España cerró el Mundial de Atletismo en pista cubierta de Belgrado 2022 con la alegría de la prueba de relevos del 4x400 metros. Allí el grupo formado por Iñaki Cañal, Manuel Guijarro y Bernat Erta consiguió una plata más que meritoria. El líder del cuarteto fue un Bruno Hortelano que hizo más rápido su tentativa. A sus 30 años, en esta temporada está demostrando que los fantasmas del pasado se han quedado ahí y vuelve a ser la gran referencia de la velocidad española.
Este último verano se llevó un importante revés: no estaría en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El nacido en Wollongong renunció a la cita más trascendental del mundo del atletismo porque su "bucle de lesiones" no le había permitido hacer una correcta preparación. Tuvo que priorizar terminar bien el 2021 y comenzar su carrera para llegar a París 2024 en la mejor forma posible. Lo visto este fin de semana en Serbia indica que Hortelano va por el buen camino.
El conjunto español peleó por el oro hasta el final. Sin embargo, el equipo belga supo gestionar mejor sus últimos relevos hasta pasar primeros por línea de meta. Bruno Hortelano fue el encargado de abrir la prueba de relevos para España. Y, por lo tanto, también fue el responsable de que el equipo fuera al frente durante toda la carrera. El 46,37 que marcó en esa primera tentativa fue vital para ganar la plata, aunque él pusiera por encima el trabajo de todo el equipo.
Hortelano empieza a ver la luz. Después de varios años de idas y venidas, de dudas y lesiones, el atleta español nacido en Australia parece haber encontrado el camino de vuelta a los éxitos. No pudo con el 400 en solitario, pero sí en grupo. El objetivo de volver al 200 metros, la prueba en la que fue semifinalista en Rio 2016, parece ser el siguiente reto. Ya tiene puesto un ojo en la meta de Eugene, el Mundial al aire libre que se celebrará este año en Estados Unidos y en el que quiere volver a ser la estrella que un día fue.
Cambio de vida
Bruno está más cerca de esa versión que le hizo vivir los mejores años de su carrera y que le llevaron a ser el plusmarquista nacional en los 100, los 200 y los 400 metros lisos. Tras establecer nuevos cambios en su preparación con el fin de buscar un nuevo salto, la vida que lleva en los últimos meses le convierte en uno de los atletas en mejor forma. El terrible accidente que sufrió en septiembre del 2016 y todo lo que trajo consigo parece haber quedado en el olvido.
Bruno ha intentado llevar a cabo algunos cambios en su preparación física, su mentalidad, su descanso, su alimentación y el cuidado y tratamiento de su cuerpo para reducir las lesiones y asimilar mejor la carga y acumulación de esfuerzos. Es un trabajo que lleva haciendo desde 2018, pero que no ha sido hasta cuatro años después cuando está encontrando los resultados que esperaba. Bajo la tutela de Pedro Jiménez-Reyes, Hortelano vuelve a volar.
Este estudioso del atletismo de Jaén le ha abierto un panorama completamente nuevo apoyado en datos, sensaciones y sentimientos con el que está recuperando lo que un día fue. El regreso a los muros de la Residencia Blume en el Centro de Alto Rendimiento de la capital de España también le ha sentado bien. Todo es poco para modelar su presencia en París 2024, el momento en el que de verdad podrá decir que por fin está de vuelta.
"Un peso de encima"
Se lo quitó con la plata de este domingo. "No sé si me esperaba, porque esperar suena pasivo. Esto ha requerido trepar, hacer un poco de montañismo. Han sido años muy difíciles, sobre todo por tema de lesiones y porque las cosas no salían", explicaba al llegar al aeropuerto de Madrid. En 2018 vivió una crisis mental y física que le agarrotó. Le introdujo en un túnel del que no sabía si sería capaz de salir. "Hace cuatro meses no me imaginaba aquí", decía tras la carrera.
Dado su enorme potencial, siempre ha sido referencia en el atletismo mundial. Eso supuso que sobre sus hombros cayera una gran responsabilidad defendiendo los colores del país. Bruno no quería hablar sobre París 2024 ni Eugene, que está más cerca en el calendario. Pero él mismo se ha fijado el reto de poder estar en las finales del 100, del 200 o incluso en ambas. El primer paso será el de la segunda distancia, más acorde a la preparación que ha hecho hasta ahora.
Bruno Hortelano no había olvidado la promesa que hizo en aquel Europeo de Berlín de hace casi cuatro años. "Les debo una", afirmó entonces y este domingo cumplió. A aquel bronce de 2018 y la plata posterior en el Europeo en pista cubierta de 2019, se suma ahora una plata en un Mundial indoor, lo nunca vivido. Más allá de este hito, es la constatación de que el velocista con más calidad que ha dado este país está de vuelta. Aunque todavía hay un camino largo para reconfortarse.
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