El Cultural

Eduardo Punset, director de Redes

“El creacionismo no puede explicar el origen del hombre”

24 noviembre, 2005 01:00

Eduardo Punset, por Gusi Bejer

Eduardo Punset (Barcelona, 1936) tiene prácticamente olvidado su intenso pasado como político y economista. Ahora se dedica en cuerpo y alma a la divulgación científica desde su cuartel general en Redes, programa de televisión que le ha puesto en la cima del género y desde el que habla de tú a tú -con no pocas dosis de narcisismo- a los mejores cerebros del mundo, tanto nacionales como internacionales. Después de haber batido récords con el libro Cara a cara con la vida, la mente y el universo, ahora publica -también en la editorial Destino- El viaje a la felicidad. Las nuevas claves científicas.

Pregunta: ¿Se considera pionero de la divulgación científica en España?
Respuesta: Si ser pionero es haber contribuido decisivamente a darle la vuelta al mito de que a los españoles no les interesaba la ciencia, entonces soy un pionero.
P: ¿Cuál es la fórmula para convertir Redes en una factoría de divulgación?
R: Aplicar a un soporte audiovisual las técnicas bien conocidas del cine -a los descendientes del Cromagnon le encantan las imágenes fabuladas-; las técnicas de la publicidad -no olvidar que la capacidad de concentración del cerebro es efímera- y proponerse como objetivo conciliar el rigor científico con el interés de audiencias significativas.
P: ...Y, ¿es significativo el cambio?
R: Si hace diez años estaba equivocado jurando que la ciencia estaba irrumpiendo en la cultura popular, hoy es evidente que la gente se ha percatado de que su felicidad y futuro dependen de la ciencia en mayor medida que la política.
P: Entonces, ¿se siente ahora más cómodo en la ciencia que en la política o la economía?
R: Uno se siente cómodo cuando se siente feliz y nos sentimos felices cuando te invade lo que un psicólogo americano llama el flow. Sin lugar a dudas, la que se ha quedado más desfasada y falta de impulso es la política. Y, sin embargo, uno de los descubrimientos científicos más recientes ha sido constatar que si la política no inspira un entorno confiado, transparente y solidario la gente será desconfiada, opaca e insolidaria.
P: ¿Es la política algo exclusivo del ser humano?
R: Antes que ella estuvo el arte y la religión. Y después de ella la ciencia y la tecnología. Y mucho antes, hace sesenta millones de años, las hormigas habían creado superorganismos basados en conceptos utilizados luego, desde hace diez mil años, en la política. No es una historia atractiva.
P: ¿Que pasará si, como empieza a ocurrir en EEUU, se ponen al mismo nivel Darwin y la Biblia?
R: La intención de la Biblia no fue ceñirse a cosas que pudieran comprobarse. Darwin, en cambio, esperó veinte años antes de publicar su obra principal, hasta que un geólogo pudo demostrarle que el Universo había empezado miles de millones de años antes. Necesitaba este tiempo como mínimo para que cupiera su tesis de evolución de las especies y la diversidad.
P: A este paso se abre de nuevo el proceso contra Galileo...
R: Esto sólo ocurría cuando se creía que las verdades eran eternas.
P: ¿Puede el llamado "creacionismo" explicar el origen del hombre más allá del mito?
R: Ni más allá ni más acá.
P: ¿Ciencia y religión pueden llegar a un entendimiento?
R: En nombre de la religión se cometen muchos horrores. Pero durante miles de años sirvió de refugio a una humanidad estupefacta y desamparada.
P: ¿El conocimiento las une o las separa?
R: El conocimiento de las personas las une pero en el conocimiento de las cosas la ciencia sustituirá al conocimiento revelado.
P: Si no estamos programados para morir, ¿podrá el ser humano conseguir la felicidad a los 400 años?
R: Lo que es evidente es que con una esperanza de vida de sólo treinta años no había recursos ni tiempo para buscar la felicidad. Todo debía concentrarse en la gran inversión de la perpetuación de la especie. La felicidad se aparcaba para después de la muerte. Hoy tenemos cuarenta años de vida redundante en términos evolutivos y la gente la pide aquí y ahora... Estamos empezando.
P: ¿Coincide la búsqueda de la felicidad con la terca búsqueda de la vida?
R: La felicidad en letra pequeña está en la sala de espera de la Felicidad en letra mayúscula. Desaprovechamos la belleza de la búsqueda.
P: ¿Es el control de las emociones el caballo de Troya de la felicidad?
R: Peor que no saber controlar las emociones es no tenerlas. Eso les ocurre a los psicópatas. No hay proyecto que se pueda iniciar sin una emoción. Es iluso pensar que decidimos con la razón.
P: ¿Cree que el cerebro puede encerrar el secreto de la evolución humana?
R: Lo que me diferencia de una cebra es que ella tiene que ver a la leona que se la quiere comer para estresarse y a mí me basta con imaginarla. Tal vez sí, tal vez en eso reside el secreto de la evolución humana. Si esta capacidad se utiliza sólo para imaginar desgracias todo el rato se derrumba el sistema inmunitario. Nos pasa sólo a nosotros.
P: ... Al final, va a ser verdad lo de "salud, dinero y amor"
R: En absoluto. La psicología experimental y la neurología están demostrando que el dinero sólo equivale a la felicidad por debajo del nivel mínimo de subsistencia. Tampoco la salud, que depende del lugar que se ocupa en la jerarquía social. De todos los factores externos, sólo las relaciones personales tienen un impacto significativo sobre los niveles de felicidad.