Dimitrov, desesperado ante Rafa Nadal: así hizo la raqueta añicos

La desesperación se apoderó de Grigor Dimitrov durante su partido contra Rafa Nadal. El búlgaro no compareció en el partido de octavos de final del Masters 1000 de Montecarlo, en parte por su culpa y en parte porque el balear estuvo intratable durante la hora que duró el partido. Podía haberse inspirado en Dan Evans, que eliminó justo antes a Novak Djokovic, pero la concentración no apareció en ningún momento y terminó teniendo este gesto durante el segundo set.

Ante la sorpresa del británico, el español no se podía relajar. La actitud de Nadal durante todo el encuentro fue ejemplar. Está en una gran forma y lo quiere demostrar. El cuadro está limpiándose de grandes rivales, aunque el búlgaro se postulaba como uno de los hombres a batir. El primer juego del partido demostró que el balear no va a dejar espacio a la sorpresa. Quiere ganar un nuevo torneo de Montecarlo.

La cita monegasca tiene un rey y es este Nadal. Eso lo saben sus rivales, pero es que en esta ocasión tampoco tuvo a nadie en frente. La desconcentración de Dimitrov era más que evidente, a pesar de ser uno de los tenistas del circuito que le ha puesto en aprietos en algún momento de su carrera. Este jueves, el balear, además de jugar a un gran nivel, vio como el búlgaro no reaccionaba ni intentaba poner oposición a sus raquetazos.

Grigor Dimitrov, rompiendo la raqueta en el partido ante Rafa Nadal en el Masters 1000 de Montecarlo REUTERS

Grigor Dimitrov rompe la raqueta en su partido ante Rafa Nadal en el Masters 1000 de Montecarlo REUTERS

Grigor Dimitrov rompe la raqueta en su partido ante Rafa Nadal en el Masters 1000 de Montecarlo REUTERS

Las imágenes del jugador búlgaro rompiendo la raqueta han recorrido el mundo. Las redes sociales se han incendiado con este momento que evidenciaba la amplia superioridad de Nadal ante un Dimitrov que se iba deshaciendo como un azucarillo con el paso de los minutos del encuentro. Finalmente no pudo hacer nada para evitar una derrota en menos de una hora. Tremendo rapapolvo que sirve para que el balear siga confirmando sus buenas sensaciones.

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