Toni Nadal: "Sin resultados, no sé si volverá la ansiedad"
EL ESPAÑOL habla en exclusiva con los entrenadores de Rafa, que analizan su evolución antes del debut ante Fernando Verdasco.
18 enero, 2016 01:06Noticias relacionadas
Los 35 grados de temperatura del verano australiano no fueron una barrera para frenar la idea de Rafael Nadal. El mallorquín, que entrenó el domingo durante más de una hora con Feliciano López en la Rod Laver Arena, se marchó luego a la pista 17 para practicar en solitario, poniendo el acento en la derecha y en el saque. Así, el campeón de 14 grandes se marchó a descansar sabiendo que llega a su estreno en el Abierto de Australia (se enfrentará a Fernando Verdasco el próximo martes, al que domina 14-2 el cara a cara) preparado tras completar un camino que inició a finales de la temporada pasada. Antes de debutar, Toni Nadal y Francis Roig analizan en EL ESPAÑOL los cimientos sobre los que se ha construido esa recuperación.
¿Cómo ha logrado Nadal darle la vuelta a la situación de 2015, aparcando la ansiedad y volviendo a disfrutar en la pista?
Toni Nadal. Las claves siempre son las mismas: trabajar y reflexionar. Luego, las cosas pueden salir bien o no, pero el único método que conozco para cambiar el rumbo es el trabajo y la reflexión.
Francis Roig. Lo básico es que Nadal se ve mejor para competir. El hándicap más grande que tenía el año pasado era que no estaba mentalmente. Eso le provocaba un bloqueo en la pista, se quedaba paralizado. Iba hacia la pelota y le daba miedo, se movía y tenía miedo, todo le daba miedo. A día de hoy, hemos empezado un nuevo año y no es lo mismo.
Ha hecho varios cambios con la intención de aspirar a estar entre los mejores de nuevo. ¿Cómo tolera eso la cabeza de un jugador de 29 años?
T.N. Es un proceso muy complicado. A él le había ido muy bien durante toda su vida haciendo lo mismo. No es lo mismo hacer cambios en un jugador que no ha tenido mucho éxito que en Rafael, que ha tenido bastante éxito en su carrera. Y hay algo claro: tú tienes un sistema de juego bien aprendido. Es como si ahora le dices a los jugadores del Barcelona que tienen que hacer otra cosa porque les han pillado el truco. No es fácil, pero hay que hacerlo. No queda más remedio.
F.R. Es un proceso lento y difícil. Hay momentos en los que algo no sale y el primer pensamiento es volver a su juego de toda la vida, que es lo que le ha dado tanto éxito. Le hablamos poco a poco, vemos lo que hacen otros jugadores e intentamos grabarle para que lo vea. No tenemos una obsesión con el vídeo, pero puede ayudar. No somos muy tecnológicos, aunque cualquier teléfono móvil actual sirve para grabar un entrenamiento y hacer maravillas. El otro día con Murray lo estuvimos grabando para revisarlo.
T.N. Es más fácil volver a lo que uno hace bien cuando las cosas van bien. Tú estás dispuesto a hacer un cambio cuando las cosas van muy mal, pero cuando recuperas tienes una tendencia a volver a lo natural, que es lo normal. Cuando a uno le ha ido bien de una determinada manera… es normal pensar que habrá una oportunidad de que vuelva a pasar.
No hay que exagerar: no es pasar de 0 a 100, pero sí que hay que hacer un juego distinto. Entrenamos con Feliciano López y no hacía lo de antes, que le pegaba a la bola hacia arriba y a esperar, ahora busca un golpe ganador. Eso te causa un problema. Rafael tiene que intentar que esa pelota no se la peguen con garantías.
¿La obligación de evolucionar nace como consecuencia de la edad o motivada por el nuevo tipo de tenis que impera en el circuito?
T.N. El juego ha cambiado. Y lo ha hecho por una razón muy simple. El intercambio de bolas es mucho menor que antes. Esto significa que los primeros golpes son mucho más importantes. Antes, si golpeabas 10 bolas seguidas y la primera era mala, tenías tiempo de recuperación en la tercera, en la cuarta o en la quinta. Eso nos iba bien. Como ahora el juego es muy rápido, porque los rivales están dispuestos a reventar la pelota a la más mínima ocasión, esto provoca que no haya bolas de transición. No queda más remedio que hacer un cambio.
