“Mi pregunta es: ¿si yo termino un punto en la red no puedo ir a coger la toalla?”. Durante su partido de octavos de final de Roland Garros, Rafael Nadal inició con esa frase una discusión con Carlos Ramos, juez de silla del encuentro, después de que el portugués le sancionase en el comienzo del cruce (3-1, 30-30) por sobrepasar el tiempo permitido entre punto y punto (20 segundos en torneos del Grand Slam), una estadística que el mallorquín suele liderar al final de cada temporada porque es de los jugadores que más tiempo consume para pasar de un intercambio a otro, como también le ocurre a Novak Djokovic.
“Contigo no puedo coger la toalla, con los otros quizás sí, pero contigo no. He terminado un punto largo, voleo, voy a por toalla y me pitas warning. Entonces, ¿qué hago? ¿Voy corriendo?”, le preguntó el español al árbitro, sentado en el banquillo durante un descanso. “Me vas a tener que pitar muchos warnings durante todo el partido. Total, pítalos porque no me vas a pitar más”, cerró el número cuatro, que acabó recibiendo otra amonestación (con 1-2 y 15-30 en la tercera manga) por volver a demorarse.
“Lo que pasa en la pista se queda ahí”, explicó luego el balear, cuando le recordaron el incidente. “Al final, hay gente a la que le gusta tomar más parte del partido. A mí tampoco me parece bien. Las reglas tienen que estar definidas. En teoría, el árbitro tiene que estar ahí para analizar lo que está ocurriendo y si no que pongan un cronómetro en la pista”, prosiguió el campeón de 14 grandes. “Hay árbitros que pitan de una manera y árbitros que pitan de otra. Me ha metido muchas presión y no solo con el tiempo, también con el coaching. Me ha hecho ir con el agua al cuello”.
En el primer juego del partido, Ramos ya avisó a Nadal de que no podía excederse. Un rato después, el arbitró le castigó por primera vez después de que el mallorquín emplease más tiempo del permitido en poner la bola en juego. La conversación que el número cuatro tuvo con el juez de silla no sirvió de nada: antes de acabar el partido, el portugués le sancionó de nuevo sin miramientos por sobrepasar de nuevo los 20 segundos reglamentarios.
“Esa regla va en contra del tenis”, coincidió Roberto Bautista, eliminado por el español en otro encuentro de una sola dirección. “En Roland Garros tenemos que jugar muchos puntos y correr más de lo habitual. Esto te hace jugar con mucha angustia y mucha presión”, añadió el castellonense, que no fue sancionado, aunque sí recibió una advertencia para que no se durmiese en los laureles. “No es una regla con la que esté totalmente de acuerdo”, cerró el número 18 del mundo.
“Estamos jugando un encuentro a cinco mangas en el torneo más duro del año a nivel físico”, concedió Nadal. “Entiendo que si uno quiere ver buen tenis tiene que dejar respirar a los jugadores, no se puede exigir que seamos máquinas y que no pensemos”, insistió. “Es mi punto de vista y evidentemente él tiene el otro. Con tristeza lo digo, porque no me gusta tener ningún tipo de problemas, pero es un árbitro que habitualmente me busca más y tiene más fijación conmigo. Tengo respeto por él, lo único que pido es que sea recíproco”.