Image: Ana Merino

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El Cultural

Ana Merino

“En la distancia, el mundo literario español me recuerda a los recreos de mi infancia”

20 diciembre, 2000 01:00

Lo siento pero sí, ser hija de un narrador como José María Merino , que juguetea con la realidad, el otro y los espejos, marca. Vean si no a Ana Merino (Madrid, 1967), que ganó el Adonais con su primer libro, Preparativos para un viaje, acaba de publicar La voz de los relojes (Visor) vive en Pittsburgh y prepara una tesis sobre el cómic.

Pregunta: La voz de los relojes cierra un ciclo: ¿en qué cree ha "crecido" como poeta desde Preparativos para un viaje?
Respuesta: Antes no tenía miedo a volar pero ahora voy temblando durante todo el camino porque los viajes se han transformado en tiempo.
P: Como poeta ¿también es una fingidora...?
R: Como poeta soy mucho más vulnerable porque no poseo la capacidad de fingir.
P: ¿Por qué es importante para usted la memoria?
R: Porque me enseña a dialogar con el deseo.
P: ¿Es un diálogo fluido o necesita traducción simultánea?
R: Es un diálogo apasionado capaz de hablar muchos idiomas a la vez .
P: ¿Conoce ya a su otro yo? ¿Se ha tropezado alguna vez con ella?
R: Sólo coincidimos cuando no nos queda más remedio.
P: ¿Y cómo es o se la imagina, y haciendo qué?
R: A ella le gusta salir por las noches a bailar. Yo en cambio, cansada de tanto trajín diario, prefiero quedarme en casa.
P: En uno de sus poemas regresa del otro lado del espejo a la realidad ¿impunemente?
R: No. Regreso con ganas de atravesarlo otra vez porque la realidad que allí encuentro está llena de rincones anhelados.
P: ¿Cuál es su favorito allí, al otro lado?
R: Al otro lado, cerca de los recuerdos.
P: Escribe: "¿De dónde soy/ Soy de lo que leo?". Bien, ¿y qué lee?
R: Desde Cioran a Turgueniev, todo lo que me conmueve me enseña a ser de lo que leo.
P: Las ciudades están muy presentes en su obra, pero ¿realmente sólo existen "cuando el pintor llega"?
R: Las ciudades se inventan de cualquier forma, pero si llega el pintor antes y las imagina en su lienzo se vuelven mágicas.
P: ¿Cuál y por qué es la más mágica de todas las que ha vivido?
R: En todas he querido encontrar el rastro del paraíso.
P: ¿Y de las soñadas?
R: El amanecer hace que olvide la geografía de mis sueños.
P: Y mientras llega el pintor, ¿qué pasa?
R: Que hay ciudades fantasmas a las que la literatura intenta salvar.
P: ¿A qué autor regresa siempre?
R: A Marcel Proust, a Rosalía de Castro, a Omar Keyyam, a muchos, depende de los días.
P: ¿A qué poema?
R: A "Lo Fatal" de Rubén Darío.
P: ¿Realmente cree feliz al árbol "que es apenas sensitivo"?
R: Yo siempre creo a los buenos poetas.
P: ¿Y a cuál prefiere no regresar por aquello de no llevarse un desengaño?
R: A aquel que no deja poso, ni macera en la memoria.
P: En la actualidad vive en Pittsburgh, antes recaló en Columbus: ¿se siente poeta del desarraigo?
R: Sí, a veces me siento poeta del desarraigo, pero también del frío y sobre todo un poco nómada.
P: ¿Cómo influye en su poesía el vivir fuera, en Estados Unidos?
R: Uno mide el tiempo con la correspondecia que recibe, y la soledad con la que nunca llega.
P: ¿El estar de alguna manera ajena a las polémicas poéticas le perjudica, le alegra, lo echa de menos?
R: Echo de menos encontrarme a los poetas por las calles y ver si son cercanos o no a sus poéticas.
P: En la distancia, el mundillo literario español le parece sorprendentemente...
R: ...igual a los recreos de mi infancia en el colegio.
P: ¿Cree que si su padre no le hubiera aconsejado lecturas como La metamorfosis hoy sería escritora?
R: Probablemente no, porque yo soy de aquellas escritoras que aprenden el oficio a base de buenas lecturas.
P: ¿Cuál de todos los títulos de entonces sigue siendo hoy día su favorito?
R: En busca del tiempo perdido de Marcel Proust.
P: "Si no me reconoces, dejaré de existir" ¿Cómo se recupera después el ser?
R: Con pacienca, mucho sentido del humor y los diarios de Kafka.
P: Prepara una tesis sobre cómic: ¿qué relación tienen para usted los tebeos y la poesía?
R: Son amores perfectamente compatibles.
P: ¿Cuál es su héroe favorito?
R: La Pequeña Lulú.
P: ¿Y Mafalda?
R: Fue una lectura de adolescencia que me enseñó a mirar la realidad de forma crítica y comprometida.
P: ¿Y su antihéroe?
R: El pobre Carpanta, testigo de la derrota y víctima del hambre.
P: ¿A cuál de todos estos personajes le dedicaría un poema o un libro incluso?
R: Creo que todos se merecen un poema, o al menos un artículo que los reivindique.
P: ¿Con cuál se iría de viaje?
R: Debo confesar que me iría con Anacleto, agente secreto, aunque no lo mencionase antes.
P: ¿Y de copas?
R: Con Carpanta, pero primero me lo llevo a cenar a un buen restaurante.
P: ¿Ha vivido muchas "despedidas sin palabras"?
R: Demasiadas, tantas que sólo me queda la voz de los relojes.
P: Y ahora, ¿qué?
R: Esperar a que llegue el verano, y nos podamos sacudir mi doble y yo, el frío de estos meses de diez bajo cero que se nos está bordando en la piel y nos tienen compartiendo el día y la noche.