Rafael Azcona: "Mi ambición no tiene límites: me hubiera gustado escribir la letra y la música de 'Cantando bajo la lluvia'"
Lo imaginamos en su pisito de Madrid, mandando callar a su repelente niño Vicente mientras da forma a los recuerdos de aquella Belle Époque tan negra como la capucha de un verdugo. Porque bastante negra -y divertida, ya se sabe que de las tragedias surgen las mejores comedias- debió ser aquella cotidianidad en los madriles de postguerra a la que Rafael Azcona reservó una novela en 1960, que se las vio con la censura, y que ahora el escritor ha recuperado y “remozado”. La salvación a aquel paisaje pavoroso y miserable la encuentra la pareja protagonista de Los europeos (Tusquets) en la Ibiza prehippie y en su burbuja cutre y pseudoliberal de felicidad. Bueno, “nadie es perfecto”.
Pregunta: Los europeos es una novela que ha permanecido en el cajón más de 40 años. ¿Por qué este largo silencio?
Respuesta: No quería que se reeditara tal como apareció en su primera edición.
P: Una de las razones que ha dado para no publicarla antes es la “autocensura”. Un miedo lógico a finales de los 50, cuando fue escrita, pero, ¿y después?
R: Me daba pereza. Como decía Pavese: trabajar, cansa. Pero, ya puesto, creo que le he restituido todo lo que la autocensura le sisó.
P: ¿Qué le asusta a un escritor hoy en día?
R: Supongo que depende del temple de cada cual. A mí, el dolor, la enfermedad. Sobre todo las incurables.
P: ¿Alguna vez se ha sentido censurado después del 75?
R: No.
P: ¿Qué puede provocarle “dolores morales”?
R: El de los inocentes.
P: ¿Cómo era el Rafael Azcona de 1960, el que escribió Los europeos?
R: Más cándido, menos escéptico.
P: Cuarenta años después, ¿cómo ve ahora aquella juventud? ¿Han conseguido lo que querían?
R: Lo que queríamos es ser mayores: entre otras cosas, para poder ver películas clasificadas como gravemente peligrosas. Hemos conseguido ser más viejos.
P: El otro día, en la presentación de un libro, Juan Cueto decía que los jóvenes de entonces, entre los que estaba él, se habían “chutado” grandes dosis de marxismo, que estuvieron muy ideologizados y que el resultado es, hoy en día, una tremenda frustración. Usted, ¿con qué se “chutaba” y, sobre todo, ¿cómo se siente hoy?
R: Nunca me ha sobrado el coraje, imprescindible a la hora de intentar cambiar el mundo; o sea, que
me ideologicé, pero poco. Más que frustrado, me siento inútil.
P: Imagine que el Azcona de 1960 se encuentra con el Azcona de 2006. ¿Qué pensaría el uno del otro?
R: “Qué barbaridad, cómo ha engordado este tío”.
P: ¿Y cómo ve a la juventud de ahora?
R: Quizá le falte ilusión y le sobre cinismo. Pero como un día u otro se desilusionará...
P: ¿Y a los escritores jóvenes?
R: Con ciertas prisas por llegar a las puertas del premio Nobel.
P: Miguel, el protagonista de Los europeos, parece un trasunto suyo. “La timidez te lleva a fingir que tienes vocación de anacoreta”, le dice Antonio. Si alguien lo dijera de usted, ¿tendría razón?
R: Yo, de anacoreta, nada. Miguel y Antonio vienen de la realidad, claro, pero de una realidad pasada por una coctelera: la imaginación.
P: Durante muchos años se pensó que Azcona era una entelequia. ¿Qué privilegios ha perdido al dejarse fotografiar y entrevistar?
R: Los del anonimato, que es comodísimo.
P: ¿Alguna vez ha sentido que volvíamos a épocas pasadas?
R: Sí. El 23-F. ¡Qué perspectiva!
P: La vida ¿se parece más a una comedia italiana o a un drama de Truffaut?
R: A la comedia italiana de los sesenta: la vida suele ser una tragedia más o menos grotesca.
P: Ha dicho que se ve “en los arrabales de la literatura”. ¿Cómo ve un chico del arrabal literario a “los señoritos de ciudad”?
R: Con el debido respeto. Y a veces, con admiración.
P: Según Berlanga “lo único que minimiza la grandeza de Azcona es que no haya dirigido”. ¿Por qué se resiste tanto a la dirección de cine?
R: Me las arreglo mejor con la palabra que con la imagen.
P: Usted ha escrito para Mastroianni, para Sordi, Tognazi, Berlanga, Saura… la grandeza de aquellos, ¿la ve en algún director joven?
R: Pregúntemelo cuando maduren.
P: A usted, ¿nadie le toca una coma de sus guiones?
R: De los guiones soy coautor con los directores. Y los guiones no se escriben para ser respetados; ni siquiera por ellos.
P: A los guionistas de Hollywood les vendría bien un poco de…
R: Pessoa decía que la literatura era un esfuerzo por hacer real la vida. No creo que diría lo mismo del cine americano de hoy.
P: ¿Qué guión ajeno le hubiera gustado escribir?
R: Mi ambición no tiene límites: Cantando bajo la lluvia. La letra y la música.
P: Un director con el que no haya trabajado aún y con el que le gustaría hacerlo…
R: Con el primero que me llame, si creo que le puedo ser útil.
P: ¿Cuándo volveremos a ver un nuevo guión de Azcona en la gran pantalla?
R: Parece que se va a empezar a rodar Esperpentos, una adaptación de tres obras teatrales de Valle-Inclán, que dirigirá García Sánchez.