Image: Jorge Volpi

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El Cultural

Jorge Volpi

"Los tres relatos de Días de ira están hilvanados por la locura"

19 marzo, 2011 01:00

Jorge Volpi. Foto: Ricardo Cases.

Acaba de publicar 'Días de ira', volumen en el que compilan tres relatos largos

Jorge Volpi (México, 1968) reflexiona en el prólogo del libro Días de ira sobre un territorio literario difuso: el que media entre el cuento y la novela. Cuando se superan en una narración las cuarenta páginas y no se alcanzan las ochenta (cifras aproximadas) estamos moviéndonos en un ámbito innominable. ¿Relato largo? ¿Novela corta? ¿Nouvelle? El español, tan rico él, no tiene una denominación precisa para este género intermedio, en el que se enmarcan obras maestras como La metamorfosis, Muerte en Venecia, Los muertos... En esa media distancia también se encuentran los tres relatos que conforman el libro de Volpi: A pesar del oscuro silencio, Días de ira y El Juego del Apocalipsis. Fueron publicados hace años por separado. Ahora los agavilla Páginas de Espuma. Y para sorpresa de su autor, no sólo se parecen en la extensión. También hay un hilo temático que los hilvana a todos: "La cercanía a la locura".

Pregunta.- ¿Tan difícil es encontrarle en español una denominación a este género intermedio?
Respuesta.- Parece que sí, y eso que en él están algunas de las obras maestras de la literatura. Se habla de relato largo o novela corta, pero son denominaciones que no definen su verdadera naturaleza, en la que se combina la contundencia del cuento y el largo aliento de la novela.

P.- Pero en España utilizábamos el término novela para referirnos a esta media distancia, como en Italia (novella), cuyo significado es una narración a caballo entre el racconto y el romanzo.
R.- Sí, ese es el sentido que Cervantes le daba a sus novelas ejemplares. Pero a partir del siglo XVIII el término novela se expropia para referirse únicamente a la larga distancia narrativa, imagino porque empezaron a crecer en extensión, sobre todo en el mundo anglosajón. Hace tiempo se intentó introducir el término noveleta pero tuvo poca fortuna.

P.- ¿Y nouvelle no le convence?
R.- Es que nouvelle en francés significa cuento, nada más. Son los anglosajones los que la empezaron a utilizar -impropiamente- para referirse a este género intermedio.

P.- Dice que en esta tierra media rige la democracia de la literatura
R.- Sí, la novela larga es la que más libertad de acción da. Es la anarquía. Y la media distancia es la democracia, un mundo con pocas leyes que se cumplen. Lo más importante que uno tiene la posibilidad de combinar la eficacia y la precisión del relato con la profundidad de la novela.

P.- ¿Cuáles son sus obras cumbre?
R.- La metamorfosis de Kafka, Bartleby, el escribiente de Melville, Muerte en Venecia de Thomas Mann, Los muertos de Joyce. Luego hay otras que ofrecen ciertas dudas, como Pedro Páramo de Rulfo y Aura de Carlos Fuentes.

P.- Los tres títulos agrupados en este volumen fueron publicados hace bastantes años. ¿Cómo ha dominado la tentación de la reescritura? ¿Cayendo en ella?
R.- He leído los tres relatos de nuevo para preparar esta reedición, sobre todo A pesar del oscuro silencio, que acaba de traducirse al inglés. Éste y Días de ira vi que se sostenían perfectamente. No había necesidad de modificar nada. El Juego del Apocalipsis, en cambio, sí lo he reescrito. Ahora es una obra muy distinta.

P.- Más allá de la similitud en la extensión, ¿hay entre ellos algún hilo temático que los hilvane?
R.- Es algo que me ha sorprendido porque no era consciente. Entre ellos hay más puntos de contacto de lo que imaginaba. El primero es que los tres son historias de pareja en los que irrumpe un tercer elemento profundamente perturbador. El segundo es que las obsesiones de la escritura están muy presentes. Y el tercero es que en todas hay una gran cercanía con la locura. Lo locura es el hilo que los hilvana.

P.- A pesar del oscuro silencio es un libro muy especial para usted, ¿no? Fue el primero que le publicaron.
R.- Es el libro mío que más cariño le tengo, a éste y al último, Oscuro bosque oscuro. Es curioso porque los dos pertenecen a esta media distancia narrativa y ambos llevan la palabra oscuro en el título.

P.- En él se funde la locura de dos Jorges: el narrador (Jorge Volpi) y el protagonista, el poeta Jorge Cuesta.
R.- En realidad serían tres locuras porque quizá el narrador no sea el autor. Es un libro de autoficción cuando todavía -a principios de los 90- no se hablaba de autoficción. Hay muchas cosas autobiográficas de mi obsesión por este poeta: lo de mis visitas al cementerio donde estaba enterrado, lo memorizar sus sonetos... Lo demás entra en el terreno de la imaginación, aunque es cierto que la distancia entre el narrador y el autor se va acortando hacia el final.

P.- ¿Y México...? Algunos habla de periodo de involución democrática... ¿Es exagerado?
R.- Vivimos los primeros años del tránsito a la democracia que se produjo en el 2000 [cuando llegó el PAN al gobierno tras siete décadas de dominio absoluto del PRI]. Estos últimos años están quedando marcados por la violencia del narco. La situación es muy preocupante porque determinan la agenda pública del país. Mientras no se legalice las drogas el problema seguirá. De todos modos, la visión de México en el mundo está muy sesgada. En los pocos segundos que se le dedica -a México y cualquier otro país- en los informativos sólo aparece lo malo. Es como cuando vivía en San Sebastián y en cuando regresaba a México me preguntaban si no era una ciudad muy peligrosa por el terrorismo de ETA.

P.- ¿Se puede establecer algún tipo de relación entre el derrocamiento del PRI y el auge de la violencia del narcotráfico?
R.- Es un tema que ha dado mucho que hablar. Es posible que el poder autoritario del PRI tuviese una mayor capacidad tácita o explícita de negociar con el narco.

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