Alejandro Davidovich (Málaga; 1999) ha dicho 'aquí estoy yo'. Llegar a la final del Masters 1.000 confirmó que estamos ante otros de los futuros grandes talentos del tenis español. No solo ganó a un gigante como Novak Djokovic, su máximo referente, y luchó por título. También mostró ante Fritz o Dimitrov la madurez que se le exigía.
Su camino no ha sido sencillo. En 2017 ganó el Wimbledon júnior y empezó a copar titulares que, como ante todo surgimiento, le comparaban con los más grandes del circuito profesional. Le pasó factura en lo mental hasta el punto de "ni poder coger la raqueta", como reconoce en esta entrevista.
EL ESPAÑOL pudo tener una charla telefónica con Davidovich en su semana de descanso tras Montecarlo. Después de su mejor participación en torneo importante, tomó la decisión de no ir al Godó y darse un respiro para coger con fuerza las citas que se vienen en la gira de tierra batida.
Confiesa haber superado sus miedos y ahora le toca descubrir dónde está su límite. Sabe que puede hacerlo mejor que en Montecarlo y su objetivo, por ahora, es llegar al Top-20 mundial. Ganar un torneo es su otra meta. En esta charla muestra no tener problemas para reconocer sus errores pasados y lanzar un canto al cielo: "Ahora soy más yo".
Pregunta: ¿Cómo has pasado estos días de 'resaca' tras lo de Montecarlo?
Respuesta: Hemos estado dos días de descanso después de la final. Teníamos que asimilar y recuperar un poco las fuerzas porque fue una semana de muchas emociones y muchas tensiones. Ya empezamos a entrenar el miércoles para seguir con esa racha de jugar bien y de estar en ese pico de nivel. Sé que puedo ir a más y estamos enfocándonos en esos detalles para seguir mejorando.
Fue una semana especial. La que más de tu carrera, seguramente.
Sí, sí. Es que no hay otra -risas-. Entonces, no te puedo decir otra cosa. Es la lo mejor, obviamente.
¿Cómo sales de este torneo? ¿Han cambiado tus expectativas para el resto de la temporada?
Para este año teníamos un objetivo, que era llegar al top20. Estamos ahora mucho más cerca y no va a cambiar. Hay que seguir trabajando y puliendo detalles para seguir mejorando mi juego, para intentar estar top20, y si algún día llego a estar ahí, ya nos pondremos otro objetivo.
Sé que puedo ir a más, mi objetivo ahora es llegar al Top20
Ahora mismo es eso, seguir mejorando tenísticamente, que tengo bastantes cosas que mejorar. También a nivel mental y físico. Por el nivel de resultados, quiero estar top20 y ganar algún torneo.
¿Cuál fue el factor que marcó la diferencia a tu favor en Montecarlo?
Lo único que me dijo Jorge, que es mi entrenador, fue jugar cada punto y estar 'focus' en cada uno, pasara lo que pasara, no quejarse, no mostrar nada y disfrutar. Básicamente es lo que hice hasta el final, hasta el último punto con Tsitsipas. Me ha gustado. Se ha mostrado más quién soy yo en una pista.
Cuando te ves en esa situación, en tu primera vez llegando tan lejos en un torneo, ¿realmente puedes disfrutar del momento?
Montecarlo es un torneo que veía bastante de pequeño, a lo largo de los años, y siempre me ha encantado. Tiene una imagen muy bonita. Haces la foto y es para colgarla en un cuadro aquí en casa.
Aparte de eso, uno disfruta en pista de lo bien que te estás sintiendo y de que te están yendo bien las cosas, que sigues yendo en ese camino y sigues ganando partidos. Con esfuerzo y la mentalidad correcta ante el sufrimiento, sí se disfruta.
¿Cuáles son los momentos en el tenis que más disfrutas del tenis?
Pues cuando llego a alguna final -risas-. Para qué nos vamos a engañar. Es cuando gano partidos, sinceramente. Cuando estás en el vestuario duchándote es en plan 'bien, Álex. Has hecho bien las cosas hoy'.
¿Sentiste en Montecarlo que jugaste con más madurez que nunca?
Sí, sí. Más allá del partido con Dimitrov, con Fritz también tuve muchas bolas de break que no aproveché, él jugó muy bien y estuve ahí aguantando y aguantando el chaparrón. No aprovechaba yo un break o él me hacía un winner, pero yo seguía ahí martillando a ver si caía ese juego. Cayó al final del segundo set. Ahí me hice más fuerte y dije 'esto no se me escapa'. En el tercero le vi más cansado y aproveché. Yo estaba bien físicamente, bastante bien.
Ante Dimitrov, en las semis de Montecarlo, sentí que podía seguir jugando a gran nivel dos horas más
Y sí que es verdad que con Dimitrov, como dice, ese tercer juego, fue la clave. También venía de un set con 5-4 ganando, con saque y no metí una bola. Fue dura esa transición mentalmente. Llegué al tie-break un poco más cansado que él, hice tres errores muy fáciles y él empezó a jugar muy bien. Si no llego a ganar ese tercer juego, a saber qué pasa. Al ganarlo e irme al banquillo también sentí que no se me iba a escapar. Me dije: 'Puedo estar aquí dos horas más compitiendo y jugando a un gran nivel, a ver lo que me aguanta él'. Eso me dio mucha fuerza.
¿Qué se necesita para alcanzar ese nivel de madurez?
Con Antonio, que es mi psicólogo, llevo muchos años trabajando. No he sido un chico que haya escuchado mucho, la verdad. Y cuando te vas dando cuenta de lo que de verdad quieres es ir a la cima o ver tus límites, te va interesando la parte mental. Cómo algunas veces el miedo, el miedo al fracaso, te va impidiendo muchas cosas en tu vida.
