de momento, no se han tomado decisiones al respecto sobre la prohibición o no de que participen. Sin contraorden, prevalece lo que en teoría debería ser normal y es que aparezcan. No obstante, todos denuncian que tras abrirse un conflicto bélico de esta magnitud, lo que menos hay después de todo es normalidad.
Los campeonatos del mundo se celebrarán en Budapest, Hungría, del próximo 18 de junio al 2 de julio. Y si nada lo remedia, Rusia campará a sus anchas, algo que no ha podido hacer en casi ninguna otra competición o deporte. Hasta el momento, el máximo organismo federativo no ha tomado ninguna decisión al respecto.
Algunas informaciones incluso señalan que los deportistas rusos podrán competir con total normalidad, aunque eso sí, sin mostrar su bandera nacional ni símbolos como el himno. Sería una medida similar a la que se produce durante los Juegos Olímpicos. Sin embargo, esta circunstancia no tiene nada que ver con la guerra, si no con la sanción que arrastra el país por sus escándalos de dopaje sistemático.
Conflicto en la natación
Esta situación que podría estallar en los próximos campeonatos del mundo, si no se remedia antes, ha abierto un conflicto interno en el propio deporte. Según la competición de la que se trate, los deportistas y selecciones rusas pueden o no participar. También depende de qué institución esté el mando de las operaciones.
Por ejemplo, la Liga Europea de Natación ha impartido una política totalmente contraria ya que ha decidido excluir a todos los deportistas rusos de sus competiciones. Por ello, en la Euroliga femenina de waterpolo, sus equipos han sido suspendidos antes de disputar la Final Four. Tampoco podrán estar sus selecciones en los Europeos ni de natación ni de waterpolo. Sin duda una postura que contrasta y mucho con la de la FINA.
La Federación Internacional ha recibido ya el rechazo y la crítica de otras federaciones nacionales como la de Suiza, que se niega a participar en las competiciones si Rusia y Bielorrusia no son eliminadas. Por su parte, el presidente de la FINA, Brent Nowicki, afirma lo siguiente: "El bienestar de los atletas sigue siendo nuestra prioridad y este estatuto otorga a la FINA la capacidad de realizar una evaluación de riesgos y tomar medidas si la seguridad de nuestros atletas está en riesgo o la realización de nuestros eventos se ve amenazada".
Una posición tibia que no responde al problema real que existe. De momento, la situación de los campeonatos del mundo se mantiene parada, algo que también cuesta de entender teniendo en cuenta que la propia FINA ya había tomado otras decisiones. Con respecto a la Liga Mundial, Rusia sí ha sido apartada. Por eso no ha jugado este martes el encuentro que le correspondía contra España. Habrá que esperar ahora a ver si estas decisiones se extienden también a los mundiales de Budapest.
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