El mundo del deporte ha estado gravemente perjudicado por culpa de las consecuencias de la guerra que Rusia inició en Ucrania hace ya casi tres meses. El gobierno de Vladímir Putin decidió tomarse la justicia por su mano en el conflicto que mantiene con el país que dirige Zelenski y no dudó en sacar los tanques y todo su armamento castigando a un pueblo que no ve la hora de salir del infierno.
Esa barbarie ha tenido su repercusión en muchos aspectos de la vida social y profesional del planeta y el deporte no ha sido ajeno a los problemas que se han producido desde entonces. Y si hay alguna disciplina deportiva que ha estado muy involucrada en esta guerra ha sido el tenis, especialmente con las polémicas que surgieron tras la decisión del Grand Slam de Wimbledon de prohibir a los jugadores rusos participar en sus competencias.
Un veto que fue llevado a cabo en todo el territorio británico y que se extendió a otros torneos también importantes como es el caso de Queen's. Sin embargo, ahora ha sido el Grand Slam de Roland Garros el que ha sacado a la luz cuáles son las políticas que piensan poner en marcha para tratar todo lo que esté relacionado con el país de Vladímir Putin y la guerra que ha provocado.
Desde mostrar el apoyo al presidente hasta decidir si los jugadores rusos o no pueden participar y, en caso de hacerlo, si se les permite usar sus símbolos nacionales tales como la bandera de Rusia o el himno. La encargada de hacer públicas las medidas que se van a poner en marcha, algunas de las cuales han generado gran polémica, ha sido Amelie Mauresmo, la directora del torneo.
Prohibido apoyar a Putin
Roland Garros ha decidido dejar clara cuál va a ser su política de actuación con los jugadores que van a acudir al torneo representando a Rusia y Bielorrusia. Al contrario de lo que va a hacer Wimbledon, el Grand Slam francés sí les dejará competir. Una medida que ha llamado y mucho la atención ya que se abre una gran brecha entre los dos torneos más importantes de la temporada tenística.
El torneo más legendario de tierra impone una línea de actuación y crea su propio plan anti-Wimbledon. Mientras en el Reino Unido los Medvedev, Rublev y compañía no podrán competir, a Francia sí podrán hacerlo con la ambición de levantar el segundo Grand Slam de la temporada. Eso sí, tendrán que estar sometidos al principio de neutralidad que se ha puesto en marcha en todo el deporte a nivel mundial.
En Francia no pueden competir selecciones o equipos nacionales del país de Vladímir Putin, pero sí pueden hacerlo deportistas a título individual. Por ello, Roland Garros acogerá a las mejores raquetas del territorio soviético. Eso sí, tendrán que competir sin mostrar símbolos nacionales. Por ello, no tendrán junto a sus nombres la bandera rusa ni tampoco podrán escuchar su himno si ganan la contienda. Además, no les está permitido incluir los colores nacionales en sus equipaciones a modo de bandera.
Amelie Mauresmo, directora del torneo y exjugadora de 42 años que llegó a ser número uno del mundo, ha reconocido que este es un tema complicado de tratar. En referencia a las decisiones tan diferentes que ellos han llevado a cabo respecto al protocolo más estricto elegido por Wimbledon, Mauresmo ha reconocido que "no hay una decisión justa" porque "el tema es muy espinoso".
Con lo que sí se han mostrado inflexibles es con que cualquiera de los jugadores que participen en el torneo, sean rusos o no, se pronuncien en favor de la figura de Vladímir Putin, en contra de Ucrania o promocionen la guerra que está devastando el territorio que gobierna Zelenski. Ahí no harán concesiones y los jugadores que decidan alabar la figura del presidente ruso o que apoyen sus decisiones serán expulsados del torneo y castigados con fuertes sanciones.
"Estamos en la línea de lo decidido por los ministros de Deportes de la Unión Europea. No acogeremos equipos, pero sí a deportistas individuales, sean rusos o bielorrusos. Obviamente, si un deportista se muestra ante la prensa pro-Putin habrá sanciones". Así lo ha confirmado en una entrevista con la radio France Inter.
Duras críticas desde Ucrania
Estas decisiones han causado algo de sorpresa en el mundo del tenis ya que se esperaba que el Grand Slam que se disputa sobre suelo francés llevara hacia delante alguna medida más parecida a las puestas en marcha por parte de Wimbledon. Sin embargo, en el mundo de la raqueta en general se ha celebrado que la línea mostrada por parte de Roland Garros muestre un carácter mucho más aperturista que el elegido por el gran torneo británico.
La decisión de Wimbledon de no dejar participar a tenistas rusos y bielorrusos fue muy criticada por grandes figuras como Rafa Nadal o Djokovic. De hecho, el serbio se llegó a posicionar como uno de los posibles líderes de un boicot contra el tercer grande del curso para forzar a la dirección del All England Club y al gobierno británico a abrir la mano con lo estricto de su postura.
Ya en su día, el extenista ucraniano Sergiy Stakhovsky salió en defensa de la dirección del torneo inglés y criticó duramente la postura de figuras como el propio Nadal. Ahora se ha vivido una situación similar ya que ha habido críticas hacia Roland Garros por parte de algunos profesionales de la raqueta que consideraban que no deberían dejar jugar a sus compañeros rusos para dar ejemplo de condena de la guerra.
Elina Svitolina ha sido la más contundente en su mensaje y ha criticado públicamente la decisión de Roland Garros y también la figura de Amelie Mauresmo como directora del torneo. Junto a ella se han alineado un gran grupo de tenistas y deportistas ucranianos que confiaban en que los grandes torneos del circuito fueran más de la mano con una situación que consideran excepcional. La noticia de que los jugadores rusos y bielorrusos podrán jugar sobre la tierra batida de París tampoco ha gustado nada ni en el país ni entre la sociedad ucraniana.
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