Es interesante esa parte de superar tus miedos y superarte a ti mismo. Dices: 'Joder, ahora sí que realmente estoy feliz, no pienso en eso y soy más yo'. Antes hablaba, a lo mejor, mi desconfianza y ahora realmente es el Álex que sale de dentro.
Para llegar hasta aquí hubo momentos difíciles. Ganar Wimbledon júnior en 2017 te pasó factura, como has reconocido alguna vez. ¿Qué falló entonces?
Fui un chico que no quiso escuchar a mi equipo. Creía que yo solo podía hacer las cosas. Pero doy gracias a que pensé así porque después de lo que ha pasado esta semana, en Montecarlo, sí que he aprendido bastante. Ahora es en plan escucho o escucho, no hay otra.
Tras ganar el Wimbledon júnior (2017), no quise escuchar a mi equipo. Me sentí solo cuando no lo estaba
Después de Wimbledon fue eso. Me sentí mucho más presionado. Como sentía que quería hacerlo todo solo, pues me sentía solo. Pero en verdad no era así, tenía un equipo detrás increíble y no lo echaba tanto a cuenta. ¿Qué hubiese pasado si hubiese hecho caso a mi equipo en 2017? Pues no se sabe, pero a lo mejor hubiesen cambiado mucho las cosas en mi vida.
¿Lo mental no acompañaba a tu verdadera capacidad en la pista? ¿O cómo fue aquella etapa?
Sentía que no podía agarrar una raqueta, sinceramente. Me presioné bastante. No sabía darle a la bola. Era en plan: 'No puedo estar dentro de una pista de tenis, ahora mismo'. En esa etapa lo pasé bastante mal porque no quería ni podía ver el tenis. Pasaron un par de meses hasta que me tranquilicé y ya mi equipo hizo un buen trabajo conmigo. Fuimos hacia arriba, aunque a peor no se podía ir después de Wimbledon. No ganaba un partido, me retiraba... Era imposible.
Ya no temes que eso pueda volver a ocurrir.
Lo llevo con mucha más calma. Antes era todo más novedoso para mí. 'Oh, la tele, la radio, las redes sociales...'. Ahora me da igual. Obviamente quiero que se me visibilice, pero por cómo juego, por las cosas que estoy haciendo bien. Lo llevo con más calma como persona. Soy más yo, ¿sabes? Me da igual hacer cinco o diez entrevistas. Sé que lo voy a hacer como el Álex que de verdad quiere, no el que se acaba de crecer porque acaba de ganar algo.
¿Cuánto tardaste en cambiar la perspectiva?
Cada jugador tiene un proceso. Puede tardar días, meses, años o, incluso, que no llegue nunca. Creo que ahora mismo mi proceso se está viendo y estoy donde quiero estar. Quiero ir a más. Entonces, todavía hay un largo proceso de cosas que mejorar. Tengo mucha ilusión de estar top30 y quiero llegar al top20, no sé cuándo. Cuando estemos, miraremos más hacia arriba.
Tengo las cosas mucho más claras, era cuestión de tiempo pillar una semana y decir 'aquí estoy'
Podemos decir que ahora tenemos al Alejandro Davidovich más determinante hasta el momento.
Tengo las cosas mucho más claras. Sí que es verdad que el principio de este año fue duro. Tenía varios partidos medio controlados, ante muy buenos jugadores, y se me escaparon. No había tenido una buena racha de partidos, pero sabía que alguno iba a caer. Estaba segurísimo, era cuestión de tiempo. En cuanto pillase una semana de estas era en plan 'aquí estoy'.
Tras descansar del Godó esta semana, ¿qué objetivos te pones para los próximos torneos?
Ganar uno. Ganar el primer torneo es el primer objetivo. Pero, sinceramente, también quiero disfrutar de cada partido que juegue. La primera ronda cuenta lo mismo que la última, al final tienes que ganar todos los partidos. Quiero disfrutar de cada momento desde que empieza la primera ronda.
Por último, quería recordar dos frases sacadas de la semana de Montecarlo. La primera corresponde a Djokovic tras enfrentaros: "Me ha tenido contra las cuerdas todo el partido". ¿Cómo valoras ese mensaje?
Pues es muy sencillo. Me da mucha más confianza. Que diga eso de mí significa que estoy haciendo muy bien mi juego. A Nole no se le desborda muy fácilmente -risas-. Cuando iba 5-1 en el tercer set dije 'qué momento más peligroso, porque Djoko tiene 20.000 vidas'. Su mensaje es bueno para crecer.
¿Revancha contra Djokovic? Pero en una final, no me lo pongas en primera ronda...
¿Te gustaría volver a encontrarte con él en 2022?
Sí, pero en una final. No me lo pongas en primera ronda -risas-.
Y la otra frase también es de ese partido. Mientras el foco estaba puesto en la derrota del nº1, firmaste lo siguiente en la cámara de retransmisión: "Adopta, no compres". ¿Faltan reivindicaciones así en el tenis?
Cada jugador es de un país y tiene sus cosas. En nuestro país, el tema de animales está muy sensible. Somos el primer país en abandonos en Europa. Es algo que me entristece y me sensibiliza mucho el corazón. Tenía que mandar un mensaje ya que sabía que me iban a ver muchos ojos. Tenía que mandar un mensaje motivador, incitando a la gente a que lo hiciese. También que no adopten por adoptar, por tener alguien en casa. No es un juguete.
Aparte, acabo de crear una plataforma, una fundación, que se llama Adoptas.org. También era una oportunidad de dar más visibilidad a ese tema.
[Más información: Rafa Nadal, Carlos Alcaraz y el renacer de La Armada: un 2022 histórico para el tenis español]
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