"¿Qué más podría haber hecho este hombre?". Es lo que el juez Anthony Kelly se preguntó en la audición judicial del pasado lunes en la que falló a favor de Novak Djokovic. El tenista serbio había visto como el Gobierno de Australia le había anulado su visado en su llegada a Melbourne, lo cual se ha vuelto a repetir este viernes por decisión del ministro de Inmigración Alex Hawke.
Kelly se ha vuelto a poner en el estrado para una audiencia de instrucciones en la que reunió de urgencia a los abogados de Djokovic y del Ministerio de Inmigración. En ella confirmó que Nole no sería detenido ni deportado de Australia, bajo el compromiso de Hawke, hasta no reunirse con funcionarios de Inmigración este sábado por la mañana. El domingo se celebrará otra audiencia judicial, pero el caso pasará a un Tribunal Federal.
En Australia no se olvidará por un tiempo el nombre de Anthony Kelly, como juez de uno de los casos más mediáticos del país en los últimos años y por haber retratado al Gobierno australiano de Scott Morrison. Cuando Kelly falló a favor de Djokovic el lunes -todo por un error en el proceso de detención en el aeropuerto al no brindarle justicia procesal- ordenó al Gobierno restablecer el visado y sacarlo del arresto.
El 'caso Djokovic' tiene a la política por detrás. Que Hawke haya vuelto a cancelar el visado de Novak se entiende, en gran medida, como un gesto para salvar las apariencias ante los votantes australianos en un año electoral. Una encuesta realizada por NewsCorp determinaba que el 83% de los australianos quería la deportación del tenista, lo que añadía más presión al Gobierno.
La postura del primer ministro australiano y su mano derecha, Alex Hawke, siempre fue firme: nadie está por encima de las reglas, ni siquiera el número uno del mundo del tenis. Tan rotundo era Scott Morrison que llegó a decir que Djokovic "estaría en el próximo avión a casa" si sus documentos no estaban en orden al llegar a Australia. La realidad luego fue muy diferente con un caso que cumplirá diez días de polémica.
Ya Kelly hizo ver inestable a la administración de Morrison le denegó más tiempo para compilar su caso legal sobre el abuso de autoridad cometido en el control de aduanas. Sin ese error hubiera sido muy difícil que el juez hubiera fallado a favor de Djokovic la primera vez. No se entiende ni eso ni el hecho de que a Nole se le permitiera subir a un avión para acabar en tal embolado.
La carrera de Anthony Kelly
A Anthony Kelly le 'cayó' el 'caso Djokovic' porque era quien estaba de guardia, pero es en casos de bancarrota en los que está especializado. Es miembro del Tribunal Federal desde 2017, por lo que todavía tiene que decidir sobre la deportación del tenista, pero ya no recaerá la responsabilidad solo sobre él. Ha sido abogado durante 30 años y otros 10 como QC, que es una categoría que representa mayor autoridad dentro del sector.
En Australia, donde estos días se ha repetido su nombre en todos los diarios, se le señala como un "buen juez" al que fuera del estrado se le conoce por su afición por el turf (carrera de caballos) y por las chocolatinas que dicen que suele comer a la hora del almuerzo durante los juicios.
Su 'casi-deportación'
Con Djokovic le une una surrealista historia que casi le llevó a ser deportado. En su caso, ocurrido en 2011, fue en Estados Unidos tras haber volado desde Londres hasta Houston. En el aeropuerto fue detenido por un funcionario de Seguridad Nacional que no podía entender la escritura en su formulario de llegada. Una 'casi deportación' mucho más humorística que la que ahora le ha tocado enfrentarse como juez.
Australia queda en mal lugar con todo el 'caso Djokovic'. Un juez, Kelly, determinó que la entrada de Djokovic al país fue legal, pero el ministro de Inmigración tiene allí la potestad para decidir, pese a todo, echar a alguien del país. El recurso del tenista se atenderá el juicio ante un Tribunal Federal. Bola de juego, set y partido contra el número uno del mundo.
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