Image: Federico Luppi

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El Cultural

Federico Luppi

“Tengo la absoluta convicción de que el hombre nunca va a cambiar”

1 abril, 2004 02:00

Federico Luppi, por Gusi Bejer

Las interpretaciones de Federico Luppi (Buenos Aries, 1953) son el santo y seña de la profesión, paradigma luminoso del talen- to irrebatible y el trabajo bien hecho. Después de una intensa actividad teatral y cinematográfica, que le han llevado por todos los rincones del mundo, el actor argentino se estrena como director con Pasos, cuyo rodaje ha terminado hace apenas dos semanas. A partir de un guión escrito por su mujer Carmen Hornos, sitúa su debut cinematográfico en los años de la Transición española. ¿Será tan brillante detrás de la cámara?

Pregunta: ¿Qué le ha animado a ponerse por primera vez detrás de la cámara?
Respuesta: Creí que en este caso yo podía contar la historia. Y también por diversificación laboral.
P: ¿Se refiere a que le ha impulsado el dinero?
R: No, a trabajar para comer.
P: ¿Qué le ha cautivado de la experiencia?
R: Resolver problemas diferentes todos los días.
P: ¿Y ahora entiende mejor a los directores o peor a los actores?
R: Hablando se entiende la gente.
P: ¿De qué maestros ha tomado buena nota?
R: Ni mencionarlos; después me van a preguntar por qué no aprendí de ellos.
P: Bueno, entonces dígame a qué maestros admira...
R: Hay un genio por cada década y cuarenta sabios más que le siguen; debería hacer una historia del cine y un tratado sobre las virtudes de cada uno.
P: ¿Por qué sitúa la historia de su filme tras el golpe de Estado de Tejero?
R: Me fui de España 15 días antes de lo de Tejero y mientras vivía y entendía las dificultades de la transición, en mi cabeza comparaba el camino que emprendía la España moderna con la perversión militar de mi país; gente que en ese momento tenía 30 años enfrentaban un camino digno de ser recorrido y, en mi país, gente como yo había pasado la mitad de su vida sin votar y sin elegir.
P: ¿Se parecen algo estos años a los de entonces?
R: Sí, los banqueros siguen siendo impunes, los pobres más pobres y la izquierda sigue perdiendo.
P: Bueno, ahora ha ganado. ¿Qué pasó por su cabeza la noche del 14-M?
R: Más gente, más razón.
P: ¿Qué le desea a Rodríguez Zapatero?
R: Que envejezca en la función pública.
P: ¿Puede hacer algo el cine contra el horror del 11-M?
R: No.
P: ¿Y ayudar a olvidarlo?
R: Ojalá que no. Cualquier historia que aliente el olvido nos roba el aprendizaje.
P: ¿Existe el cine sin política?
R: No.
P: ¿Y qué cree que piensan los políticos españoles del cine español?
R: Lo que he leído es bastante pobre, prejuicioso y de una gran ignorancia de lo que el cine significa. Creo que son opiniones tontamente ideologizadas.
P: ¿Cuál es el mejor consejo que recuerda?
R: No te preocupes, todo pasa.
P: ¿Y el peor?
R: No te preocupes, la razón siempre triunfa.
P: Su película se titula Pasos. ¿A qué pasos se refiere?
R: A los nuestros en la vida.
P: ¿Y usted se arrepiente de alguno de los que ha dado?
R: Convengamos que es una pregunta de débil retórica; si me arrepintiese de alguno... ¿qué?, ¿el pasado se volvería automáticamente mejor?, ¿el error no sería error y el equívoco verdad?
P: ¿Cuántos pasos ha debido dar para llegar al lugar donde ha llegado?
R: ¿Adónde he llegado?
P: A tener el respeto y la admiración unánimes de sus colegas y del público. ¿Cuestión de talento o de trabajo?
R: El talento es algo difícilmente definible. El trabajo tal vez nos acercaría a entender qué ha pasado.
P: ¿Se considera una estrella de cine?
R: No. Conozco el oficio y no todo. Lo que sé me aproxima más a un artesano.
P: ¿Qué es lo que más le enoja de la realidad?
R: La enorme cantidad de gente que desconoce sus derechos.
P: ¿Cuál es su máxima ante la vida?
R: Soy hijo de las estafas, así que no tengo máximas sino mínimas.
P: ¿Y ante la cámara?
R: Dejar que ocurra.
P: En las películas da el tipo de reflexivo, gruñón, sentimental, progresista... ¿Cuánto hay del hombre detrás del actor?
R: No hay personajes sin persona.
P: ¿Con quien tiene más en común: con su personaje de Martín (hache) o con el de Lugares comunes?
R: Son mis parientes, mis amigos, mis vecinos. Con ambos todo.
P: ¿Recuerda qué fue lo que le impulsó a dedicarse a la interpretación?
R: La realidad era muy fea.
P: ¿Y qué es lo que le impulsa ahora?
R: La realidad sigue siendo muy fea.
P: ¿Ha perdido la esperanza de cambiarla?
R: Peor que eso. Tengo la absoluta convicción de que el hombre nunca va a cambiar y que, salvo matices de conducta según cada época, expresa de diferentes modos la misma condición.
P: ¿Cuáles son sus esperanzas entonces?
R: Que las buenas cosas las haga la mejor gente.
P: ¿Qué le sugieren estos nombres?: Héctor Alterio...
R: La nobleza del oficio.
P: George Bush...
R: Epítome de un mundo enfermo.
P: John Ford...
R: Cuando el cine hablaba de hombres.
P: Adolfo Aristaráin...
R: El cine adulto de Argentina.
P: Janet Jackson...
R: Leyó mal el código. Si el seno hubiera sido de Scarlett Johansson no pasaba nada.
P: Hollywood.
R: No desdeñaría vivir ahí.