Después de la celebración del Campeonato Femenino de la NCAA de la semana pasada, cuando la nadadora de Penn, Lia Thomas, se hizo con el título universitario en los 500 metros estilo libre y nadó en otras dos finales del campeonato, los miembros de la comunidad de natación siguen emitiendo declaraciones públicas sobre la controvertida presencia de una mujer transgénero en la competición femenina.
Las últimas protestas han llegado de un grupo de nadadoras de la Universidad de Arizona, incluido el veterano entrenador y director del equipo nacional de natación de EEUU, Frank Busch, y la atleta olímpica de 2008, Lacey Nymeyer.
"¿Tenemos derecho a hablar? Es difícil explicar la preocupación que sentimos en la comunidad de la natación femenina tras lo ocurrido la semana pasada. Por un lado, sentimos que vivimos un daño irrevocable al deporte que nos ha hecho crecer y ser mejores. Por otro, nos hemos vuelto a unir como hermanas tras muchos años complicados", escribieron las nadadoras de la Universidad de Arizona en una carta dirigida a la cúpula directiva de la NCAA.
La carta expresó preguntas importantes sobre la imparcialidad de la participación de Thomas. La carta dice que el órgano "les ha fallado a todos" al permitir que Thomas compita contra las mujeres cisgénero mientras se trataba de "contentar a todos". "Se colocó encima de una deportista trans el peso de unas protestas y de una humillación nacional", insisten, añadiendo que las demás nadadoras vieron cómo se "eliminaba la integridad del campeonato".
En la misiva se dice que Thomas "catapultó a un equipo a un programa de los 20 mejores en el país después de no poder sumar un solo punto el año pasado".
¿Desigualdad de oportunidades?
La carta continúa contrastando la situación de Thomas con la de Iszac Henig, un hombre transgénero que sigue siendo elegible para los torneos femeninos y nadó junto a Thomas en la final de 100 metros libres. Se subraya que los transgénero de mujer a hombre "no cuentan con las mismas oportunidades que los que viven el proceso opuesto", que son "duramente perjudicados a la hora de conseguir una plaza en un equipo a causa de las diferencias de fuerza y velocidad entre las distintas categorías".
"Estamos dispuestas y ansiosas por debatir directamente con la NCAA los pasos potenciales que se pueden dar para crear nuevas soluciones para expandir la familia de este deporte", concluye la carta.
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