Image: Pepe Ribas

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El Cultural

Pepe Ribas

“La Transición política fue un farol, quizá necesario”

24 mayo, 2007 02:00

Pepe Ribas, por Gusi Bejer

Pepe Ribas (Barcelona, 1951), el padre de "Ajoblanco", es uno de los últimos héroes de la contracultura libertaria. Pocos como él sufrieron y gozaron y crearon en la Transición, y ahora, tras siete años de trabajo, lo ha contado en Los 70 a destajo (RBA), sin miedo ni pudores. Feliz y "esperanzado", además presume de "libreta en blanco para la novela que quiero escribir".

Pregunta: Ha pasado siete años preparando el libro... ¿tan difícil le ha resultado hacer memoria?
Respuesta: Pretendía ser fiel a lo que vivimos. He revuelto en mis diarios, archivos públicos, hemerotecas, además de charlar con más de 300 compañeros de entonces. Dar forma a tanta información ha supuesto doce mil horas de trabajo.
P: ¿Qué fue lo más doloroso?
R: La soledad a la que me he entregado hasta volver a escuchar las voces de entonces sin interferencias presentes. No ha sido fácil dejar la agitación periodística y centrarme en la com-bustión interna que necesita el escritor..
P: ¿Y el episodio más feliz?
R: Recuperar la voz de mi padre desde la madurez y comprobar cómo el com-promiso ético que me enseñó de crío ha germinado en mi interior.
P: ¿Su mayor decepción?
R: Los líderes marxistas que en 1978 se cargaron la independencia de las centrales sindicales mediante los pactos de la Moncloa y a continuación nos impusieron, con dinero público, la pasividad, el dirigismo, el espectáculo y el consumismo.
P: ¿Quién evolucionó de manera más sorprendente?
R: Agustín García Calvo, precisamente por lo contrario, por permanecer fiel a sí mismo pese a los laudos que hubiera recibido en la bodeguilla de las consignas, la de Felipe González.
P: ¿Y a quién no se le ha hecho justicia aún?
R: Un ejemplo entre mil. Reencontré a quien fue experto colaborador de la sección de cine y creador de los primeros Festivales de Súper 8, Enrique López Manzano. Fue quien pagó el billete a Almodóvar con dinero de su bolsillo, pese a no tener un duro, para que éste exhibiera sus primeros cortos en la Barcelona de 1976. Diez años más tarde, por no hablar bien catalán fue expulsado del mundo del cine barcelonés y hoy reparte materiales de cons-trucción en camión.
P: Su libro retrata la Transición. ¿Comprende que se cuestione? ¿tan mala fue?
R: La Transición política fue un farol, quizá necesario, para pasar de la dictadura al franquismo de partidos. Muchos políticos no eran demócratas, eran dirigistas y con un autoritarismo más perverso que el de sus predecesores. Por eso las televisiones públicas, el sistema educativo y la gestión cultural son tan decepcionantes. Reprimen la conciencia crítica y a continuación se quejan de que la gente pase de ellos.
P: Sea sincero: ¿qué queda de la contracultura catalana?
R: Los okupas, el puterío generalizado, la elevadísima abstención electoral, las masivas manifestaciones contra la guerra, las bodas gays, el descrédito de los políticos, los anti-sistema.
P: ¿Existe hoy una contracultura real?
R: La cultura alternativa pese a no conseguir grandes titulares no desaparecerá jamás. Es fe de vida.
P: ¿Y qué papel puede interpretar internet en esa cultura emergente?
R: Te conecta sin intermediarios.
P: Hablando de papeles, ¿cuál fue el de "Ajoblanco"?
R: Reventar el autoritarismo, animar la libertad y aportar alternativas imaginativas sin más pretensión que dar alas a los lectores.
P: ¿Por qué desapareció y cuándo volverá?
R: La censura comercial es inapelable. Quizá vuelva en internet antes de 2008, una vez nos hayamos coordinado con los ajoblanqueros de Hispanoamérica.
P: El "Ajo" anticipó muchos temas sobre los que llevamos 20 años reflexionando. ¿Qué nuevo fenómeno comienza a apuntar?
R: Transformada la clase obrera española en clase media, el proletariado actual son los inmigrantes. Cuando tomen conciencia plena de las condiciones en las que sobreviven viviremos situaciones dramáticas.
P: ¿Qué pensador joven le interesa más a usted?
R: Peter Sloterdijk me da que pensar. Los nuevos latinoamericanos están metidos en el activismo y aún no han publicado libros extensos. El colectivo mexicano de pensadores que aglutinó la revista "La Guillotina" me parece un síntoma fascinante. Hay que tener en cuenta que hoy se piensa en red.
P: ¿Y de quién le gustaría advertir que es un "bluff"?
R: Los pensadores que se dedican a ornamentar sus textos y cuyo contenido es posmoderno y sin sustancia.
P: ¿A qué editor de esos años salvaría y por qué?
R: A Beatriz de Moura, por su rigor incombustible y porque sigue siendo una "mujer libre".
P: ¿Y a qué autor?
R: Enrique Vila-Matas, por ser tan opuesto a mí y tan fiel a sus libros.
P: Tras la crisis final de Ajoblanco, Luis Racionero le confesó que a partir de ese momento la decadencia era imparable: "Verás como andará el mundo en treinta años". ¿Pecó de optimista?
R: Peco de optimista. Muchas de las situaciones que se viven hoy parecen extraídas del capitalismo salvaje del XIX o de Auswitch.
P: Complete la frase... "los revolucionarios de ayer son..."
R: ... los verdaderos revolucionarios son como Durruti. Jamás se instalan y mueren con las botas puestas.