F.R. Los cambios vienen motivados porque el juego ha variado. Los tenistas le pegan más fuerte a la bola y además lo hacen desde ambos lados de la pista. Y me atrevería a decir que la pelota es un poco más lenta que antes, que no coge tanto efecto. Eso le perjudica a Nadal, evidentemente. Su tiro característico, el que embestía comiendo terreno al contrario, no tiene ese efecto. Es difícil ganar un partido corriendo hoy en día. Él ha ganado muchos corriendo, pero también jugando bien.
T.N. Por ejemplo, el resto ahora es todavía más importante. Hace años que lo es, pero ha cobrado más importancia. Rafael no estaba muy acostumbrado a tener la capacidad de generar buenos golpes desde el primer tiro. Él viene de un juego de tierra, donde pretendes jugar tácticamente. Así eran los juegos de pelota de toda la vida, juegos tácticos. En 2016, esa táctica es menor. Queda asumirlo y trabajar para corregirlo.
F.R. Otro objetivo muy claro es ganar fácil tres o cuatro turnos de saque por set. Es algo que hacen Murray, Wawrinka… todos esos jugadores lo hacen sin importar cómo estén de nivel. Nos falta ganar dos o tres juegos que sean fáciles, sin sufrir. Ponernos 30-0 rápido, con un buen saque y una derecha para definir. Necesitamos ganar las pelotas que nos queden fáciles. Si no atacas cuando la pelota queda corta para poder amarrar esos puntos sencillos, es complicado.
Uno de los cambios más importantes han sido los apoyos.
F.R. Instintivamente, su gesto al venir la pelota era irse hacia atrás. Salir hacia delante luego es muy difícil. Su intuición es de recibir, en lugar de atacar. Por ejemplo, Djokovic está siempre echado hacia delante y nosotros estamos atrás. Es un mecanismo que cuesta y tenemos que mejorarlo mucho más.
T.N. Cuando empecé a entrenar a Rafael iba con una idea muy clara: conseguir que levantase dos bolas sobre el revés del rival para después poder atacar con la derecha. Normalmente, es más fácil levantar la bola con un apoyo hacia atrás que hacia delante.
Nosotros hacíamos ese apoyo para poder generar mucha rotación de bola y que la pelota se levantara. Esto ahora es menos efectivo y te tienes que apoyar hacia delante para que el efecto sea distinto. Es similar al tenis de mesa. La bola sube y tú te montas encima. Es un poco esa tendencia.
F.R. Ha tenido mucho éxito con la derecha siguiendo esa biomecánica, es su juego natural. Y luego, cuando llega a una bola forzada, se preocupa más del golpe y no de recuperar la pista enseguida. Hacer un golpe rápido e irte no sirve. Tiene que intentar llegar con la distancia adecuada, hacer el golpe y luego recuperar la pista. No tirar e irse rápido.
Si la calidad del tiro no es rápida, no va a llegar al otro lado. Es algo que de revés está haciendo muy bien. No duda en plantarse y tirar con fuerza. Históricamente, no se ha fijado en construir mucho con el revés. Ahora está viendo que puede tomar la iniciativa con ese golpe, pudiendo abrir la pista y cambiar direcciones. Hoy en día, lo hace más fácil con el revés que con la derecha.
Djokovic dijo tras ganarle en la final de Doha que había visto las pelotas “como sandías”, en referencia a su confianza.
F.R. Personalmente, creo que no va a bajar mucho su nivel, pero eso no quiere decir que siempre juegue tan bien. Hay partidos y partidos. De alguna manera, nosotros tenemos que intentar estar ahí para aprovechar ese día y crearle dudas. Djokovic puede bajar si Nadal sube bastante. Me sorprendió mucho la limpieza con la que estaba pegando de derecha. Nunca ha tenido problemas con ese golpe, pero pegarle tan limpio…
El año pasado evolucionó la derecha paralela, que otras veces se le iba un poco hacia dentro. Federer le tira muy rápido a la zona de la derecha y por eso le hace daño. Con el grip que tiene, bastante pasado, le cuesta algunas veces, comparando ese golpe con el revés. Pero es que está pegando la derecha de forma increíble. Tiene menos fisuras todavía que antes.
