El Cultural

Alberto García-Alix

“En mis fotografías estoy haciendo trampas”

21 septiembre, 2006 02:00

Alberto García-Alix, por Gusi Bejer

Fotógrafo clave de la Movida madrileña, retratista de una época, Alberto García-Alix (León, 1956) se ha convertido en artista de corte, de una corte marginal, de un inframundo en el que el famoso se mezcla con el héroe anónimo, el amigo con el desconocido, el blanco y negro con el color y, ahora, en las exposiciones que desde el 26 de septiembre veremos en Madrid, el vídeo (en la Sala del Canal) con sus primeras instantáneas (en la Fundación Canal). Además de la caja de lujo en la que La Fábrica ha reunido dos de sus mejores libros.

Pregunta: Más de 100.000 negativos de más de 30 años de trabajo, ¿se puede decir que la suya es una vida dedicada al retrato?
Respuesta: Pocos negativos son eso pero lo hecho, hecho está, aunque he de añadir que no siempre con la misma conciencia. 30 años aprendiendo a mirar a través de la cámara, tiene coña. Apasionante, pero…
P: Hay famosos en muchas de sus fotografías pero la mayoría parecen un tributo al héroe desconocido...
R: Tributo que yo rindo. Para el que ve las fotos es posible que sean héroes desconocidos pero para mí son amigos y compañeros.
P: En muchas de sus fotos se le ve incómodo con el mundo ¿por qué?
R: ¿Incómodo?... No. Si en verdad se ve algo, es mi concentración. Estoy sobre el tapete, haciendo trampas.
P: Se ha confesado adicto a las motos y a otras drogas, ¿con la adicción se vive, o se supera?
R: Las fotos y las motos no son adicciones. Son motores de energía. Sin las fotos, podría vivir, pero sería una lástima no hacer lo que amo. Sin la moto la vida sería como subir andando una larga cuesta todos los días, y respecto a las drogas… este es otro cantar. Todas en exceso, pasan factura.
P: ¿Todavía hoy dice, como su primer tatuaje, "No me sigas... estoy perdido"?
R: Cuando le pongo el ojo encima, y eso leo, créeme, me digo: ¡Joder... La cagamos!
P: Ha puesto su cámara al servicio de la música, de la moda, del cine, ¿dónde se ha sentido más como en casa?
R: Cuando trabajo me siento en casa. En mi trabajo mando yo… y en mi hambre, también.
P: Madrid es su ciudad, allí donde parece haber encontrado su mejor fondo de imagen, su paisaje ideal, sin embargo ha estado unos años apartado de sus calles y trabajando también en París, ¿surge quizá una necesidad de cambio de escenario?
R: La vida me arrastra. Hoy aquí, mañana ya veremos .
P: Desde el año pasado, cuando se cumplieron 25 años de la Movida madrileña, hemos asistido a todo tipo de homenajes que han querido recordarnos esos años de "drogas, sexo y rock and roll" ¿cree que se ha distorsionado la realidad?
P: Cada cual cuenta la vaina como le fue, o como la quiere ver .
R: No sé si ha visto la exposición en Madrid de Pérez Mínguez, amigo y otro de los fotógrafos clave de los 80: ¿cree que usted y él representan la cara y la cruz de la Movida?
R: Un saludo, Pablo. Enhorabuena por tu exposición y el libro. Respecto a ser nosotros cara y cruz de la… Bueno, echemos al aire la moneda falsa. Si sale cara, cara. ¡Qué cruz!
P: En su libro Fotografías, reeditado por La Fábrica, leo que es tan imprescindible como amigo que como fotógrafo, ¿qué le honra más?
R: Como está escrito por mis amigos, me siento muy honrado .
P: También que es egoísta...
R: Mas egocéntrico que egoísta…
P: ¿Se reconoce en los autorretratos más antiguos?
R: Por supuesto. Ese fui.
P. ¿Qué queda del García-Alix de los 80?
R: Lo mismo que del de los 90.
P: Sus fotografías han aguantado muy bien el paso del tiempo, ¿cómo lo logra?
R: Me soplo los dedos, tomo aire y pongo el ojo en la cámara… Miro y me concentro. Luego inicio un proceso de búsqueda.
P: ¿Cuál es la diferencia principal entre éstas y aquéllas?
R: La misma mirada apasionada que tuve, tengo. Con una pequeña diferencia, la que hoy poseo es más precisa, se ha desarrollado. El ojo se educa.
P: ¿Hacia dónde va su fotografía?
R: Como va conmigo, irá donde yo quiera.
P: Abro Llorando aquélla que creyó amarme, el segundo libro de la caja de La Fábrica, y veo al fotógrafo y sus modelos: Pamela, Julia, Susana, Rosa, Ana, Elena... ¿Cómo debe ser la relación con la modelo?
R: Tensa.
P: ¿Y cómo es en realidad?
R: Es como tirar de una goma hasta donde aguanta, y ahí, tomar la foto. Si la goma se escapa, volver a empezar, en algún punto estará la foto y su virtud.
P: ¿Qué le pide hoy a su modelo?
R: Que me dé lo que le pido.
P: Su casa ha sido un gran taller, lugar de trabajo y de encuentro de los fotógrafos, de aprendices de artista: ¿cómo reconoce un talento?
R: Aprendices de… No, mi casa ha sido y es lugar de encuentro de gentes de bien. El talento se reconoce siempre.
P: Defíname canalla.
R: Calavera no llora…
P: ¿Y caos?
R: Aquí mismo nos envuelve.
P: Nos presenta ahora dos exposiciones con material inédito: ¿sorpresas?
R: ¡Sorpresa!
P: ¿Y esa trilogía en vídeo?
R: ¡Bingo!
P: Ha llegado la hora de…
R: Enseñarlo.