Image: Unamuno

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El Cultural

Unamuno

María Zambrano

1 mayo, 2003 02:00

María Zambrano, por Gusi Bejer

Edición e Introducción de Mercedes Gómez Blesa. Debate, 2003. 203 páginas, 15 euros

Es preciso destacar la plena originalidad de este inédito, el que estemos ante uno de los primeros libros escritos sobre Unamuno en nuestro país, y la labor de preparación exigente que esta obra ha supuesto

Continúa el rescate de la obra de María Zambrano con las cautelas que exige materia tan especial, pero sin pausa. Se abre así dicha obra al servicio de todos y alejándose de cierto uso endogámico que de la vida y de la obra de esta autora se hizo en torno a sus últimos años. Un libro como el que hoy comentamos -en verdad, un hermoso rescate-, presentado por una zambraniana de excepción, como es Mercedes Gómez Blesa, abre nuevos caminos. Está pendiente una edición exenta de las obras completas de Zambrano, pero a la vez es necesario este tipo de rescates de obras aún inéditas. Este Unamuno es una de esas obras que, por la extensión e importancia de su contenido, esperaba la atención de los estudiosos.

Se conservaba este original mecanoescrito entre las carpetas de inéditos de la Fundación María Zambrano, y Gómez Blesa ha velado por proporcionarle su unidad y perfiles correctos, comenzando por completar el original con una serie de artículos complementarios en torno a Unamuno y que acompañan, a modo de anexos, al libro. Ha fijado la estudiosa en su prólogo no sólo las coordenadas de esta obra sino también las del pensamiento de Unamuno y de Zambrano; autores coetáneos y en sintonía, pero con sus diferencias: la más notable de ellas, la que diferencia el "instinto de perpetuación" y el "sentimiento trágico" de la existencia unamuniana de la "nostalgia por la Totalidad" y el regreso al "origen" en el que reinaba la Unidad, más central en Zambrano.

Un comentario a vuela pluma nos obliga sólo a subrayar las tres características más destacables de este libro: la plena originalidad de un inédito, el que estemos ante uno de los primeros libros escritos sobre Unamuno en nuestro país -antes de los que quizá han sido las obras más decisivas sobre este autor: las de Marías, Ferrater o la magna obra de Pedro Cerezo Galán, Las máscaras de lo trágico-, y la labor de preparación exigente que esta obra ha supuesto. Las pistas sobre los orígenes de esta obra -sobre todo unas conferencias impartidas sobre Unamuno por Zambrano en la universidad de Puerto Rico, en 1940-, conducen a fijar su creación entre 1940 y 1942. Coincide también esta etapa con la estancia de Zambrano en La Habana, creativamente muy rica, donde iría escribiendo una de sus obras más lúcidas, El hombre y lo divino.

El hecho de que este libro naciera al aire de unos cursos universitarios no debe confundir al lector, pues nos hallamos ante una obra que pone una vez más de relieve el tono, la originalidad de la voz de Zambrano; voz que atiende a reflexiones de sincera subjetividad, nada sistemáticas, y por ello muy en sintonía con lo que fueron el sentir y el creer unamunianos. No por ello deja Zambrano de guardar atención y orden, ya desde los títulos de sus capítulos, a temas claves de la personalidad de Unamuno: el tiempo que le toco vivir y su relación con el 98 y con Europa, la unidad y la variedad de una obra escrita en distintos géneros, el eje de su trágico sentir o la religión en sugestivo diálogo con la poesía y la filosofía.

Más allá de este exponer cristalino, el lector no puede dejar de pensar en la sugestiva relación que el pensamiento del escritor vasco tiene con el de la autora del libro. Esa afinidad o sintonía intelectual, de raíz poética, nos lleva a establecer el paralelismo de dos pensadores españoles de excepción. Gómez Blesa reconoce estas sintonías como "autoconciencia" o como "una filosofía estética". Recordando declaraciones de la propia Zambrano, acabaríamos encontrándonos con lo que ella reconoció como la "razón poética", que contrapuso a la "razón histórica" de Ortega. La prioridad "intrahistórica" del pensamiento de Unamuno y de Zambrano, del que este libro es un maravilloso engarce, nos llevaría a una triste clave del pensamiento contemporáneo que no se le escapa a Gómez Blesa: el de la "exigencia de una reforma de la filosofía y del concepto de razón", de una razón reducionista, de sentido estéril. Queda así expuesto un sentir y de un vivir que aproxima al pensamiento más a fuentes poéticas y vitales -a la experiencia de ser-, a esos límites en los que pensamiento y poesía -bien en ensayos como los de Unamuno y Zambrano, bien en poemas como los del primero-, se funden lúcidamente.

Los nombres de Unamuno y de Zambrano fundidos nos llevan a uno de los frutos más provechosos del pensamiento español contemporáneo: una aventura del pensar y del sentir lo esencial. El tema de "la envidia española y su raíz religiosa", tratado por Zambrano, nos hace descender a las raíces del ser español, pero el contrapeso de su análisis de la "religión poética" unamuniana nos eleva a esa cima del pensar que sintetizaron tres de sus versos: "…una sola pena,/una sola, infinita, soberana,/la pena del vivir llevando al Todo,/temblando ante la Nada". En las mayúsculas de estos versos el pensamiento de Unamuno prueba que estaba "más allá". ése fue su reto. Y el de Zambrano, el de revelárnoslo en este libro.