Manuel Borja-Villel. Foto: Joaquín Cortés.

Este domingo el Museo celebra su 20° aniversario

Ha sido el primer director del Museo Reina Sofía elegido por un concurso público. La llegada de Manuel Borja-Villel (Burriana, Castellón, 1957) en 2008 al frente de este trasatlántico de lenta burocracia y almacenes repletos de ejemplos de nuestra historia del arte más reciente marcó un antes y un después en la breve crónica de esta institución que, por su doble condición de centro y museo de arte contemporáneo, es única en su especie. Hablamos con el director de celebraciones, compras y ausencias.

PREGUNTA.- Muchos cuestionan esta fecha de 1990 como punto de partida y por lo tanto este 2010 para celebrar el 20 aniversario. ¿Fue idea suya la celebración?
RESPUESTA.- El 31 de octubre de 2010 se cumplen veinte años desde que el Reina Sofía abriera por primera vez sus puertas como museo. Parece una fecha adecuada para reflexionar sobre el trabajo que se ha hecho a lo largo de dos décadas. La historia del Reina Sofía es, como todas, una historia de aluvión, con múltiples raíces: en 1986, por ejemplo, se inaugura el Centro de Arte Reina Sofía que funciona como tal hasta 1990, cuando abre sus puerta al público como Museo Nacional.

P.- Y en 1992 llega el Guernica, por el que ha habido muchas diputas. Si se lo quitasen ahora, ¿le estropean la colección o le quitan un peso de encima?
R.- El período de las vanguardias históricas es la base que da sentido a la colección del Reina. Contamos con conjuntos únicos de obras de Dalí, Picasso o Miró. El Guernica y todo lo que le acompaña son esenciales para entender un momento único. El Guernica, que tiene un carácter monumental histórico y a la vez es paradigma de vanguardia y compromiso político, constituye la piedra angular sobre la que se asienta este Museo.

P.- ¿Compra en galerías españolas? Sigue habiendo rumores que dicen que las ignora...
R.- Me temo que esos rumores son tan antiguos como el propio Museo. No sólo compramos a galerías españolas, sino que las compras a éstas son mayoritarias. Cuando buscamos una obra determinada, siempre que el precio sea justo, se privilegia a la galería nacional. Hemos comprado piezas importantes de Mike Kelley, Reinhard Mucha, David Wojnarowicz o David Goldblatt, por nombrar a cuatro artistas extranjeros, a galerías españolas.

P.- ¿Qué hay de nuestros artistas, tienen suficiente presencia fuera? ¿Puede hacer algo el Reina Sofía?
R.- Creo que nos obsesionamos con esto. Lo importante no es el reconocimiento sino la generación de nuevas poéticas y relaciones. Por otro lado, nos deberíamos preguntar en qué afuera queremos estar presentes. La misma idea de un afuera es cuestionable ya que hoy más que nunca es esencial trabajar en red, siendo a la vez locales y globales. En este sentido, el papel de este Museo puede y debe ser muy importante para los artistas españoles.

P.- ¿Sigue habiendo huecos históricos que cubrir en la colección o es ya hora de mirar hacia delante?
R.- No creo en la polaridad que plantea la pregunta. El Reina Sofía es un museo de arte moderno y contemporáneo que actúa desde el presente. El pasado está ligado al presente y viceversa. No existe una historia única cuyos huecos haya que cubrir, sino que intentamos elaborar múltiples relatos a partir de obras que cubren el espectro temporal en el que se sitúa el museo. Y estamos muy atentos a lo que ocurre en la actualidad, no sólo adquiriendo obra existente (Rosa Barba, Patricia Esquivias, Pedro G. Romero, Soledad Sevilla, Bestué-Vives, Dora García…) sino también produciendo obra nueva (David Maljkovic, Ibon Aranberri, Mario García Torres, Susan Philipsz…).

P.- ¿Qué pasa con la agencia estatal?
R.- Este momento, según un informe emitido por el Ministerio de Economía, no es el propicio para la creación de nuevas agencias estatales, pero esto no significa que hayamos dejado en segundo plano el objetivo de modernizar la gestión del Reina. Existen otras formulas en las que estamos trabajando que pueden ser incluso más avanzadas, como la ley propia.

P.- ¿Qué cambiaría del edificio de Nouvel? ¿Es tan caro de limpiar como dicen?
R.- Cambiaría las salas de exposiciones, y de hecho estamos en ello. Esperamos abrir las salas de Nouvel remodeladas en la primavera del año que viene. Más que costosa, la limpieza del edificio Nouvel es complicada por su arquitectura.