En el torneo de Dubái, lo increíble. Las ocho principales favoritas al título cayeron a la primera, sin ser capaces de ganar un solo partido. Como empujadas por un efecto dominó, Simona Halep, Garbiñe Muguruza, Carla Suárez, Petra Kvitova, Belinda Bencic, Karolina Pliskova, Roberta Vinci y Svetlana Kuznetsova se despidieron de los Emiratos Árabes de forma sorprendente. En ningún caso la lógica del ránking contemplaba ese patinazo en masa, casi histórico porque los precedentes se pueden contar con los dedos de una sola mano: desde 1983, solo había ocurrido en tres torneos del circuito femenino (Hobart 2009, Bogotá 2012 y Bastad 2014). La lección fue clara: hoy, con la igualdad que impera en la élite, con galones no basta para ganar.
“Ser favorita no significa nada muchas veces”, reflexionó Muguruza tras su derrota, antes de reconocer que no se encuentra en condiciones de competir y pedir tiempo para entrenar, intentando recuperar las sensaciones que se ha dejado por el camino. “Pero no sólo me pasa a mí, también le pasa al resto de las jugadoras buenas”, prosiguió la número cinco, que vio cómo sus máximas rivales también caían sorprendentemente ante jugadoras teóricamente inferiores. “Ninguna acabamos de encontrar nuestro ritmo”, cerró la española.
“Yo no he sentido presión por defender el título, no se trata de eso”, rechazó Halep, que protegía la corona levantada el año pasado ante Pliskova. “Necesito jugar muchos partidos porque vengo de un período complicado”, añadió la número tres, apuntando a sus problemas físicos. “He estado cerca, pero al final he perdido confianza. Estoy decepcionada por la derrota, aunque ella ha jugado muy bien”, dijo, alabando la actuación de su contraria.
Como ellas, Suárez terminó bajando los brazos cuando aspiraba a grandes cosas. La canaria dominaba con claridad (6-4 y 4-2, a dos juegos del triunfo) en un buen comienzo de partido, pero sufrió un apagón que pagó carísimo. “En ciertos momentos he perdido consistencia, no he sido todo lo sólida que debería y he terminado pagando las consecuencias”, explicó Carla, que sin embargo sigue viva en dobles. “A estos niveles, en torneos importantes como este, cualquier rival aprovecha un bajón por pequeño que sea”, siguió la canaria. “Mi partido ha durado más de dos horas y me ha faltado ese punto durante unos diez minutos. Con la igualdad que hay, es suficiente para caer derrotada”.
Una ventana de oportunidad
Así, la sangría de favoritas abrió las puertas a un grupo de inesperadas aspirantes al título, uno de los más prestigiosos de la temporada. Las victorias de Caroline Garcia (6-3 y 6-4 a Andrea Petkovic), Sara Errani (4-6, 6-1 y 6-4 a la estadounidense Brengle), Elina Svitolina (6-4, 1-6 y 6-2 a CoCo Vandeweghe) y Barbora Strycova (7-6 y 6-3 a Ana Ivanovic) dejaron un panorama llamativo antes de las semifinales: ninguna de ellas ha ganado nunca un título de categoría Premier, algo que ocurrirá inevitablemente el próximo sábado.
“Todo el mundo puede ganar este torneo ahora”, aseguró Garcia, que mañana se enfrentará contra Strycova, vencedora en tres de los cuatro duelos previos. “Yo no soy la favorita. Aunque no haya cabezas de serie en el cuadro, todavía hay muy buenas jugadoras”, añadió la francesa, protagonista de un interesante despegue a los 22 años tras ser señalada desde muy joven como una jugadora prometedora.
“Para mí, es sorprendente estar en semifinales”, reconoció Errani antes de buscar la final frente a Svitolina (1-0 en el cara a cara). “Es un gran resultado, pero mañana tengo otro partido duro. No estoy jugando a mi mejor nivel y es un año duro”, continuó la italiana, que pese al resultado está lejos de sus mejores días (2012 y 2013, cuando llegó a la final de Roland Garros). “Simplemente, trato de mejorar, entrenando bien para salir de esta situación. Es muy difícil, pero juego para eso”.
En Dubái, donde empiezan a llegar los jugadores del circuito masculino para disputar la próxima semana el torneo que en 2015 ganó Roger Federer (recuperándose de una operación de menisco), la hora de la verdad: se decide el título de campeona femenina y no hay ni una sola favorita para reclamarlo.