Dos teléfonos iPhone son suficientes. Mientras Rafael Nadal repite entrenando una derecha tras otra, Toni Nadal (su tío y entrenador) y Rafael Maymó (fisioterapeuta) graban con sus móviles lo que sucede en la pista desde dos posiciones distintas.
El primero se coloca a la espalda del mallorquín y el segundo justo en frente, para tener dos ángulos distintos de la misma secuencia y no dejar escapar un solo detalle. Luego, Nadal se sienta con su equipo, pone el vídeo y analiza lo que necesita cambiar viéndose a sí mismo. Cuando el mallorquín se cita con el ruso Kuznetsov por los octavos de final del Abierto de los Estados Unidos ha logrado exactamente lo que buscaba al grabarse: ponerse manos a la obra para afilar su drive.
“Utilizamos bastante el vídeo”, explica a este periódico Francis Roig, uno de los técnicos del número cinco. “Grabamos a Nadal frontalmente y desde atrás para poder ver sus golpes desde ambas caras”, detalla el entrenador catalán. “Buscamos mejorar el último apoyo con la derecha, que lo haga fácil y hacia delante”, continúa. “El tema es que no tenga que acelerar mucho. Si cuando llega a la pelota siente que ha hecho fuerza es más fácil, pero si cuando le pega a la pelota siente que tiene que acelerar mucho significa que no ha generado bien esa fuerza”, fotografía Roig.
“Sí”, le sigue Toni Nadal. “Vemos jugadas y entrenamientos”, reconoce el entrenador mallorquín, espectador habitual de cualquier partido del circuito. “También procuramos mirar a los demás, es más fácil aprender de los otros que de uno mismo, pero obviamente nos paramos a analizar nuestros vídeos cuando algo falla”, reconoce. “Miramos un poco los vídeos para ver dónde hemos fallado e intentar corregirlo”.
Todo vale para que Nadal recupere un golpe en proceso de reconstrucción, consecuencia de la lesión en la vaina del cubital posterior de la muñeca izquierda. “Al final, uno tiene que visualizar y entender las cosas”, reflexiona el balear, que domina 3-0 el cara a cara con Kuznetsov. “Uno tiene que saber por qué hace bien las cosas o por qué las hace mal, eso es igual de importante”, prosigue el mallorquín. “Los vídeos te ayudan a recordar cosas y a visualizar otras que por ti solo no puedes”, insiste.
“Luego lo vemos y lo comentamos Toni y yo o nos sentamos los tres… depende”, cuenta Roig. “Tampoco ponemos el vídeo en un proyector, pero sí que le prestamos atención”, sigue el técnico del campeón de 14 grandes. “A él le gusta mucho ver partidos de cuando jugaba bien. 2013, por ejemplo. ¿Le ayuda? De entrada, le ayuda a ilusionarse ese día al ir a entrenar. Al final, cuando sales a la pista cada día y más cuando eres mayor tienes que tener los objetivos muy claros y saber lo que vas a entrenar”.
En el verano de 2015, Nadal se marcó el objetivo de recuperar la mordiente en su derecha, el golpe con el que ha dominado el circuito con puño de hierro. Así, se lanzó a un proceso de aprendizaje para ser más agresivo, adaptarse al juego moderno y abandonar parte de su esquema de toda la vida, que ni mucho menos pasaba por ir al encuentro con la pelota, recurso habitual de los tenistas de ataque.
“Trabajé mucho desde Montreal del año pasado hasta la lesión en la muñeca de esta temporada para conseguir avances en mi juego y ese apoyo en la derecha era uno de ellos”, recuerda el número cinco del mundo. “Creo que lo había logrado. Estaba jugando con un ritmo de bola muy alto, perdiendo poca pista y siendo cada vez más agresivo con mi derecha”, añade. “En Montecarlo, en Barcelona, en Madrid, en Roma… lo hice así. Jugué buenos partidos y había conseguido coger un ritmo de bola alto de nuevo con el drive”, rememora Nadal sobre los torneos que jugó antes de parar en la tercera ronda de Roland Garros, iniciando un proceso de inactividad de casi tres meses.
“Cuando uno se lesiona tiene que volver a empezar y en eso estamos”, dice el balear. “Contra Seppi estuve mejor de movilidad que el primer día porque los apoyos fueron buenos”, celebró. “He podido pegar más veces mi derecha paralela y eso es positivo. Sentir que uno va mejorando es algo que te causa buena sensación y que te da energía para ir a entrenar al día siguiente con más ilusión. Mejorar cada día es el único camino”.
En el Abierto de los Estados Unidos, donde cada jugador aprovecha cualquier detalle si eso le ayuda a ser más competitivo, tecnología para la derecha de Nadal. El golpe responsable de la mayoría de sus grandes títulos.