Claudio Tolcachir.

Presenta en las Naves del Español las tres obras que hasta ahora ha escrito y dirigido

El autor y director argentino Claudio Tolcachir ha desembarcado en Madrid con su compañía, trece actores y algunos más que hacen las veces de técnicos. Va a ser su estancia más larga, ya que van a representar en las Naves del Español las tres obras que hasta ahora ha escrito y dirigido. Las dos primeras, La omisión de la familia Coleman y Tercer cuerpo, ya fueron escenificadas con una respuesta de público unánime. La novedad es El viento en el violín, que estrenó el pasado mes de noviembre en París. Corran ya a por las entradas de La familia ..., la primera en subir a escena y que estará hasta el 24 de abril.



PREGUNTA.- ¿Abrió ya el galpón que estaba rehabilitando en Buenos Aires? .

RESPUESTA.- Oh, sí, quedó hermoso, era una antigua fábrica y hemos estado trabajando durante tres años en él. Lo inauguramos el pasado mes de marzo, y la verdad que se está convirtiendo en un polo cultural interesante de la ciudad, pasa mucha gente, y no solo de teatro. También hacemos exposiciones. Y mantenemos la antigua sala, Timbre 4, donde estrenamos La omisión de la familia Coleman y donde seguimos ofreciendo talleres.



P.- ¿Qué tienen en común las tres obras que presenta ahora en Madrid? .

R.- Pues que son las únicas obras que he escrito. Yo no las escribí pensando en que mantuvieran un vínculo, o que las presidiera una idea. Son historias distintas, también la forma de contarlas, pero comparten un tipo de personajes, que son perdedores, huérfanos en la vida, personajes muy equivocados. Y luego creo que tienen en común un estilo que mezcla lo dramático con lo ridículo..



P.- ¿Usted crea antes los personajes o las situaciones? .

R.- Casi siempre es el mismo proceso. Una pequeña imagen, una pequeña situación. Ocurre que yo siempre trabajo con los mismos actores, a los que siempre tengo en mente cuando escribo. Es lo que me divierte. Así ocurre que estoy meses y meses sin escribir una palabra, pero la obra se va armando, hasta que llega un momento en que toma cuerpo. Y entonces soy muy veloz escribiendo. .



P.- ¿O sea, que escribe a partir de las improvisaciones de los actores? .

R.- Depende. Así ocurrió con La omisión de la familia Coleman, pero no con Tercer cuerpo. Yo creo que no hay que ser respetuoso con el texto, que es solo una herramienta, no hay que ceñirse a la palabra, sino a los actores que le van a dar vida. .



P.- ¿Es lo que distingue a un autor de novelas de un dramaturgo, que escribe para el actor? .



R.- En la vida y en el teatro lo importante no es lo que se dice, sino lo que se hace. O lo que no se hace, o lo que se intuye y se esconde, y eso no se escribe. Lo importante en el teatro, como en la vida, es construir un mundo y saber que ese mundo puede ser real para vos. Aunque en otras ocasiones lo que se persigue es hacer creíble lo inverosímil. .



P.- ¿Qué cuenta en El viento en el violín?.

R.- Son varias historias, es una obra bastante cinematográfica. Por un lado, se cuenta la vida de una pareja de mujeres humildes que quiere tener un hijo y su desesperación por no lograrlo. De otra, la de una familia acomodada, una madre cuyo hijo, teniéndolo todo, no ha podido independizarse. .



P.- Va a ofrecer también un taller y un Master-Class con dos de sus actores, Lautaro Perotti y Tamara Kiper ¿no son muy jóvenes para impartir ya una clase magistral? .

R.- También encuentro un poco pedante lo de Master-Class, me hace poca gracia. Cuando uno da clases lo que hace es compartir lo que uno conoció. Yo conocí estas cosas y, quizá, a ti te puedan servir. Pero rechazo que el alumno adore al maestro, más bien debe ser el maestro quien despeje sus dudas, que le sea útil. .



Ver otros Buenos Días