No será un partido cualquiera. Jaume Munar (Mallorca, España; 1997) jugará este martes en la primera ronda del Abierto de los Estados Unidos su primer Grand Slam sin necesidad de disputar la fase previa. A los 21 años, su irrupción definitiva en la élite (85 del mundo) le han permitido clasificarse de forma directa para decir adiós al barro de las categorías inferiores (torneos de categoría Challenger y Futuras) y pelear desde ya entre los gigantes del circuito.
Munar recibe a EL ESPAÑOL horas antes de estrenarse en el último grande del curso ante el belga Bemelmans en la terraza de jugadores del torneo y deja entrever el mismo mensaje durante toda la entrevista: su aventura en la élite solo acaba de empezar.
Ahora hace un año de su llegada a la Rafa Nadal Academy.
He cambiado muchas cosas. El físico es lo más exagerado, lo que más se ve, pero tenísticamente también ha habido cambios. ¿Qué pasa? Que tardan tiempo en salir. Desde mitad de año he jugado mucho mejor, pero es trabajo que habíamos hecho en diciembre del año pasado. Desde que he vuelto casi todo es positivo. Hay cosas a mejorar, pero los pasos son los correctos.
¿Se reconoce en el jugador que era antes de entrar allí?
Soy el mismo. He crecido como persona y como jugador, pero sigo siendo Jaume Munar. Quizás, si hubiese madurado antes habría quemado las etapas a una velocidad mayor. Al final, lo importante es que yo nunca he perdido la ilusión de ser tenista. Es verdad he tenido baches, pero en ningún momento me he detenido en el ranking. Desde los 15 años, mi clasificación siempre ha ido mejorando, sin quedarme estacando en ninguna etapa. Podía haber ido más rápido, pero la progresión ha sido la adecuada.
¿Tenía dudas de su despegue?
Tenía dudas, pero las dudas son buenas. Esto se lo leí a Rafa [Nadal] en una entrevista. También es importante tener dudas. Esa inseguridad te hace trabajar más duro y ser más consciente de lo que debes hacer.
¿Era inmaduro?
Prefiero decir que era un chico joven con muchas cosas en la cabeza. Antes, no tenía claro lo que el tenis representaba para mí porque no era mi trabajo. Soy una persona muy curiosa, me gusta hacer muchas cosas. No estaba tan centrado en el tenis. Me gustaba estar con mis amigos, bajar a la playa, irme a la montaña, estudiar… A día de hoy, soy más maduro porque he aprendido a minimizar todo eso, a estar centrado en lo que realmente es importante para mí.
¿Quiénes han participado en esa evolución mental?
Cada persona que ha formado parte de mi grupo de trabajo durante toda mi vida es un poco partícipe de ello. En este caso, es muy importante la figura de mis padres. Siempre han estado muy encima. No presionándome para que jugase a tenis, simplemente intentando que tuviese las ideas claras para terminar algo que he empezado.
En pocos meses ha conseguido meterse en el top-100 y empezar a ganar partidos en el circuito. ¿Su cabeza estaba lista?
Creo que sí. Al haber crecido paso a paso, a diferencia de otros jugadores de mi edad, no me ha venido tan directo. Estoy mentalizado. Mi entorno a todos los niveles es muy bueno y está compuesto con gente normal. Por ejemplo, mis amigos siempre me han tratado como uno más, lo haga bien o lo haga mal. Eso influye para saber quién eres y qué representas.
¿Por qué algunos de esos otros jugadores de su edad han ido más rápido? Denis Shapovalov, por ejemplo. O Stefanos Tsitsipas.
Porque seguro que algunos tienen mejores capacidades o aptitudes. Y porque seguro que han entendido la manera de trabajar más pronto. Probablemente, el talento también les ha ayudado a rendir mejor desde más jóvenes. Y hay otros que han vivido para el tenis desde más pequeños que yo, teniendo claro que su única vida era esta. Pero tengo algo presente: más que cuando empieza tu carrera, debes fijarte en la duración y en cómo termina.
¿Se ha promocionado demasiado a los jóvenes de su edad?
Es un objeto de marketing. Cuando algo vende puede interesar a la gente o llamar la atención de los jóvenes. Es normal que se utilice. Personalmente, todo lo que pueda funcionar sin agobiar al jugador es importante. También depende de cómo te lo tomes tú. Yo por ejemplo no me creo que sea Rafa Nadal, como muchos pueden vender. No somos los próximos Nadal, Federer y Djokovic. Somos jugadores de 21 años o menos con un futuro por delante.
Su generación es la que más va a sufrir el impacto tras la retirada de esos tres tenistas.
Los grandes campeones que son capaces de serlo durante mucho tiempo crean seguidores en todas las partes del mundo. Difícilmente vamos a volver a tener lo que hemos tenido ahora. Nadal, Federer, Djokovic, Murray… han creado rivalidades históricas entre ellos. Obviamente, vamos a tener campeones, pero habrá que ver si ganan mucho o perduran durante varios años. El tenis es un deporte con historia. Bajará un poco el nivel de carisma y seguimiento que hay a día de hoy, pero creo que la ATP sabrá llevarlo y seguir generando el interés actual.
David Ferrer, Fernando Verdasco, Feliciano López, Tommy Robredo, el propio Nadal... Todos están mucho más cerca del final que del principio. ¿Le pesa ser el rostro que va a mirar todo el mundo?
Volvemos a lo de antes. El que tiene que estar contento con lo que haga soy yo. Lo que pueda pensar la gente… Estoy acostumbrado a la comparación, no es algo nuevo para mí. No me pesa para nada. Represento a España, uno de los países con mayor tradición en este deporte, y es orgullo poder forma parte de este grupo de jugadores que todavía sigue en activo.
¿Se ha preguntado alguna vez cuál es su límite?
Me lo he planteado muchísimas veces, es una pregunta que me he hecho a menudo. Sinceramente, creo que estoy muy lejos de mi límite. Es difícil. Estoy 80 del mundo y tengo muchísimas cosas por mejorar a todos los niveles. Todavía estoy bastante lejos del nivel que puedo llegar a dar.
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