Rodrigo García: "Lo paso en grande con Bergman y Tarkovski"
Estrena Muerte y reencarnación en un cowboy en Madrid
21 mayo, 2010 02:00Una obra oscura y casi secreta devuelve a Rodrigo García a Madrid. El autor y director estrena Muerte y reencarnación en un cowboy en las Naves del Español, dentro del Festival de Otoño en Primavera. Tras este espectáculo, el artista volverá a final de año a la capital con un encargo para el Centro Dramático Nacional.
Respuesta: Sí, tiene usted razón: en el teatro sólo podemos tirar con petardos y ni así se despierta la gente. Al menos en esta pieza que presentamos en el Matadero me ocupo de que un bajo y una guitarra eléctricos metan una bulla atronadora durante casi media hora. Así, si el público ronca, no nos molestan.
P: ¿Por qué ha elegido a un cowboy para la obra?
R: Para meter unas cuantas reflexiones en un universo de ficción y evitar lo pretencioso, lo pedante y lo didáctico. Por lo demás, decirle que con los westerns me aburro soberanamente incluido John Ford. Yo me lo paso en grande con Bergman, Tarkovsky y Rocha.
P: ¿Tiene algo que ver el hecho de que viva ahora en el tranquilo campo asturiano?
R: Aquí, en mi aldea, los vaqueros son bien distintos que los de los westerns, ¿sabe? Ven al Sporting en el bar y su épica se reduce a sobrevivir vendiendo los terneros cada vez a precios más bajos. De alguna manera la vida en la soledad de la aldea en la montaña sí que se nota en esta obra; es una obra oscura y casi secreta.
P: Le gusta provocar a la tribu progre ¿cómo lo hace esta vez?
R: Se trata de mostrarles cosas mal hechas, mal pensadas, lo que nadie se atrevería a hacer por miedo a que le digan que está fatal hecho. A saber: una obra mal interpretada, con mal empleo del tiempo, con una mala estructura y mala música en directo. Que conste que para mí es bueno, es lo mejor que puedo dar, que es mi manera de expresarme.
P: Dado que al teatro va una minoría de convencidos, ¿sirve para algo?
R: Soy socio del Club de Tiro de Piloña. ¡Y usted podría venir conmigo a pegar tiros! Mire, yo ya dejé de creer que el teatro puede tener una influencia en la sociedad. Sin embargo, estoy convencido del valor de ciertas experiencias estéticas. Ver Wielopole-Wielopole, de Kantor, a los 19 años, me marcó profundamente. Lo mismo puedo decir de pinturas de Hans Memling o de la música de Edgar Varèse. No es una cursilería, realmente pienso y veo la vida de determinada manera gracias a ciertas experiencias artísticas que tuve como espectador curioso. Claro que confío en el teatro.
P: ¿Por qué hace teatro?
R: Es mi forma de ganarme la vida.
P: ¿No ha pensado alguna vez montar obras de otros autores?
R: Bueno, desde 1989 hasta ahora he hecho unas 40 obras. Y al principio, sí que estrené algunas con textos de otros autores. Bernhard, Handke... Luego cambió todo, me di cuenta de que hay mil directores que hacen mejor que yo ese trabajo y que solo yo puedo hacer el que me toca, contar mis ficciones, solo las mías.
P: ¿Ha pensado hacer una obra con personas diferentes a las de su equipo habitual?
R: Mi equipo se va ampliando. En este momento trabajamos casi 30 personas en cinco obras distintas. Siempre se suma una cara nueva.
P: El año pasado recibió el Premio Europa de Teatro, y Muerte y reencarnación... es una coproducción con el Teatro Nacional de Bretaña. ¿Y en España?, ¿por qué no trabaja con los centros oficiales?
R: Yo trabajo donde me llaman. En España no suelen llamar, hay que ir a golpear puertas y a mí me da vergüenza, porque no es parte de mi profesión. Mi trabajo empieza aceptando unos encargos y rechazando otros, con eso ya tengo bastante. Desde hace diez años, produzco en Francia, a excepción de la obra Versus, un encargo de la SECC (Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales). Para este año tengo un encargo del CDN y otro del Teatro Nacional Rumano. Haré los dos.
P: ¿Continúa con el proyecto de dirigir una ópera?
R: Nunca dirigiré una ópera. Ni La flauta mágica, esa maravilla. Es algo que no me compete y ese público no me interesa. Detesto todo lo que la ópera representa en nuestra sociedad. Tengo un proyecto para hacer teatro musical. Se trata de crear con música contemporánea y es posible incluir cantantes. Pero será una obra con mi sello, no una ópera.