—¿Hay algo más difícil que ganarle a Rafael Nadal a cinco sets en tierra batida? Ha jugado 100 partidos y ha ganado 98.
—Eh… ¿Aquí, en París?
—No, en total.
—Pues… Sí… Claro. Los números son increíbles. Sabía que había ganado muchos partidos en tierra, pero no conocía esos números. Es el rival a batir en tierra, el favorito para ganar en Roland Garros. Está claro que está jugando su mejor tenis. Prácticamente no pierde partidos en arcilla. Yo voy a intentar hacer mi juego, pero va a ser complicado.
En unos segundos, Roberto Bautista pasó de la estupefacción a la risa floja cuando le dijeron en rueda de prensa que su próximo rival acababa de cumplir 100 encuentros en arcilla a cinco mangas y que solo dos veces había terminado inclinándose (contra Robin Soderling en 2009 y ante Novak Djokovic en 2015, ambos partidos en Roland Garros). El castellonense, citado con Nadal el próximo domingo por el pase los octavos de final del segundo Grand Slam de la temporada, sabe perfectamente que deberá ponerse la capa, y quizás ni eso será suficiente: en tierra, Nadal obliga a sus rivales a una gesta de superhéroe.
“Antes de salir al siguiente partido no siento un pepino, hablando claro”, se arrancó el español cuando le preguntaron si esos números le hacían sentirse superior desde el vestuario. “Salgo a la pista intentando dar lo máximo. Sé que puedo ganar, pero también que puedo perder. Es evidente que a cinco sets tengo más margen y que puedo estar un poco más tranquilo”, añadió el balear. “Al final… he perdido muchos partidos en mi carrera y sé que cada día que uno juega puede acabar marchándose a casa”, insistió.
“No creo que haya nada igual”, razonó Carlos Moyà, ex número uno del mundo y uno de los técnicos del español. “Es impresionante, algo que difícilmente se va a volver a ver en toda la historia”, siguió el mallorquín, que la única vez que se enfrentó a Nadal en esas circunstancias perdió claramente (6-4, 6-3 y 6-0, en los cuartos de final de Roland Garros 2007). “Hay que ponerse en la piel del rival cuando sale ahí a jugar a cinco sets con Rafa en tierra”, se despidió el campeón de un grande.
Desde 2004, cuando Nadal jugó contra Arnaud Clement el cuarto punto de las semifinales de la Copa Davis entre España y Francia (su primer encuentro en tierra a cinco sets), el mallorquín ha ido alimentando la estadística en Roland Garros (75 victorias en 77 partidos), en la Davis (16 triunfos), en Montecarlo (dos finales ganadas), Roma (otras dos), Barcelona (dos más) y una última en Stuttgart, antes de que la ATP decidiese recortar la pelea por los títulos (2008) con un formato al mejor de tres parciales.
“La historia dice que el rival tiene que jugar muy bien para ganarme”, reflexionó el número cuatro del mundo. “Yo intento hacer mi camino. Soy consciente de que si consigo mantener un nivel de juego alto… espero que mi contrario tenga que jugar muy bien durante mucho tiempo para conseguir vencerme. Ese es mi objetivo”.
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