Image: Pío Caro Baroja

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El Cultural

Pío Caro Baroja

“Lo de la memoria histórica me parece un error”

12 octubre, 2006 02:00

Pío Caro Baroja, por Gusi Bejer

Cincuenta años después de la muerte de Pío Baroja, su sobrino Pío Caro sigue sin tenerle miedo ni a las palabras ni a la vida. Jamás lo hizo, ni cuando vivió décadas en México consagrado al cine y a la amistad, ni al regresar en los 70 para recuperar la editorial de la familia, Caro Raggio, y sacar del olvido los libros de su tío. Y su ironía. Vamos, que a don Pío lo que más le gustaría de la España actual sería "la calefacción central".

Pregunta: Cierre los ojos y piense en su tío, don Pío Baroja: ¿a quién, qué ve?
Respuesta: A un anciano con el que conviví veintisiete años, y que para mí, para mi familia, era un hombre afectuoso, preocupado por las necesidades de todos, sincero y cordial.
P: ¿Recuerda la última vez que lo vio?
R: Yo acababa de volver de México, y él ya estaba muy enfermo, tenía la cabeza perdida y me confundió con su hermano Ricardo.
P: ¿Cómo vería los homenajes que ahora, a los 50 años de su muerte, se le rinden?
R: Hombre, le agradarían mucho, y sobre todo le sorprenderían. No creo que pensase que 50 años después de su muerte estaría tan presente en la vida literaria, ni que la sociedad española hubiese cambiado tanto. Era un anarquista y un librepensador al que le asombraría tanto homenaje.
P: ¿Por qué parece que de todos los escritores del 98 es el que está más vivo para los lectores?
R: Sí, es una realidad que compruebo con satisfacción y pena por los excelentes autores olvidados. Quizá se deba a que fue el más avanzado, libre y libertario.
P: ¿Qué parte de culpa tiene la editorial Caro Raggio en su actualidad?
R: No sé, reconstruí la editorial en los años setenta para recuperar su obra en su centenario, tanto
las novelas punteras como otras desconocidas o casi olvidadas o inéditas.
P: Usted vivió décadas en México... ¿cómo recordaban a don Pío amigos como León Felipe, Alfonso Reyes o Buñuel?
R: Con cariño y mucha emoción. Reyes lo retrató como un hombre honrado, independiente, sobrio, sincero hasta la impertinencia...; León Felipe destacó su enorme corazón sentimental. Altolaguirre le dedicó páginas emocionantes. ¿Buñuel? Bueno, Luis era más galdosiano.
P: De todos los tópicos sobre Baroja como persona, ¿cuál es el más injusto?
R: ¡Se han dicho tantas cosas, sobre todo gente que ni lo conoció ni lo ha leído! Quizás lo peor sea lo de su misoginia, una acusación injusta porque se refería siempre en sus críticas a la mujer española de su tiempo, esclava del confesionario.
P: ¿Y como escritor?
R: Pues eso, que no sabía escribir. Pero muchos de los que le acusan sólo repiten ideas de otros, anticuadas e injustas.
P: ¿Qué queda por descubrir de Don Pío?
R: No queda nada, porque él lo dijo todo en sus libros.
P: ¿Qué fue lo que más le desilusionó de la Republica?
R: Le decepcionaron los hombres, no la institución. Mi tío, como su hermano Ricardo, que incluso perdió un ojo por la República, creían que los políticos responderían al reto que les planteaba la realidad, pero no fue así. Sobre todo le decepcionó Azaña, mientras mantenía su fe en Pasionaria, los anarquistas o Indalecio Prieto.
P: Usted que vivió el exilio, ¿qué piensa del afán actual por recuperar la memoria histórica como bandera política?
R: Me parece un error. Comprendo que la gente quiera saber dónde están enterrados sus abuelos fusilados en la guerra, pero parece que sólo se está recuperando una memoria revanchista llena de sangre y violencia.
P: Ha explicado que don Pío era vasco pero no nacionalista... ¿qué le parecería la situación actual?
R: Eso es imprevisible, pero creo que de la misma manera que el carlismo y el liberalismo se dieron el abrazo de Vergara, ahora estamos ante una oportunidad única.
P: ¿Qué queda de Baroja medio siglo después de su muerte?
R: Todo... Quien lo lee ahora descubre la vitalidad, la actualidad de su rebeldía, de su realismo, de su anarquía; retrató como nadie el siglo XIX a través de las Memorias de un hombre de acción; el siglo XX en sus novelas, sus descripciones y sus memorias, Desde la última vuelta del camino.
P: ¿Qué es lo que a su tío le gustaría más de la España actual?
R: La calefacción central.
P: ¿Y de la vida literaria?
R: No sé si leería algo. Mi tío leyó mucho en su juventud a los escritores jóvenes, filosofía alemana, y después hizo de la lectura y la escritura su profesión, pero no sé si lo que ahora se escribe le interesaría demasiado.
P: ¿Por qué se define como un "fracasado" del cine?
R: Muy fácil, porque mientras estuve en México trabajando junto a cineastas como Emilio Fernández o el propio Altolaguirre pensé que podría hacer cine distinto al que se hacía en España, pero no pude, y tuve que conformarme con el cine documental. Me hubiese gustado rodar, por ejemplo, El árbol de la ciencia o Aurora roja.
P: ¿Para cuándo una biografía de su padre, de su tío Ricardo o de su hermano Julio?
R: Bueno, acabo de terminar mi libro sobre mi abuelo Serafín Baroja, Un abuelo fantástico, que influyó de manera decisiva en mi padre, en mis tíos Pío y Ricardo, en mi madre... Y lo edita mi hijo, claro, en Caro Raggio... ¿Dónde mejor?