La falta de certezas científicas en torno al caso de Lia Thomas sigue poniendo en duda la legitimidad de que las mujeres transgénero compitan con tras atletas femeninas. El éxito de la nadadora de 22 años en los campeonatos de la NCAA al ganar la prueba de 500 yardas en estilo libre sigue en el candelero de la actualidad por las críticas de sus compañeras y la defensa de los sectores que defienden los derechos LGTBI. Pero sus datos no demuestran una gran mejora a cuando era hombre.
Es un hecho que el haberse sometido a la terapia de reemplazo hormonal le ha hecho ser mejor nadadora en distancias cortas de lo que era en estas mismas competiciones corriendo contra otros hombres. Pero Lia ha dejado de ser una profesional prometedora durante su etapa universitaria en la piscina larga en comparación con los registros que tenía siendo Will Thomas. A todo esto hay que sumar los cambios físicos naturales que son habituales entre los 18 y los 22 años.
Thomas comenzó a nadar a la edad de cinco años y salió del armario con su familia en el verano de 2018. Comenzó a usar su nuevo nombre, Lia Catherine Thomas, el día de año nuevo de 2020. En ese instante comenzó una batalla que contó con el respaldo de su Universidad de Pensilvania para poder adaptarse a la competición con otras mujeres. Mientras, a sus compañeras esta coexistencia en el mismo vestuario les ha causado una situación muy incómoda.
Centrándose en lo deportivo, las críticas han llegado por el hecho de dejar a otras mujeres sin la posibilidad de competir a nivel estatal. Pero su rendimiento sigue muy lejos de las mejores nadadoras universitarias de siempre. El debate a nivel olímpico se ha centrado en la testosterona, aunque quienes están contra la inclusión de las deportistas trans explican que existen más ventajas. Lia ha dominado la distancia de las 500 yardas, pero no lo ha hecho con las 200 o las 100.
No es 'recordwoman'
Hay quienes dicen que lo ha hecho a propósito. En la misma cita de Atlanta en la que ganó el título de la NCAA, Lia llegó quinta en la carrera de 200 yardas, con un tiempo de 1:43.40, y octava en la carrera de 100 yardas con 48.40. Su tiempo en las 500 yardas es el octavo más rápido de los 56 que recupera The Independent en los últimos seis años sin contar 2020, cuando se cancelaron los eventos del campeonato universitario estadounidense por la Covid-19.
El 4:33.24 de Thomas en Atlanta es siete segundos más lento que el de Katie Ledecky en 2017 (4:26.06), el más rápido de la historia de estos campeonatos, y es la decimoquinta marca de la historia para USA Swimming. En esos seis años, Lia solo habría podido ser tercera en una de las competencias que se recogen. Es decir, la evidencia que deja estos datos es que Thomas, que está en su máximo grado de madurez en esta temporada, no habría dominado la categoría en otros años.
Lia está compitiendo en la campaña 2021/2022 después de saltarse la 2020/2021 para cumplir con la normativa que regía entonces del tiempo al que se ha tenido que someter a su terapia de reemplazo hormonal. La marca de 1:43.40 de Thomas en las 200 yardas de Atlanta es el 31 de 56, mientras que el 48.19 en las 100 yardas sería el 55 de 56. Unos resultados que se mantienen al comparar su rendimiento cuando era un hombre.
La transición
Thomas era el 554 en las 200 yardas masculinas en estilo libre, el 65 en las 500 yardas masculinas y el 32 en las 1.650 yardas antes de iniciar su terapia de reemplazo hormonal. Es decir, Will era un nadador prometedor en Estados Unidos en la piscina larga, pero no en la corta. La transición, además de convertirla en mujer, también ha hecho que pase a ser una nadadora de distancias que exijan menos resistencia y más potencia.
En el campeonato de este año no ha competido en disciplinas de piscina larga. Sin embargo, en la última temporada en la que Thomas compitió en eventos masculinos, ocupó el noveno lugar en todo el país en el estilo libre de 1.000 yardas y el 29 en 1.650 yardas. Will podría haber competido este año en el campeonato de la NCAA si hubiera mantenido ese nivel. En cualquier caso, se habla de una hipótesis porque la terapia de reemplazo hormonal cambió completamente su cuerpo.
Estos datos vuelven a poner el foco si es legítimo criticas a Lia por su apariencia física teniendo en cuenta las diferencias que Katie Ledecky tiene con respecto a otras contendientes, así como Michael Phelps tiene los brazos más largos que algunos rivales durante su carrera. Caster Semenya no pudo estar en los Juegos Olímpicos por no someterse a una terapia hormonal. Mientras tanto, los números de Lia no dicen nada sobre su ventaja sobre otras mujeres.
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