Un grito terrible, sordo y desgarrador, que rebotó por todas partes. Las dos manos a las piernas, luego a la cabeza y la raqueta arrojada al suelo. Un cuerpo desplomado sobre la tierra batida de la pista número dos de Roland Garros. Lágrimas brotando sin control, acompañadas de muchos más gritos que parecieron salir de la boca del infierno. Unos días después de abandonar en la segunda ronda del torneo de Roma, Nicolás Almagro vivió una pesadilla aún peor en París durante su partido contra Juan Martín Del Potro, del que tuvo que retirarse en la tercera manga (3-6, 6-3 y 1-1) después de que su rodilla izquierda dijese basta, hasta aquí hemos llegado, fin del camino.
“Es una sensación muy fea ver a un rival sufriendo así”, explicó Del Potro tras el encuentro, mientras Almagro estaba camino del hospital, donde le realizaron las pruebas iniciales, que pusieron la diana en el menisco. “En esas circunstancias, hay que pensar que el tenis es secundario, que la salud va primero. Hay muchas cosas bonitas para tratar de salir adelante”, prosiguió el argentino. “Si hay alguien que entiende de esos malos momentos soy yo, y no se los deseo a nadie”, siguió el 30 mundial, que de lesiones sabe un rato. “Le he dicho que mantuviese la calma, que pensase en su familia y en su hijo. Tiene una gran familia y cosas buenas para disfrutar mientras va a haciendo su recuperación. Y además cuenta con un gran tenis que le acompañará cuando se sienta bien”.
La reacción de Del Potro cuando vio que Almagro se quedaba clavado fue para enmarcar. Con el español aullando y la grada en silencio, sobrecogida por la situación, el argentino saltó la red para ayudar a su rival, dividido entre el dolor y la rabia. “¡Agua! ¡Agua!”, pidió Del Potro al llegar junto al murciano, que bebió dos tragos y luego reventó la botella contra el suelo, incapaz de contener la frustración de verse roto otra vez, castigado de nuevo por las lesiones que han ido frenando sus intentos por volver a ser competitivo en los últimos años.
Así, con un final bien triste en un encuentro que prometía batalla, Del Potro se clasificó para la tercera ronda para medirse con Andy Murray (6-7, 6-2, 6-2 y 7-6 a Martin Klizan) y Almagro se marchó al hospital a recibir noticias bastante duras: tendrá que pasar por el quirófano para arreglar la rotura del menisco y estará varias semanas de baja.
Mientras eso sucedía, Feliciano López sobrevivía 7-5, 3-6, 7-5, 4-6 y 6-4 a David Ferrer y se citaba con Marin Cilic (triple 6-2 al ruso Kravchuk) y Fernando Verdasco necesitaba consumir también las cinco mangas para derrotar 6-3, 3-6, 4-6, 6-3 y 6-3 al francés Herbert para jugarse ahora el pase a octavos contra Pablo Cuevas (triple 6-4 al argentino Kicker) en una prueba de altura.
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