El atletismo está viviendo unos momentos difíciles. El momento que ningún aficionado quería que llegara está a punto de suceder. No será ahora, si no a final de temporada, cuando Allyson Felix diga adiós de manera definitiva a la competición. La velocista estadounidense, una de las mejores deportistas de toda la historia, ha anunciado que será al término del presente curso cuando decida poner punto y final a su trayectoria.
Un mensaje y un anuncio que ha provocado auténtica conmoción en el universo del deporte femenino y es que Allyson Felix es la atleta que mayor número de medallas ha ganado en la historia de este deporte tanto en Juegos Olímpicos como en Mundiales. Una dominadora como pocas ha habido en toda la historia, sea cual sea la disciplina.
Ahora, a sus 36 años, la corredora de Los Ángeles ha decidido que ya es hora de colgar las zapatillas y de centrarse en otros proyectos después de una carrera que le ha convertido en toda una leyenda y en una estrella a nivel mundial. Allyson se ha caracterizado a lo largo de su dilatada trayectoria por ser una ganadora implacable, especialmente en las pruebas de los 200 y los 400 metros lisos.
Sin embargo, ha llegado a un punto de su vida en el que duda si le queda todavía algo que dar al universo del atletismo. Por ello, se va a tomar lo que queda de temporada para despedirse definitivamente de esta guerra que ha sido mantenerse durante más de media vida en el mejor punto de forma para pelear por todos sus sueños: "Di todo lo que tenía en carrera y, por primera vez, no estoy segura de tener todavía algo que dar. Ni en mis mejores sueños podía haber imaginado una carrera como esta. Tengo una enorme gratitud por este deporte que me ha cambiado la vida".
El adiós de Allyson
Es un momento doloroso para el universo del atletismo, pero también forma parte de la propia vida, ya que los grandes cumplen años y tienen que dejar su lugar a los jóvenes talentos que están por venir. En el caso de Allyson, seguramente su espacio nunca pueda volver a ser ocupado por nadie con la grandeza que ella lo ha defendido durante tantos años de carrera profesional. Sin embargo, es tiempo ya de afrontar nuevos proyectos.
El primero será en esta misma temporada, ya que se ha marcado un solo objetivo y un solo reto allá donde vaya a competir: disfrutar. Será la primera vez, y seguramente la única, en la que no entrene y no tome la salida en una carrera pensando en el cronómetro y sí en disfrutar cada segundo que le quede dentro del profesionalismo.
Esa será la mejor despedida para una deportista que lo ha ganado todo hasta aburrirse. Por algo es la atleta que más medallas ha ganado en la historia de los Juegos Olímpicos y también en la de los campeonatos del mundo. En las citas olímpicas, Allyson ha ganado un total de once medallas desde su primera aparición en Atenas en el año 2004.
Allí se colgó del cuello una plata en los 200 metros lisos que abrió un palmarés que no ha parado de contar victorias hasta la última, conseguida en los pasados Juegos de Tokio 2020. En total, once preseas olímpicas con siete oros, tres platas y cuatro bronces. Un palmarés increíble que se agranda todavía más en los campeonatos del mundo.
Ahí, su medallero llega hasta las 17 conquistas, añadiendo eso sí una más en los Mundiales de pista cubierta. Un total de 13 oros, tres platas y dos bronces que dibujan un palmarés al que ninguna otra velocista ha conseguido acercarse nunca. Una supremacía que pondrá fin en este 2022 cuando decida colgar definitivamente las zapatillas para tomar el protagonismo en otras luchas que también han ocupado parte de su tiempo hasta ahora.
Icono de las luchas sociales
Allyson Felix no solo se ha convertido en una de las atletas más grandes de todos los tiempos, si no que también ha sabido extender su legado más allá de las pistas. Nunca ha rehuido la posibilidad de ampliar su brillo más lejos del tartán si sabía que tenía la posibilidad de ayudar en otras batallas que se escapan de los límites del deporte.
Por eso, durante su trayectoria personal, se ha convertido en un icono de lucha en referencia a muchas causas sociales. Principalmente, la batalla contra el racismo y también la defensa de los derechos de las mujeres. Aunque eso le haya llevado a tener que enfrentarse contra el sistema o contra grandes marcas que, a la vez, eran sus patrocinadores y los que sustentaban su propia carrera.
Pero así es Allyson, que no le importa perderlo todo por una causa justa. No obstante, su impresionante rendimiento deportivo siempre le ha permitido tener una posición de fuerza en este tipo de conflictos. Su espíritu de lucha contra el racismo siempre ha sido muy enérgico, liderando iniciativas y movimientos contra la represión que sufren las personas de raza negra en determinadas zonas de los Estados Unidos.
Sin embargo, su figura siempre se ha convertido en un reclamo para la lucha feminista por el respeto a los derechos naturales de las mujeres en el mundo. Y en especial, el respeto a su condición de ser madres sin tener que abandonar ni su carrera deportiva ni su profesión o tener que sufrir algún tipo de discriminación por ello. Un icono de feminismo moderno que no es tan habitual en el mundo del deporte o en la sociedad actual.
De hecho, ella misma tuvo que afrontar en primera persona una batalla contra la multinacional Nike para defender los derechos de las deportistas que se quedaban embarazadas y que, hasta ese momento, sufrían una importante discriminación salarial. Tal y como Allyson Felix denunció a través de un artículo publicado en The New York Times, la compañía americana pretendía ofrecerle una renovación reduciendo en un 70% sus emolumentos solo por regresar a la competición después de haber dado a luz.
Ella decidió alzar la voz y tras encontrar el apoyo de otras grandes estrellas, obligaron a Nike a dar marcha atrás y a que reconociera de manera pública que nunca más llevaría a cabo este tipo de recortes de clara tendencia misógina. Ella, que al principio llegó a ocultar su embarazo por miedo a que pudieran dudar de su rendimiento, se convirtió sin esperarlo en todo un icono de lucha. Y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que no podía segur callando más ese tipo de atropellos, que solo así la sociedad conseguiría avanzar en pro de las libertades y los derechos humanos.
Además, esta atleta, graduada en pedagogía por la Universidad del Sur de California, demostró con creces que se podía volver a reinar después de haber sido madre. Por eso, crio a su hija Camryn después de un parto complicado y de una cirugía de emergencia, y volvió a subir a lo más alto del podio para demostrarle al mundo que siempre hay un motivo y un camino por el que luchar por aquello que es justo.
[Más información: El extraño caso de Andreu Blanes: una carrera en el aire tras las secuelas de la vacuna de la Covid-19]
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