Francia no se aclara. Las autoridades galas acumulan ya varios bandazos respecto a las legislaciones que quieren dejar vigentes para la entrada de personas extranjeras en sus fronteras en tiempos de pandemia. Este asunto tiene una repercusión total en la sociedad gala. Pero se amplía de manera considerable a la polémica situación que ha vivido un hombre que es sinónimo de actualidad: Novak Djokovic.
El tenista serbio viene de protagonizar una encarnizada batalla con las autoridades australianas por intentar disputar el primer Grand Slam de la temporada sin someterse a los procesos de vacunación obligatorios. Era una norma sabida por 'Nole' y su entorno antes de su intento de llegar a Melbourne para disputar el torneo, pero aun así quiso forzar una situación que terminó en juicio, escándalo público para todas las partes y deportación.
A medida que crecía la tensión y la crispación en el caso, otros países comenzaban a alinearse en torno a la política que más les convenía. Mientras en Estados Unidos, y por tanto en el Abierto de Nueva York, es obligatoria la vacunación para cualquier persona extranjera que quiera entrar en el país, en Reino Unido, es decir, en Wimbledon, sería suficiente con hacer una pertinente cuarentena y presentar varios positivos.
En Francia, país que organiza el Grand Slam de Roland Garros, primero se indicó que no sería obligatorio estar vacunado para entrar en el país, algo beneficioso para deportistas de alto nivel. Sin embargo, esa postura duró tan solo unos días, ya que la ministra de Deportes Roxana Maracineanu aseguró que esa idea había cambiado drásticamente y que Djokovic, si quería acudir a la tierra batida de París, tendría que estar vacunado. Ahora ha habido un nuevo giro en los acontecimientos y Djokovic tiene opciones de pelear por la Copa de los Mosqueteros.
Francia se abre a Djokovic
El torneo de Roland Garros comenzará el próximo 22 de mayo. Una fecha que promete ser clave para los intereses de su actual ganador, Novak Djokovic. En un primero momento, el tenista serbio tenía imposible acudir al segundo grande de la temporada si no se vacunaba. Sin embargo, un cambio en la normativa que ha sido aprobado recientemente le abre las puertas de par en par.
Al número 1 del mundo se le abre una opción de llegar al polvo de arcilla parisino. No solo podrán entrar aquellos que hayan completado su proceso de vacunación, sino también quienes hayan superado la enfermedad en los seis meses previos a su llegada al país. Es decir, si Djokovic demuestra haber tenido Covid-19 en ese periodo podrá cruzar las fronteras parisinas.
Es precisamente su positivo, notificado a posteriori a mediados del mes de diciembre, uno de los grandes focos de la polémica generada por el tenista. Ahora, ese positivo podría abrirle de nuevo las puertas a un gran torneo si finalmente consigue demostrar que pasó así de verdad. El escándalo protagonizado por 'Nole' fue grande, ya que después de haberse contagiado supuestamente, vía por la cual quería jugar el Abierto de Australia, apareció en varios actos públicos rodeado de gente. Incluso de niños.
Ese positivo, acreditado de una manera un tanto extraña, podría ser su billete para estar en París y poder luchar por su título de Grand Slam número 21. Después del palo tan grande que se ha llevado en Australia, 'Nole' recibe esto como una gran noticia deportiva, pero que también supone una pequeña victoria a nivel social después de todo lo que ha experimentado en las últimas semanas. El número 1 de la ATP se convirtió en un símbolo de lucha en Serbia, país con un índice de vacunación muy por debajo de la media europea, y en un icono para muchas personas del mundo. Un conflicto que superó con creces los límites del deporte.
Australia suaviza su postura
Estas buenas noticias llegadas desde París y ese cambio en las normativas para la entrada al país no han llegado solas. Djokovic también ha recibido un guiño desde el lugar en el que ha padecido un infierno, con o sin razón. Su polémica en Melbourne le ha pasado factura y desde Tennis Australia han querido tender una mano al entendimiento en el futuro.
También es cierto que muchas de estas teorías se están realizando con lo que se espera que sea una situación mucho más regular respecto a la pandemia. Hablar de 2023, desde el punto de vista más positivo, será hacerlo de una sociedad que ya habrá superado la Covid-19, o al menos eso se espera.
Por ello, las palabras del presidente de Tennis Australia sobre las futuras participaciones de 'Nole' en el primer grande del año suavizan la polémica. Pero es inevitable pensar que se hacen desde una posición mucho más cómoda que la vivida este curso. Craig Tiley aseguraba que el tenista balcánico estará en la próxima edición del torneo y que, por lo tanto, no cumplirá esa sanción de tres años por su deportación.
"Creo que jugará el año que viene. Al fin y al cabo es el jugador más fuerte del mundo y le encanta el Open de Australia". Además, Tiley aseguró que no cree que Djokovic tenga intención de presentar demandas contra la federación de las antípodas tras lo sucedido en las últimas semanas: "No. No va a demandar. Estamos hablando y volveremos a hablar, pero de momento sólo estamos centrados en la organización de este gran evento".
"Es importante advertir que no hay ninguna persona ni ninguna organización que sea más importante que este torneo". Esto afirmó un Tiley que reconoció que han existido confrontaciones entre el máximo estamento del tenis australiano y el gobierno central del país. No obstante, afirma que es algo normal teniendo en cuenta lo complicado de la situación y lo cambiante de un estado de alarma mundial como ha provocado la Covid-19 y todas sus variantes en los últimos casi dos años. Al menos, a Djokovic le llegan buenas noticias en este comienzo de año 2022.
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