Image: Eduardo Vasco

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El Cultural

Eduardo Vasco

“En el Clásico seguiré el modelo de compañía estable de Marsillach”

22 julio, 2004 02:00

Eduardo Vasco, por Gusi Bejer

Que con 35 años sea director del CNTC es un buen signo y no sólo por lo que supone de recambio generacional. Involucrar en un proyecto de compañía estable a un colectivo de actores, escenógrafos, autores, técnicos... no es sólo cuestión de medios económicos, exige energías, liderazgo y entrega, rasgos personales que se le presumen a Vasco. Además, tiene experiencia: profesor y subdirector de la RESAD, músico, tiene compañía propia (Noviembre) y ha dirigido clásicos de Lope y Shakespeare.

Pregunta: Parece que el INAEM quería a un director con mayor proyección pública, pero la herencia nada provechosa de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) ha favorecido su elección.
Respuesta: Sé a quién se ha tocado, directores con una gran experiencia y curriculum, algo que me parece normal. Y sé que mi elección es arriesgada para un gestor cultural. He recibido el apoyo de muchos, por lo que mi nombramiento supone de nuevo, de regeneración, pero ahora toca demostrarlo.
P: ¿Qué condiciones le puso a Campos Borrego (director del INAEM) para aceptar dirigir la CNTC?
R: Ninguna, simplemente establecimos un calendario lógico de incorporación. Tengo algunos compromisos anteriores que debo respetar y mi compañía está de gira con Algún amor que no mate y acaba de estrenar Hamlet, que tiene ya una gira firmada.
P: ¿Qué condiciones le puso Campos Borrego a usted?
R: Ninguna, pero me aclaró las circunstancias que rodean a la compañía y que asumo. Hay una programación hasta final de año y después comenzarán las nuevas producciones. Y está la reforma del teatro La Comedia, que puede durar años.
P: ¿Tiene una idea general de lo que hacer?
R: La CNTC debe ser una compañía de repertorio que mantenga vivos títulos indispensables y desconocidos, pero por otro lado debe haber una apuesta, un riesgo estético, una búsqueda y un compromiso con el mundo que nos rodea. Todo el mundo tiene su opinión sobre cómo se debe hacer el teatro clásico, cómo se debe decir el verso, etc. y es imposible contentar a todos. Hay que apostar por un camino, y en la medida de lo posible, crear un estilo.
P: ¿Va a crear compañía estable? ¿qué quiere decir exactamente?
R: Un núcleo estable de actores con el que se pueda hacer un trabajo continuado, con objetivos comunes. Un trabajo a largo plazo.
P: Y disponer de un elenco estable, ¿qué garantiza?
R: Estilo y complicidad de grupo. Manejo del verso, del lenguaje, de las estructuras, del tipo de trabajo técnico necesario que el actor debe desarrollar. No tener que empezar de cero con todos cada vez que haces un reparto.
P: ¿Carece de estilo la actual CNTC ?
R: Hasta ahora no se ha apostado por eso, no ha sido una prioridad.
P: ¿Vuelve a la idea del fundador Marsillach?
R: Marsillach, cuando fundó la CNTC, la bautizó como "compañía" y no lo hizo gratuitamente, sino que la entendía como algo que tiene que ver con la tradición. A mí esa idea es la que me interesa.
P: ¿Por qué ninguno de los directores que sucedieron a Marsillach siguió su modelo?
R: Mantener una compañía estable es complejo, el mercado de los actores es muy flexible y contar con su fidelidad no siempre es posible pues reciben ofertas más sustanciosas de la televisión y el cine. Respecto al director, éstedebe procurar hacer espectáculos para esa compañía y conocer mucho mejor sus recursos.
P: ¿Cuál es el problema más grave de la CNTC?
R:En este momento no gira apenas, creo que uno de los puntos clave es ese: la difusión.
P: ¿Puede aspirar a ser compañía de repertorio?
R: Creo que la consolidación de un repertorio aporta un tipo de oferta distinta al concepto de contenedor o generador de espectáculos. La compañía debería aprovechar cada espectáculo, amortizar el esfuerzo y el dinero que cuesta. Hay títulos que deberían reponerse con asiduidad y otros que deberían salir del olvido por muchos motivos.
P: ¿Se ceñirá el repertorio al Siglo de Oro o llegará al siglo XX?
R: Hay que pensar en el renacimiento, en el que hay auténticas maravillas. Consolidar el repertorio esencial e inusual del barroco y revisar hasta un poco más allá del romanticismo, pero no creo que tenga que entrar en el XX. Tampoco limitarse a los clásicos españoles.
P: Y el público: ¿le interesa llegar a un segmento en especial?
R: Hay que hacer una reflexión sobre el tipo de espectador que acude a ver teatro clásico, pero que a la vez asiste a otro tipo de espectáculos, ve la televisión, el cine, etc. La percepción del espectador ha cambiado sustancialmente desde que se escribieron estos textos, destinados a unos usos escénicos muy concretos. No podemos ofrecer una actividad museística ni excesivamente rígida, que aleje al espectador de la historia que se le está contando. Elegimos este tipo de teatro por su forma y por su contenido, y ambos deben tener algo que ver con nosotros.