Juan Martín del Potro y Federico Delbonis nunca podrán olvidar sus victorias ante Marin Cilic e Ivo Karlovic este domingo, históricas y que proporcionaron el primer título de Copa Davis para Argentina al derrotar por 3-2 en Zagreb a Croacia.
Con 2-1 este sábado, al imponerse Croacia en el encuentro de dobles, esta es la primera vez desde 2010 en la que un equipo remonta este resultado en una final (Serbia contra Francia en Belgrado) para lograr el título en la última jornada.
Argentina se convierte así en el décimoquinto país en ganar el título de la Copa Davis en la historia de esta competición y el segundo en ganarlo tras disputar las cuatro eliminatorias fuera de casa en el mismo año, después de Francia en 2001.
Lo lograron con paciencia, fe y midiendo sus fuerzas. Del Potro, al remontar por primera vez dos sets a cero en su carrera e imponerse a Cilic por 6-7 (4), 2-6, 7-5, 6-4 y 6-3 en un titánico encuentro de cuatro horas y 53 minutos. Luego, Federico Delbonis jugó con aplomo, como si hubiera disputado esta final repetidas veces, ante Karlovic para sentenciar por 6-3, 6-4 y 6-2 en dos horas.
Argentina lo consiguió al fin, después de cinco finales disputadas. El equipo formado por Daniel Orsanic, que en el 2015 alcanzó las semifinales y en éste logró al fin el título soñado, ha puesto fin a las pesadillas de 1981, 2006, 2008 y 2011, cuando cayeron en todas esas finales.
"Hemos hecho lo que teníamos que hacer", dijo Orsanic emocionado sobre la pista, "los chicos, increíbles", añadió, "los dos han jugado los mejores encuentros de su carrera. Siempre creí en ellos, lo he soñado tantas veces, por Argentina. Este deporte es muy tradicional en nosotros", recordó el capitán.
"Es un privilegio estar con este grupo y en este lugar", continuó Orsanic, "este es el regreso de la historia, son unos genios, son muy grandes", añadió para decir sobre Delbonis: "Jugó el partido perfecto".
Delbonis, emocionado como todo el plantel argentino, señaló: "Intento creer, es un sueño hecho realidad, hemos jugado por nuestro país, con nuestro corazón y lo mejor que hemos podido. Es impresionante. La afición nos ha ayudado en cada punto. Yo intenté estar concentrado para hacer lo que tenía que hacer. Si no, hubiera sido un desastre. Las estadísticas están para romperse", añadió sobre las cuatro finales anteriores perdidas.
El primer aldabonazo lo dio Del Potro, que en el duelo entre los dos números unos de ambos equipos, ambos campeones del Abierto de EE.UU. como único título del Grand Slam en su palmarés, él medalla de plata en los JJ.OO. de Río, se impuso en un emocionante y espectacular encuentro para dar a su equipo la oportunidad de luchar en el último partido por un título que se le ha escapado ya en cuatro ocasiones.
El arranque de Cilic fue espectacular, ganando los tres primeros juegos del encuentro, cediendo únicamente dos puntos en ese periodo. Del Potro sufría sus avalanchas, mientras apretaba los dientes en busca de una posibilidad de rotura, que surgió en el quinto juego, con cinco oportunidades, abortadas todas por el gigante croata.
El duelo también se trasladó a las aficiones, que mantuvieron una lucha constante. El juez de silla británico James Keothavong incluso advirtió a la hinchada argentina para que moderase sus efusiones desde las gradas del Arena Zagreb, que registró un lleno total con 15.000 espectadores, con Diego Armando Maradona exultante y que acabó con la raqueta de Del Potro como regalo.
El de Tandil tuvo que recurrir al fisio en tres ocasiones debido a calambres en los muslos, pero continuó luchando incluso cuando cedió su saque en el primer juego del set definitivo. Rompió el argentino a continuación (1-1) y de nuevo en el octavo el saque de Cilic, que anotó en total 34 "aces".
Pero Del Potro asumió entonces que la oportunidad era única para romper y sacar luego para ganar el encuentro tras una lucha titánica que logró incluso teniendo su dedo meñique izquierdo lesionado con una fisura producida al principio del set final.
Delbonis tenía que disputar después el partido de su vida. Sentenciar ante Karlovic, un temible jugador al servicio, de casi 38 años, al que la responsabilidad le pesó en exceso. El encuentro final lo decidían los números 2, como en la final de 2013 lo hicieron Radek Stepanek y Dusan Lajovic, y Delbonis fue el más regular, el más certero, restando siempre a los pies el temido saque de Karlovic, para pasarle después, bien con cruzados o con globos perfectos ante un gigante de 2,11 metros.
Delbonis no cedió ni una vez su servicio, a pesar de que Karlovic dispuso de dos oportunidades, y por contra aguantó el saque de Ivo, siempre superior a los 200 kilómetros por hora, para robárselo en cuatro de nueve ocasiones. En el encuentro más importante de su carrera, en la que ha logrado dos títulos ATP, en 2014 en Sao Paulo y esta temporada en Marrakech, Delbonis no falló y Argentina cumplió su sueño, uno perseguido y cumplido.