Gianni-Vattimo

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El Cultural

Gianni Vattimo: "La ética de Europa está bajo mínimos"

4 febrero, 2004 23:00

Pocos filósofos se expresan con tanta contundencia como el italiano Gianni Vattimo (Turín, 1936), que habla sin tapujos de los temas de más candente actualidad: la inmigración, la ampliación de Europa y su polémica Constitución, el gobierno de Berlusconi, el imperio norteamericano, la prohibición del velo en las escuelas francesas, lo políticamente correcto... La gran aportación de Gianni Vattimo a la filosofía contemporánea es la noción de “pensamiento débil”, una visión que contempla la historia de la emancipación humana como una progresiva reducción de la violencia y de los dogmatismos con la libertad como consecuencia última: una filosofía siempre atenta a los problemas de la sociedad.

El filósofo y eurodiputado, que el próximo miércoles 11 estará en Barcelona dando una conferencia en Caixaforum donde expondrá las ideas que hoy nos adelanta, ha reivindicado para su pensamiento la calificación de “filosofía cristiana para lo posmodernidad”. Sus últimos libros, que ahora edita en España Paidós, son Nihilismo y emancipación y Después de la cristiandad. Por un cristianismo no religioso.

-Acaba de publicarse en España Después de la cristiandad. ¿Es posible ser completamente relativista y, a la vez, cristiano?
-Yo no me siento completamente relativista. Esta es una cuestión complicadísima. Lo cierto es que sólo Dios puede ser relativista, es el único que puede contemplar la multiplicidad desde arriba. Nosotros sabemos que somos criaturas situadas en la historia, y que ha habido otras situaciones históricas con las que dialogamos en lo que Gadamer llama “fusión de horizontes”.

-Entonces, la posmodernidad...
-La posmodernidad busca una visión completa del mundo, que lo ordene por completo, para decir que Dios no existe. Bueno, no hay certeza de que Dios exista, pero estamos abiertos a escuchar mensajes: y los de la Biblia son para nosotros más constitutivos que otros. Yo creo en Dios: en mi existencia espiritual, la Biblia es más importante que Shakespeare. La civilización occidental está determinada espiritualmente por la Biblia.

Raíces cristianas

-¿Significa eso aceptar todo lo que la Biblia dice?
-No, claro. Que yo exista porque Adán fue creado del barro y Eva de una costilla de Adán me parece un mito respetable en el que creo poco.

-La posible inclusión de una referencia a las raíces cristianas de Europa en la Constitución ha suscitado una viva polémica.
-Europa no debe perder las raíces cristianas. No porque sean cristianas, sino porque son la base de nuestra civilización. El respeto a la libertad individual, el convencimiento de que ser mujer no supone ser de una categoría inferior, son nociones que pueden ser compartidas por un musulmán, que deben ser compartidas por todos los europeos. Jacques Delors, por otro lado, ha propuesto recientemente incluir también una referencia al Islam. Las referencias son lo menos importante. Lo importante es el fondo.

-¿Qué le parece la polémica en Francia sobre la enseñanza de la religión?
-Mal. Los jóvenes franceses saben muy poco o nada de la tradición religiosa cristiana. Tampoco preferiría que fuese obligatorio estudiar el catolicismo, como en Italia, ni tampoco querría que en Italia se eliminase esa asignatura, pero sí que se tratase el tema de la religión de una forma más amplia.

-¿Y la prohibición del velo en las aulas?
-Creo que es un error. Prefiero una sociedad con muchos símbolos antes que una sociedad sin ningún símbolo. Nuestros símbolos cristianos, ¿por qué quitarlos? Dejemos que las minorías se presenten con los suyos, pongamos unos versos del Corán junto al crucifijo. ¿Prohibirán que los jóvenes vayan a clase con crestas de gallo, que al final es también el símbolo de pertenencia a un grupo? ¿Y qué harán con los museos europeos, llenos de vírgenes, de anunciaciones? El riesgo de nuestra civilización multicultural es reducir el espacio público al desierto por miedo al desencuentro.

-Como eurodiputado, es miembro de las comisiones de cultura y de derechos y libertades de los ciudadanos. ¿Se siente satisfecho de su trabajo?
-Del mío, sí, aunque estoy muy insatisfecho con lo que la Unión Europea es ahora, con el poco poder del Parlamento Europeo. Es necesaria una constitución federal, una política internacional unitaria, que Europa sea una alternativa a Estados Unidos, que trata a los otros países como satélites, colonias, subordinados. Es increíble lo que está ocurriendo con la excusa del terrorismo: de todo aquel que entra en EE. UU. quedan registrados datos como el número de tarjeta de crédito... ¿Quién nos dice que usarán esos datos sólo para luchar contra el terrorismo?

-Frente a eso Europa ¿debe imponer otra mentalidad?
-Sí, corremos el riesgo de perder la libertad individual, la privacidad. Europa debería tener como emblema un concepto de solidaridad, de libertad.

-¿Qué consecuencias tendrá para la Unión Europea la próxima ampliación?
-Las bases sobre las que se sustenta la Unión Europea, la búsqueda de la paz, del crecimiento de mercados, exigían esta ampliación. Pero a día de hoy es un peligro, teniendo en cuenta que aún no se ha aprobado la constitución. Si ya es difícil gobernar la Unión Europea ahora, imagínese cuando entren todos esos países.

-Otro grave problema que acecha a Europa es qué hacer con la inmigración, que no deja de crecer.
-También para solventar eso es necesario un gobierno europeo poderoso, unificado. Los países más afectados por la inmigración se enfrentan a problemas nuevos, están abocados a la xenofobia. Es necesaria una política común que haga la vida más fácil a los inmigrantes y a los ciudadanos europeos. Una política que deje de tratar a áfrica como una postcolonia.

-¿Dónde está el límite de lo “políticamente correcto”, del respeto a la pluralidad de culturas, de la globalización?
-No hay un límite claro que se pueda establecer a priori: el límite está allí donde las culturas comienzan a manifestarse de forma violenta. Un médico florentino de origen africano ha propuesto que quienes quieran mantener la práctica de la ablución en las niñas lo hagan de una forma simbólica. Es una opción. El límite está donde se renuncia a la integridad física. Otro tanto pasa con la circuncisión, que ha perdido su primitivo sentido higiénico, pero se sigue practicando... El límite es elástico.

Temperatura ética

-¿Cuál es la temperatura ética de Europa?
-A mi entender, muy baja. Sobre todo porque en Italia y otros países de Europa se sufre una cierta resignación a no tener grandes ideales políticos, hay un enorme desinterés por la política, se desconfía de quienes se dedican a ella... Europa es un continente políticamente apagado.

-Dentro de poco protagonizará un encentro en Novara titulado “Curso de formación política para seguir siendo de izquierdas en la era berlusconiana”.
-Cosa que no es fácil... Por un lado, Berlusconi tiene un control absoluto de los medios de comunicación italianos, algo que hizo mientras la izquierda miraba hacia otra parte. Por otro, en Italia se vive una situación de media prosperidad, que hace que quienes sufren el desastre económico de la política de este gobierno sean aún tan sólo una minoría. La mayoría no se ha dado cuenta de que los ideales hedonistas de Berlusconi no funcionan, de que pretende reformar la Constitución italiana para quedarse con el poder para siempre. Esto es lo que más temo.

-¿Qué aprendimos de los atentados del 11-S?
-Que en un mundo imperial, sin un equilibrio de potencias, la única forma de disentir acaba siendo el terrorismo. Esto es fatal, pero es así.