Ni la silla se libra de la corrupción
El escándalo de amaño de partidos llega a los árbitros con la sanción de dos jueces de silla tras participar en actividades irregulares, como alterar el sistema de puntuación de los partidos.
11 febrero, 2016 01:53Noticias relacionadas
La Federación Internacional de Tenis (ITF) suspendió en 2015 a dos jueces de silla (uno de ellos para siempre) por romper el código de conducta deportiva. Según adelantó The Guardian, confirmado luego por ITF, dos árbitros internacionales formaron parte de una trama relacionada con apuestas fraudulentas y cuatro más están actualmente en el punto de mira de la Unidad de Integridad del Tenis (TIU) por actuaciones similares. Después de que hace unas semanas una investigación conjunta de la BBC y BuzzFeed News señalase hacia 16 jugadores del top-50 (incluyendo ganadores de torneos del Grand Slam en la última década) como protagonistas de una red de amaño de partidos, la polvareda sigue ascendiendo: la silla de los que regulan los encuentros tampoco está limpia.
"La ITF ha sancionado a dos jueces de silla bajo el Código de Conducta para Árbitros”, explicó el máximo organismo que rige el tenis a nivel mundial sobre el castigo, que se había mantenido en secreto salvo para algunos directos de torneos y federaciones nacionales. “Anteriormente, el código no permitía la divulgación del nombre de los jueces sancionados. Sin embargo, la ITF lo modificó en diciembre de 2015 para que a partir de 2016 pudieran hacerse públicas las sanciones. La decisión de sancionar a ambos jueces fue tomada después de que se llevaran a cabo las investigaciones de la TIU", prosiguió la ITF en el comunicado. “Otros cuatro jueces están bajo investigación, a falta de terminar las pesquisas de la TIU. En el caso de que alguno de los jueces sea declarado culpable de un delito, será anunciado públicamente”.
Kirill Parfenov, árbitro kazajo, fue inhabilitado de por vida el pasado mes de febrero después de intentar alterar el sistema de puntuación durante los partidos, quedando al descubierto tras intentar contactar con otro juez de silla a través de Facebook. A la finalización de cada punto, los árbitros deben actualizar inmediatamente el dispositivo electrónico (una tableta IBM) que poseen para reflejar el cambio de puntuación en el marcador. Así, y de forma instantánea, el resultado se modifica en todos los marcadores del mundo, los llamados livescores que pueden consultarse en cualquier página web, aplicación móvil o casa de apuesta. ¿Qué conseguiría un juez de silla ralentizando ese proceso? Es tan sencillo como revelador: dar ventaja a los apostadores para poder invertir dinero a caballo ganador, sin posibilidad de fallo.
¿QUIÉN GANARÁ EL SIGUIENTE PUNTO?
Una de las mayores bazas de los apostantes es jugar a la ruleta rusa, aunque dejando poco al azar. En muchos casos, su forma de proceder consiste en centrar los esfuerzos en las apuestas en vivo, un universo de posibilidades por explorar con mil variantes para combinar. Las casas de apuestas permiten realizar pronósticos a encuentros en juego, abriendo el abanico de opciones a la hora de apostar. Por ejemplo, los usuarios pueden intentar adivinar qué jugador ganará el siguiente punto a disputar, algo imposible de descifrar siguiendo un razonamiento lógico. Como pegar un tiro al aire.
Eso, sin embargo, cambia radicalmente cuando el juez de silla tarda más tiempo de lo habitual en actualizar en el marcador, situación por la que Parfenov ha sido sancionado de por vida. En consecuencia, los apostantes pueden saber qué jugador ganará el siguiente punto antes de que se actualice el marcador, consiguiendo unos valiosos segundos extra para poder realizar la apuesta y obtener un beneficio asegurado. Algunos de los jueces de silla señalados en esta trama de corrupción habrían empleado hasta un minuto en actualizar el marcador, una barbaridad.
Así, y en torneos menores del circuito (conocidos como Futures), el procedimiento es el siguiente. Normalmente, los apostadores se sientan en la grada y aprovechan para realizar apuestas en vivo con sus dispositivos móviles o bien se comunican con otras personas para transmitir la información y que realicen las apuestas desde algún punto seguro, en caso de sentirse amenazados por la vigilancia del personal del torneo. Eso les permite ganar un tiempo inexistente si no ven el encuentro en directo. Si habitualmente es un método explotado para regatear la legalidad (lo hacen con frecuencia aunque los marcadores no estén manipulados para beneficiarse del factor in situ), con los segundos extra producidos por estos jueces de silla se convierte en una autopista de sentido único.
¿Y por qué usan los apostadores las citas más pequeñas del circuito? Porque el control es mucho mayor en el circuito profesional, con vigilancia y sistemas de seguridad para detectar ese tipo de maniobras. En torneos menores, con presupuesto mucho más limitado (con entrada gratuita y sin apenas público), no hay colchón para invertir en medidas que frenen a los corruptos. Barra libre para ellos.
MÁS CASOS
Además de Parfenov, Denis Pitner, juez de silla croata, fue apartado durante 12 meses del arbitraje porque envió información de un jugador lesionado a otro entrenador (algo prohibido, lógicamente) y además fue descubierto como usuario activo de una casa de apuestas, desaviniendo una de las reglas principales que deben aceptar jugadores, entrenadores, periodistas y por supuesto árbitros.
Actualmente, otros cuatro jueces de silla (algunos de Turquía y Ucrania) están siendo investigados por la TIU, que sólo publicará los nombres en caso de realizar una sanción. La pregunta, en cualquier caso, es otra: ¿hasta dónde llegan los lazos de la trama de corrupción que amenaza con sacudir de arriba a abajo el mundo del tenis?