El Cultural

Pedro Zarraluki

“El umor y el hamor son esenciales, ¡si hasta se confunden!”

10 mayo, 2007 02:00

Pedro Zarraluki, por Gusi Bejer

Quizá porque un día sin humor es un día perdido, Pedro Zarraluki (Barcelona, 2007) ha reunido en Humor pródigo (Destino) sus mejores relatos del género. A fin de cuentas, confiesa él, "es siempre la única salida, especialmente si a uno le dan un premio o si se mira en un espejo".

Pregunta: Al final, va a resultar que Pedro Zarraluki sí que tiene mucho cuento. ¿Vocación o necesidad?
Respuesta: En literatura le llamamos vocación a lo que no deja de ser una necesidad inesquivable. Así que ambas cosas, que son sólo una.
P: ¿Qué tiene el cuento que no tiene la novela?
R: La magia de la precisión. Lo mejor en la novela son los detalles. Lo mejor del cuento es que todo él es un detalle, como un relámpago en mitad de la noche.
P: ¿Por qué para tantos el cuento sigue siendo un género menor?
R: Lo ignoro. Siempre he preferido paladear las frases que emborracharme con ellas.
P: ¿Cuántos de los relatos que revisó para esta obra hubiese preferido no escribir?
R: No sólo no me arrepiento de ninguno, sino que habría preferido que la antología tuviera 400 páginas. Supongo que soy el único.
P: ¿Y cuántos ha reescrito?
R: Corregí todos hasta dejarlos perfectos. Si de aquí a unos años los publicara de nuevo, los corregiría todos hasta eliminar sus carencias y dejarlos perfectos.
P: ¿Por qué?
R: Porque la perfección no existe, y además es aburrida.
P: ¿"El humor se tiene o no se tiene y es la manera de ver las cosas con claridad", como dice Mingote?
R: Mingote peca de optimista. No creo que las cosas puedan nunca verse con claridad. A lo sumo, y gracias al humor, de una manera mínimamente fiable.
P: Sea sincero: después de lo visto y vivido con el premio Nadal, ¿el humor resultó la única salida?
R: El humor es siempre la única salida. Especialmente si a uno le dan un premio, o si no se lo dan, o si se mira en un espejo.
P: ¿Y el humor es un asunto literario tan serio como parece?
R: El humor es infinitamente serio, porque es lo único interesante que tenemos junto con el amor. El umor y el hamor, ¡ay, si hasta se confunden!
P: Si "A ninguna mente bien organizada le falta sentido del humor" (Coleridge), ¿por qué tantos políticos españoles parecen siempre enfadados?
R: La respuesta es obvia: sólo hay que darle la vuelta al aforismo. ¿A todas las mentes mal organizadas les sobra sentido del humor? No, la obviedad no funciona. Habrá que pensar otra cosa.
P: Su relato "El asesor del alcalde" es una parodia de las elecciones. ¿Para cuándo "El asesor del President"?
R: La metáfora es una camisa que nos vamos pasando unos a otros, aunque a veces disfrutes más según sea quién se la ponga.
P: ¿Qué cree que nos espera en la campaña electoral ?
R: Como decía la canción: parole, parole, parole… Y también inauguraciones de semáforos, buzones de correos o alcorques.
P: ¿Qué político le parece más divertido y por qué?
R: Lo divertido es la gente. Cuando Clinton visitó Cartagena de Indias, el municipio dejó impoluta la ciudad. Días después se llenaron las calles de pasquines que clamaban: "¡Clinton para alcalde!".
P: ¿Y qué libro le regalaría, por ejemplo, a Carod?
R: Una sólida y extensa Historia de la Humanidad, para que viera que encerrarse en casa no sirve de nada y es incluso un poco humillante.
P: ¿A Zapatero?
R: Las amnesias de Dios, de Joan Daniel Bezsonoff, porque es un libro bueno y divertido, pero sobre todo por el título.
P: ¿A Rajoy?
R: No sería un libro. Le regalaría una reproducción del Duelo a garrotazos, de Goya, para que se lo colgara sobre la cama. A veces es cierto que una imagen vale más que mil palabras.
P: ¿A la ministra de Cultura?
R: Algún libro mío, para que me leyera.
P: ¿Y a Maragall?
R: El Quijote.
P: ¿A nuestra literatura le sobra solemnidad y le falta humor?
R: A nuestra literatura le sobra de todo, no me ofenda. ¡Es una de las mejores y más variadas del mundo!
P: ¿Cuál es su libro de humor favorito (aunque no pertenezca a este género)?
R: El Quijote. Estoy dispuesto a leérselo en voz alta a Maragall los días en los que no sepa dónde ha puesto las gafas (suponiendo que ese día yo sí sepa dónde están las mías).
P: ¿Su humor es marxista (Groucho), allienígena (Woody) o intimista (Chejov)?
R: A mi humor le gustaría ser tragicómico, así que me quedo con Chejov, y en especial con el cuento "Las ostras".
P: Uno de sus cuentos está protagonizado por un matemático enloquecido por el alcohol... ¿es partidario del prohibicionismo?
R: Soy partidario de convencer a las personas, aunque en este país resulte casi siempre imposible.
P: ¿Y no es peligrosa una cultura que exalta el fracaso, lo negativo y el alcohol?
R: No confunda usted a los personajes de los libros con la cultura en general. En general, lo general es mucho más peligroso.
P: ¿Qué le gustaría prohibir?
R: Las prohibiciones. Hoy en día se prohibe todo. Se diría que están convencidos de que así nos harán mejores personas y nos salvarán la vida.