Letitia James es la fiscal de Nueva York, la primera mujer negra en tener este puesto, que está encabezando investigaciones de acoso y abusos sexuales contra mujeres en empresas. Ahora ha puesto el foco sobre la National Football League (NFL). Junto a otros cinco fiscales generales, ha mostrado "grave preocupación" sobre los informes de una cultura laboral dentro de la liga de fútbol americano que sería "hostil hacia las mujeres". Hay acusaciones de más de 30 extrabajadoras que lo prueban.
The New York Times informa de que las oficinas del comisionado Roger Goodell han recibido un informe de su equipo legal que ha hecho aumentar la preocupación sobre una posible investigación que acabe en juicio. Todo comenzó con un reportaje en el mes de febrero de este mismo periódico en el que se reflejaban los hechos que ahora denuncian estas antiguas trabajadoras de la organización. Aunque en 2014 se hizo una promesa de que la liga trabajaría para ser más inclusiva y, sobre todo, más estricta contra actitudes vejatorias contra las mujeres.
El reportaje se enfocaba sobre las experiencias de algunas mujeres trabajando para la NFL durante el 2021. La liga venía de un episodio en 2020, durante un ensayo del espectáculo del descanso de la Super Bowl, cuando un alto ejecutivo discutió con una mujer llegando a empujarla. Este es solo uno de los ejemplos que ponían estas 30 mujeres con las que habló el periódico, donde no solo la violencia física es protagonista de estos tratos condenables.
Después de que durante la última temporada se hayan denunciado los casos de Brian Flores, el exentrenador de los Miami Dolphins que demandó a la liga por discriminación racial, y dos exempleados de los Washington Commanders expusieron en el congreso que Daniel Snyder, dueño del equipo, había puesto su mano en el muslo de una empleada durante una cena con el resto del equipo, la NFL está en el punto de mira por su trato hacia las minorías y a las mujeres. Mención aparte tiene el caso de Deshaun Watson.
Las acusaciones
Cuando salió este reportaje en febrero, la NFL ya hizo un comentario: "Compartimos el compromiso de los fiscales generales de garantizar que todos nuestros lugares de trabajo, incluida la oficina de la liga y 32 clubes, sean diversos, inclusivos y libres de discriminación y acoso". Además, se comprometía a compartir las políticas que tiene cada entidad para que se debata esa cultura de trabajo que existe y haya propuestas y mejoras.
En cualquier caso, las acusaciones eran lo suficientemente fuertes como para que ahora se plantee una investigación a nivel general. Extrabajadoras exponían que habían sido obligadas a ver un video que mostraba al exjugador Ray Rice dejando inconsciente a su entonces prometida. Otras mujeres relacionadas con la NFL también desvelaron que se les había preguntado públicamente si habían sido víctimas de violencia doméstica.
Por si fuera poco, ante las negativas y las explicaciones que daba la NFL ante determinados casos que han explotado en la última década, las trabajadoras no podían cuestionar la gestión de los problemas de acoso sexual bajo la amenaza del despido. En el comunicado de esta semana de los fiscales se pide que las víctimas y testigos se animen a presentar más quejas que pudieran ser desconocidas ante los firmantes.
En el ojo del huracán
En un mundo que está despertando ante situaciones de abuso verbal y físico contra las mujeres, la NFL vive a contracorriente siendo poco contundente contra los acusados y no poniendo más énfasis en las investigaciones. Después de que se impulsaran proyectos de capacitación sobre violencia doméstica y abuso sexual para jugadores, entrenadores y personal en los 32 equipos y oficinas de la liga, parece que han tenido poco efecto y se duda sobre su ejecución.
Más que nada porque ha sido en estos marcos cuando se han producido algunos de los momentos incómodos citados por los trabajadores que hablaron con The New York Times. Este es el preludio de una investigación sobre estos lugares de trabajo como ya ha sucedido en el pasado. Las denuncias ante los fiscales generales de Nueva York, Illinois, Massachusetts, Minnesota, Oregón y Washington pueden abrir una brecha sinigual en el seno de la NFL.
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