Manacor

“¿Dónde entrena Rafa Nadal?”. Los empleados de una de las gasolineras que separa Palma de Manacor se lo toman con buen humor después de tanto tiempo respondiendo a la misma pregunta. Durante los últimos años, Manacor ha visto cómo un importante número de personas (aficionados, turistas o incluso gente de pueblos cercanos) se acercaban a las pistas de Sa Torre dels Enagistes para ver practicar a Nadal, hacer alguna foto y con suerte cazar un autógrafo del campeón de 14 grandes.

A través de las imágenes de televisión, la pista cubierta (y las de tierra que están justo al lado) donde el balear se ha preparado para sus próximos torneos se ha convertido en un lugar de peregrinación para cualquier persona que estuviese unos días por Mallorca. Desde ya, los aficionados tienen otro sitio al que peregrinar, y esta vez, el paseo merecerá la pena, esté o no el número cuatro del mundo en la ciudad. Cumpliendo un sueño, Nadal ha puesto en marcha su parque temático del deporte, construyendo un templo de obligada visita.

Así, el pasado domingo el Rafa Nadal Sports Centre celebró una jornada de puertas abiertas para que todo el mundo pudiese acercarse a descubrir lo que ocurre allí dentro. La respuesta de la gente no se hizo esperar: más de 10.000 personas pasaron por las imponentes instalaciones y disfrutaron de un programa muy especial diseñado para la ocasión.

Un clinic ofrecido por Sergio Scariolo, seleccionador español de baloncesto, un partido de fútbol 7 entre los veteranos del Real Madrid (Roberto Carlos, Butragueño, Salguero o Alfonso) y los del Barcelona (Salinas, Barjuán, Ezquerro o Estebaranz) y otras distintas actividades (pádel, running, body combat o actividades acuáticas para niños) fueron prolegómenos del gran espectáculo del día: el partido de dobles que jugaron Nadal y Simón Solbas (un júnior mallorquín que sustituyó a Mats Wilander, lesionado en la espalda) contra Carlos Moyà y John McEnroe para poner el broche al día del deporte.

Nadal, McEnroe, Moyá y Solbas en el partido de exhibición. Cati Cladera Efe

UN LUGAR IMPONENTE

El Sports Centre es enorme y está dividido en varias partes. Quizás, la más atractiva para el aficionado es la denominada Sport Xperience, el lugar donde Nadal ha reunido sus títulos, rodeándolos de valiosos objetos personales que los mejores deportistas del mundo le han cedido para ser expuestos al público.

Una camiseta de Michael Jordan. Unas zapatillas de Usain Bolt. Una bicicleta de Miguel Indurain. Una moto de Ángel Nieto. Un mono de Marc Márquez. Una camiseta de Cristiano Ronaldo y otra de Leo Messi, una al lado de la otra. Una bolsa de golf de Severiano Ballesteros. El Renault con el que Fernando Alonso ganó un mundial de Fórmula 1. La ropa que Roger Federer usó en la recordada final de Wimbledon 2008. Una camiseta de los Bulls de Paul Gasol. Una de Zinedine Zidane y otra de Pep Guardiola. La colección es de un valor incalculable.

“Si has llegado hasta aquí es porque tenemos algo en común: la pasión por el deporte”, dice Nadal a través de una proyección emitida en una pantalla curva, que sirve de bienvenida al público. “Un proyecto que nace de un sueño que por fin se ha hecho realidad. Un espacio deportivo donde podrás vivir una experiencia única. Aquí vas a encontrar instalaciones deportivas de última generación y mucho más. Pronto descubrirás que Sport Xperience es más que un museo. También podrás recordar los momentos que han marcado mi carrera deportiva”, prosigue el español. “¿Qué actitudes y valores son importantes? Anticipación, confianza, velocidad, templanza, potencia, compañerismo, movilidad, determinación, resistencia, sacrificio. Estos son los valores que me han llevado hasta aquí y que van más allá del deporte”.

El mensaje de Nadal no puede ser más certero: lo que el visitante descubrirá a continuación está lejos de ser un museo convencional. Tras la proyección, el primer vistazo a la sala de trofeos impresiona. Los 14 títulos de Grand Slam, los 28 Masters 1000, la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Pekín (la de dobles de Río de Janeiro está en camino), la Copa Davis o el trofeo de número uno del mundo. La imagen de los nueve Roland Garros alineados es hipnótica, pero el purista sabrá apreciar también el título de Les Petits As (el prestigioso torneo internacional que reúne en Tarbes a jugadores de entre 12 y 14 años) o algunas de las otras joyas repartidas por las vitrinas de la primera planta.

Parte de la colección de trofeos de Rafa Nadal. R. P.

Además de todos los títulos y distinciones (Laureus o Príncipe de Asturias, por ejemplo), la estancia cuenta con una nutrida colección de raquetas (desde la de Manolo Santana a las de Federer y Novak Djokovic, pasando por la de Becker y otras grandes estrellas del tenis). Repartidas por la sala hay distintas pantallas táctiles que permiten conocer detalles curiosos, ver vídeos o conocer un poco de la historia que hay tras los títulos expuestos.

La parte de abajo alberga una zona que permitirá al visitante subirse a conducir un Fórmula 1 (en un simulador), participar en una regata, realizar un descenso en bicicleta, tirar un penalti o jugar un partido de tenis contra el propio Nadal en un espacio dotado con la última tecnología.

LA ACADEMIA

Al lado del Sports Centre, se encuentra la academia de Nadal, joya de la corona del proyecto. Compuesta por más de 25 pistas de tenis, siete de pádel, un campo de fútbol 7 y otras pistas para la práctica de distintos deportes. El complejo no es solo una referencia a nivel nacional, pretende serlo a nivel mundial y pone de nuevo a Manacor en primera línea del mapa.

La academia tiene una residencia para los alumnos, un centro de fitness y una clínica del deporte equipada con los últimos avances. Allí, además, Nadal ha encontrado el lugar perfecto para entrenar y abrir las puertas de su casa al mundo entero con un centro para disfrutar del deporte en todas sus variantes.

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