T.N. Todo el mundo dice que ha mejorado esa derecha paralela, aunque yo no presto mucha atención a esas cosas. Presto atención al concepto en general y no me sorprende nada. La primera vez que le vi jugar hace muchos años me llevé la impresión de que era increíblemente bueno.
Tiene un dominio de la pista, del tiempo y de la pelota que son alucinantes. Ya veremos si consigue seguir ganando o hay un rival como Kyrgios, Murray o incluso Rafael que pueda hacerle daño. Federer lo ha hecho, por ejemplo. Siempre hay tácticas y posibilidades de ganar. No sé cuándo y dónde, pero podemos cambiarlo.
F.R. Nadal no jugó un mal partido en Doha. Su sensación tras perder es que no le había pegado mal a la bola, fallando poco, pero su pelota no le hace daño a Djokovic. La bola se quedaba en el aire demasiado y eso le permitía al serbio jugar a placer. Y algunas pelotas eran muy previsibles, Djokovic sabía perfectamente dónde iba a tirar. Luego, había intercambios largos de calidad, pero no lo desbordaba. Nole no es un tema que nos preocupe porque está a otro nivel. Tenemos que intentar ganar a los buenos jugadores en un 80 o 90% de los partidos y luego pensar en Djokovic.
T.N. Mi sensación es que Djokovic iba al 100%. Rafael jugaba bien, pero a Djokovic le importaba cada punto mucho. Creo que ve a Nadal como un rival, que es lo lógico. Que saque lo mejor en esos momentos, que encuentre un extra, demuestra lo bueno que es. Le vi jugar con Berdych el día anterior y la sensación no era la misma.
F.R. Djokovic no quiere levantar el pie ni un poquito. Cuando hace el break en el segundo set, que tiene el partido casi ganado, se gira hacia la grada y levanta el puño con un encuentro que tenía más que controlado. Él no quiere darle ni un centímetro porque Nadal tiene algo muy bueno. Cuando estás jugando con él, y le estás ganando, vale un pequeño resquicio para que pueda darle la vuelta. Tiene un poder de intimidación increíble y es algo que ha tenido siempre.
T.N. No sé si va a volver la ansiedad si los resultados no llegan. Si mi abuela tuviera dos ruedas, sería una bicicleta. No sé lo que va a pasar mañana, pero confío que no vuelva. Uno tiene que asumir que las cosas siempre no van a ir muy bien. Al final, el mundo del tenis es un deporte de victorias, solo cuenta ganar. Lo otro está olvidado. Los 14 grandes quedan, pero si llegó a la final o no…. eso no importa.
F.R. Hay margen para subir mucho. Es un tema de convencimiento también, de querer dar el paso que toca, algo que no es fácil. Después del partido de Doha se siente lejos de Djokovic, pero ni mucho menos se nota desanimado. Comentándolo luego en el vestuario, nos dijo que si juega así… es un espectáculo lo que hizo. Estaba con Gastón Gaudio allí y me dijo: “Nunca he visto a nadie jugar a tenis de esta forma”. Las últimas veces que ha jugado contra Nadal siempre lo ha hecho muy bien, pero tenemos que analizar por qué contra nosotros ocurre eso.
El estreno contra Verdasco anticipa un encuentro duro.
T.N. Hemos visto bastante bien a Rafael estos días. Los entrenamientos han sido buenos, aunque hemos jugado algún día mejor que otro. Nos ha tocado un rival duro en primera ronda y puede ganar, pero hay que asumirlo.
F.R. Le está pegando bien a la bola y moviéndose de nuevo como antes. Quizás, le falta acelerar un poco más con la derecha y la decisión necesaria paria irse hacia delante, pero está en el camino correcto, preparado para dar guerra. Debe controlar mucho los segundos saques, porque si no son buenos le atacan y está muerto. Es importante que lo logre durante todo el torneo.
T.N. Espero un partido diferente al de 2009 [ambos jugaron 5h14m]. Verdasco no es el mismo y Rafael era el número uno entonces. Seguro que será un partido difícil para nosotros, pero espero que también para él. No es un buen sorteo, pero tampoco creo que Verdasco esté demasiado feliz de jugar con él. No puedes estar feliz cuando te enfrentas al número cinco del mundo.