El nuevo Open de Australia que ya se dibuja: el 'coaching' de los entrenadores y la lucha contra los partidos de madrugada
- La nueva medida instaurada por el torneo en acuerdo con los jugadores 'amenaza' con cambiar radicamente la comunicación entre técnicos y tenistas.
- Más información: El gesto de Carlos Alcaraz que encandila a todos los aficionados antes de su debut en el Open de Australia
Este Open de Australia viene con novedades en esta edición de 2025. El torneo siempre es especial por ser el primer Grand Slam de la temporada, la competición que alza de verdad el telón del nuevo curso tenístico, y con los primeros coletazos ya dados se sacian las ansias de los aficionados más impacientes.
La disputa de la primera eliminatoria ha dejado algunos detalles llamativos al margen de los primeros resultados de los grandes favoritos al título. El más novedoso de ellos tiene que ver con la figura de los entrenadores, que este año pasan a tener un mayor protagonismo con el beneplácito de la organización.
El otro es la confirmación, como ya sucedió por norma el año pasado, de la pelea contra los partidos que terminan a altas horas de la madrugada. Aquí el torneo se resistió al principio a ser más comprensivo, pero no le ha quedado más remedio que acatar la reglamentación y plegarse a las indicaciones de la ATP y la WTA.
El 'coaching' de los entrenadores
Tradicionalmente ha habido discusión en el mundo del tenis por la relación que los jugadores y los entrenadores podían tener en plena disputa de un partido. Es uno de los pocos deportes en los que la comunicación con el preparador no está apenas permitida para poder recibir instrucciones o apoyo en los momentos más complicados, con al salvedad de lo que ocurre en la Copa Davis.
Ahora bien, este concepto entra en una nueva dimensión en esta edición del Open de Australia. Los aficionados más observadores habrán podido ver en estos primeros encuentros del torneo a los miembros del staff técnico de los jugadores en una posición muy particular.
La organización ha habilitado en las tres pistas centrales del torneo una ubicación privilegiada para los entrenadores. En una de las esquinas de la cancha y con la asistencia incluso de la tecnología para poder analizar el juego de sus pupilos, los técnicos se encuentran más cerca que nunca para poder dar instrucciones.
Cada vez que un tenista se acerca a recoger su toalla para secarse puede recibir las indicaciones de los especialistas para variar su juego. De esta forma, se terminan las miradas lejanas a la grada y los mensajes casi furtivos que tenían que intercambiar los jugadores para evitar el 'warning' del juez de silla de turno.
Esta nueva medida cuenta con la connivencia de la organización y de los jugadores. Los tenistas, tan habituados a la soledad en la pista en tantas ocasiones, agradecen poder contar con un abrigo que les ayude en los momentos de desorientación.
"Ahora estamos más cerca para poder comunicarnos. Yo veo bien este cambio. Juan Carlos Ferrero también me comentó que se siente más cómodo. En estos dos partidos que he jugado aquí de exhibición han ido bastante bien y es mucho mejor que puedan ver el partido desde ahí", llegó a comentar Carlos Alcaraz acerca de esta novedad del Open de Australia 2025.
Craig Tiley, el director del torneo, argumentó esta medida que amenaza con cambiar por completo la relación jugador-entrenador en el tenis: "Desde ese lado se tiene una gran visión del partido y los tenistas podrán hablar de manera directa con los entrenadores cuando vayan a por la toalla".
El fin a la polémica
Más allá de esta revolución, el Open de Australia ha estado marcado en los últimos años por las críticas del público y especialmente de los propios tenistas por jugar partidos a altas horas de la madrugada.
En 2023 Andy Murray llegó a ganar un partido pasadas las 4 de la madrugada tras casi seis horas sobre la pista, mientras que en la edición del año pasado fue Daniil Medvedev el que venció a las 3:40 horas, mientras la mayoría del torneo dormía.
Ya el año pasado la ATP y la WTA llegaron a un acuerdo para poner en vigencia una serie de medidas que evitaran que esto se volviera a repetir. No se podrían jugar más de cinco partidos por día en la misma pista, las sesiones nocturnas tendrían que empezar antes de las 19:30 y no podría comenzar ningún duelo pasadas las 23:00 horas salvo que lo aprobara un supervisor.
Pese a todo, el Open de Australia, como ya sucedió el año pasado, tenía una nueva prueba de fuego en esta primera ronda que se recrudeció con la aparición de la lluvia el día inaugural. El mal tiempo retrasó los partidos en las pistas sin cubiertas, pero la organización estuvo hábil para salir airosa de la situación.
Así, se llegaron a suspender hasta ocho partidos que estaban programados para el primer día de competición en las pistas descubiertas. Aunque esta medida agrava la situación para el día siguiente, al menos los tenistas no se vieron obligados a trasnochar ni el público a evitar el bostezo en la grada.
En el cuadro masculino Alexander Zverev fue el último que saltó a pista el primer día, mientras que choque más tardío de la primera jornada fue el Blinkova - Saville del cuadro femenino. Terminó a última hora de la noche, pero nada que ver con lo sucedido en años anteriores.
El Open de Australia parece que ha tomado buena nota y, pese a que fue reticente a aceptar estos cambios, los partidos de madrugada empiezan a ser cosa del pasado.