Image: Luis landero

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El Cultural

Luis landero

"El oficio de nuestro tiempo es olvidar"

23 mayo, 2001 02:00

Sherezade salvó su vida gracias a los cuentos. Tal vez no hay otra: sin literatura no se puede vivir. Por eso, Luis Landero escribe "para vivir intensamente y ensanchar el corazón". Y por eso, desvela en Entre líneas: el cuento o la vida (Tusquets) los contornos de su mundo: la infancia, los naufragios posibles, la nostalgia de lo vivido, de lo soñado. Y lo perdido, a vueltas con la memoria y la ficción.

Pregunta: ¿Es Luis Landero alguien-que-sabe?
Respuesta: Desgraciadamente no, pero sí alquien que quiere saber, y sobre todo sentir. Ya se sabe que la razón es la que busca, y el corazón el que encuentra.
P: Al protagonista, la sabiduría no le luce en la nómina. ¿Y a usted?
R: Según con quien se compare uno, pero mis ambiciones no van por ahí.
P: ¿Qué se enseñan mutuamente el profesor, el lector y el escritor?
R: El profesor, nada, se limita a aprender para luego poder contar. El lector y el escritor, recíprocamente a leer y a escribir, y el escritor, a ver el mundo.
P: ¿Puede poner algún ejemplo de libro que le guste al profesor y no al lector y al escritor?
R: Bastantes, pero estos días se ha recomendado Otoños y otras luces de ángel González...
P: ¿Cuál fue su primera experiencia estética?
R: El asombro ante el mundo.
P: Intente trazar su perfil: ¿cuál es su signo y por qué?
R: La melancolía, quizá porque el sentido de la vida es confuso.
P: ¿Su pasión?
R: La literatura. Es la más persistente, me ayuda a pasearme por la vida.
P: ¿Su dulzura?
R: La amistad, la naturaleza, los veranos de mi infancia...
P: ¿Su dolor?
R: En el plano personal, cierta insatisfacción crónica. En el plano general, la capacidad inagotable de crueldad del hombre.
P: ¿De qué y por qué se siente náufrago?
R: Del tiempo y de las ilusiones juveniles, pero hay balsas donde los naúfragos sobreviven confiados y alegres.
P: ¿Cómo empezó su vida de escritor?
R: Con los cuentos de mi infancia; en la adolescencia, cuando descubrí la poesía y tuve un desengaño amoroso. Cuentos, poesía y amor son cabos de una misma cosa.
P: ¿De dónde surgió la pasión artística?
R: De alguna carencia que vino a satisfacer la fantasía.
P: ¿Cuál es hoy su verdadera y única patria?
R: El lugar donde estoy en cada momento, los libros, la gente de bien, el pasado, la infancia, el aula donde doy clase...
P: ¿Y su paraíso?
R: Todos los días tienen su breve y modesto paraíso, no hay que irse muy lejos para encontrar esos instantes perdidos.
P: ¿Tiene sentido, en plena era audiovisual, reivindicar, con John Berger, la experiencia campesina de siglos, sin "negar demasiada historia y demasiadas vidas"?
R: Sin duda. La extinción de la cultura campesina es una gran pérdida, aunque el oficio de nuestro tiempo sea olvidar y el pasado no se venda.
P: ¿La vida siempre está más allá? ¿Por qué?
R: Al revés, creo que lo más interesante está cerca de nosotros. Otra cosa es el deseo, que nos proyecta a un futuro inalcanzable.
P: ¿Cuándo decidió quedarse a vivir para siempre en el laberinto de papel?
R: No me he quedado, ése era Don Quijote, y estaba loco. Vivo en él, pero también en el de la vida. En realidad, los dos están entretejidos.
P: ¿A qué se refiere cuando escribe que "somos narradores por instinto de libertad"?
R: A que nuestros deseos casi nunca se cumplen plenamente en realidad y nuestros instintos necesitan manifestarse, aunque sea en la imaginación.
P: ¿Para qué escribe, para escapar a la muerte, para que le quieran, por vanidad?
R: Para todo eso, y para vivir intensamente. También, como decía Ortega y Gasset, para ensanchar el corazón.
P: Si fuese Sherezade, ¿cuántas noches cree que hubiera escapado a la muerte?
R: Depende del receptor. Proust no hubiera sobrevivido una noche. Quizá yo tampoco.
P: "La literatura se aprende, pero no se enseña"... ¿cómo se aprende y por qué no se enseña?
R: La literatura es una revelación, una experiencia intransferible como el amor, que se aprende desde la emoción, y eso no se enseña. El profesor sólo es un intermediario entre lector y escritor.
P: Escribe que hoy la literatura desempeña "funciones de bufón", ¿impunemente?
R: No sé. El dinero es el poder que goza de mayor impunidad.
P: Han, hemos, intentado convencernos de que la literatura tiene que ser divertida. ¿Por qué es un error?
R: La literatura es reflejo de la vida y la vida es demasiado rica y compleja como para reducirla a diversión; eso es empobrecerla, aunque sea el objeto de la cultura de masas y se amplíe a otros ámbitos.
P: ¿Qué se juega la escuela española hoy en el debate el cuento o la vida y por qué?
R: La escuela pública española se encuentra al borde de la liquidación por derribo. No hay más que ver el nivel cultural de los alumnos y la desesperación de los profesores. Que cada cual saque sus propias consecuencias.
P: "Toda novela es sólo la sombra de otra". ¿También Juegos de la edad tardía? ¿De cuál?
R: Siempre nos quedamos lejos de lo que queríamos escribir, no acertamos a objetivar nuestro mundo interior, es como intentar construir la Torre de Babel.
P: ¿Cuál es el espejismo más peligroso que le acecha como escritor?
R: Como decía Camus, la complacencia y el rencor. Yo añadiría la codicia, el afán de poder y la pérdida de la capacidad de sentir.
P: Para terminar: ¿qué escoge usted, el cuento o la vida?
R: Vivir y después contarlo: así se vive dos veces, del mismo modo que de día vivimos y de noche soñamos: todo es vida.