El Cultural

“Aparte de los curas, nadie cree en el matrimonio”

Emilio Martínez-Lázaro estrena "Los 2 lados de la cama"

15 diciembre, 2005 01:00

Emilio Martínez-Lázaro, por Gusi Bejer

El cineasta Emilio Martínez-Lázaro (Madrid, 1945) no abandona su género preferido, la comedia, el que ha practicado con tanta destreza y éxito a lo largo de los años-Amo tu cama rica, Los peores años de nuestra vida o El juego más divertido-. Tras el buen resultado de la comedia musical El otro lado de la cama, vuelve el próximo miércoles con su secuela, Los 2 lados de la cama. Con nuevas actrices y más éxitos del pop español, sigue tomándole el pulso a la educación sexual y sentimental de las nuevas generaciones.

Pregunta: Justifica esta segunda parte por petición de los fans... ¿no hay más motivación?
Respuesta: La segunda parte vino después del éxito, y luego las motivaciones. El guionista y yo nos comprometimos a buscar algo que la hiciera distinta de la primera, o a no hacerla. Cambiamos el conflicto de amigos por la lucha de sexos. Pero al final todo se complicó argumentalmente.
P: ¿Qué hace la segunda parte mejor que la primera?
R: Los personajes, especialmente los femeninos, están mejor construídos. La música es más rica. La trama es más compleja. El panorama de inmadurez es igual de desolador, pero aquí se nota más.
P: Como Torrente... ¿habrá un tercer lado de la cama si es que gana espectadores respecto a la primera?
R: ¿Por qué como Torrente, y no como El Padrino? Como las películas son, más que nunca, un gran riesgo económico, los productores apuestan por las secuelas. Y nosotros nos dejamos convencer con facilidad.
P: Si el subtexto de El otro lado de la cama era que todos somos polígamos, ¿cuál es el de Los 2 lados de la cama?
R: Que lo seguimos siendo. Más de lo mismo.
P: ¿De verdad cree que, como dice el personaje de Guillermo Toledo en la película, somos todos bisexuales?
R: La frase sólo adquiere pleno sentido recordando El otro lado de la cama, donde el personaje de Alterio empleaba todas sus mañas en convencer al de Toledo de semejante aseveración, sólo para ocultar su culpabilidad. Ahora es él quien lo hace con el personaje de San Juan, también para justificar su hipotética falta.
P: Polígamos y bisexuales... muchos hablarían de indecentes, pervertidos... ¿en qué se diferencian?
R: En el terreno de la sexualidad, la indecencia y la perversión sólo están ligadas a la explotación de unas personas por otras.
P: ¿Y aquéllo de la fidelidad? ¿Es posible en nuestros días o sólo está reservada a los héroes?
R: La fidelidad debería ser una admirable opción voluntaria. Lo malo es que las organizaciones sociales y las religiones la imponen bajo pena de castigos que pueden llegar, como sabemos, a la pena de muerte.
P: Por los personajes de la película, es evidente que las mujeres son más inteligentes, más maduras, más... vamos, que van muy por delante de los hombres. ¿Algo que decir al respecto?
R: Sólo en lo que respecta a las relaciones sentimentales. Es una visión personal que no tiene que coincidir con la realidad.
P: ¿Es el hombre un ser inmaduro por naturaleza?
R: Y la mujer. Nos pasamos la vida aprendiendo, y siempre querríamos volver a vivir para no meter la
pata en las mismas circunstancias.
P: ¿Usted cree en el matrimonio? Porque la película, desde luego, no.
R: Nadie cree en el matrimonio. Aparte de los curas, que no pueden casarse.
P: ¿Y en el amor?
R: ¡Todos creemos en el amor! Esta película cree muchísimo en el amor. Todos sus personajes están enamorados, algunos de varios a la vez. Son muy generosos en el amor, hasta llegar a la renuncia personal en favor de un tercero. Como podemos deducir de sus palabras, hasta el zorro disecado del taxista
cree en el amor.
P: Es una película descarada en intenciones, pero algo recatada en el resultado... ¿ha querido evitar la calificación para mayores de dieciocho?
R: Si estamos hablando de la ausencia de desnudos y escenas escabrosas, es algo que he buscado deliberadamente para que nadie confundiera la velocidad con el tocino, el amor entre mujeres con la exhibición para mirones.
P: ¿Es una de las pretensiones de ambas películas retratar el comportamiento sexual moderno?
R: Esta pregunta pertenece a lo que Nabokov llama
la hojarasca ideológica que, queramos o no, impregna cualquier narración. Las ampliaciones sociológicas están fuera de mi
punto de mira.
P: Me pregunto: ¿se puede ser moderno con canciones de José Luís Perales, Los Rodríguez y Mecano?
R: Me parece que todas
ellas son melodías muy
inspiradas, y por tanto intemporales.
P: Dijo que la primera parte fue posible gracias a Woody Allen y su cutre-musical Todos dicen I love you. ¿Sigue el director neoyorquino influyendo en esta entrega?
R: No en el mismo sentido. Para quitarme el miedo de ésta solo me fijé en la anterior. Los actores
sufrían mucho menos al hacer los play-backs y al bailar. La verdad es que no sé como tuvimos la inconsciencia de
hacerlo en la primera.
P: Esta vez se ha tomado más en serio los números musicales, ¿quería algo
más sofisticado?
R: Si de verdad están mejor, es algo que pertenece a la evolución natural de las cosas. Hemos aprendido.
P: A Paz Vega y a Natalia Verbeke las sustituyen Lucía Jiménez y Verónica Sánchez... Las comparaciones son odiosas, ¿verdad?
R: Oh, sí.
P: ¿Ha sido el rodaje tan divertido como podemos suponer?
R: Pueden apostar por eso.
P: ¿Toda comedia disfraza un profundo pesimismo?
R: Profundo o no, depende de la calidad de la comedia.